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Nieto de carretero e hijo de carpintero. Dice que no le quedó otra que dedicarse a la carpintería y ebanistería, y ahora su oficio le hace inmensamente feliz. Tal es su pasión por esta profesión, que quiere transmitir su saber a los demás. José Miguel Almendariz acaba de poner en marcha la Escuela de Carpintería Almendariz, en Tudela de Duero, en la que enseña la práctica de una profesión, casi perdida en el olvido.
Sus mejores aliados son el berbiquí, la gubia, la lija y el gramil, que maneja con habilidad y precisión desde que era muy pequeño. La carpintería es su vida, su oficio y su mejor afición. Todos sus ratos libres los dedica a trabajar en su taller, que montó con tan sólo 20 años, y donde realiza todo tipo de trabajos a medida. «Aprendí todo lo que se de mi padre, que era muy exigente y el mejor en lo suyo. Fueron 20 años de aprendizaje a su lado. Más tarde, él entró a trabajar en mi taller, y acabó estando muy orgulloso de todo lo que yo he logrado en mi profesión», explica este maestro, empeñado en que este antiguo oficio permanezca vivo.
Por sus manos y sus herramientas han pasado piezas y encargos únicos. Hace y restaura miradores, tejados, retablos, puertas, mocárabes, muebles y grandes estructuras en madera, siempre poniendo pasión y cuidado a partes iguales.
«Mi oficio es maravilloso y sería una pena que se eche a perder toda esa sabiduría de tantos siglos, porque no haya relevo generacional. Hay grados de formación profesional enfocados a este sector, pero donde se enseña hasta un determinado nivel, ya que como realmente se aprende es con la práctica. Sólo estando al lado de un profesional se pueden asimilar las técnicas que hay que dominar para hacerse hueco en el sector. Todo aquel que quiera trabajar en la carpintería y se lo tome en serio, tendrá éxito, porque es una profesión muy necesaria, y que cada vez cuenta con menos expertos», augura Almendariz, que toda su vida ha tenido aprendices y alumnos en prácticas en su taller. «Les enseño desde cero, a incluso a afilar el formón o a hacerse sus propias herramientas, algo fundamental en el oficio», añade este maestro carpintero.
Emprendedor. José Miguel Almendariz García, 61. Carpintero y ebanista.
Fecha de inicio de la actividad. Junio de 2018.
Contacto. C/ Quijonal, 5- 47320 Tudela de Duero. www.almendarizcarpinteria.es. Telf: 666 569 732.
Tan empeñado está en que su profesión sobreviva, que hace algunos años empezó a barruntar la idea de abrir una academia. «He estado mucho tiempo dándole vueltas y ya no lo podía dejar más. Era ahora o nunca», cuenta este veterano de la madera. Han sido meses de un gran esfuerzo personal y económico y, por fin, la Escuela de Carpintería Almendariz acaba de abrir sus puertas. Las clases darán comienzo en los próximos días, y ya tiene 12 alumnos matriculados, tres de ellos de Valladolid y el resto de Madrid, Segovia y Galicia.
«Todavía hay ocho plazas disponibles en horario de mañana y otras doce en horario de tarde. Lo más difícil de todo es darse a conocer, pero estoy seguro de que con el tiempo todas las plazas se llenarán, porque nadie ofrece una formación similar», asegura convencido José Miguel, quien ha puesto en marcha una página web, redes sociales y ha repartido folletos informativos.
Para ello ha habilitado una nave de 800 metros cuadrados como aula-taller, que ha llenado de maquinaria profesional, dotada de la más moderna tecnología y bajo los más estrictos controles de calidad. Sus instalaciones también cuentan con una gran sala de exposición, distintas aulas formativas y una amplia sala de restauración para aquellos alumnos de niveles más avanzados.
«Voy a empezar a trabajar en las escaleras de la popular torre de Almanza, en León, y también repararé una puerta del siglo XVI de la iglesia de Buitrago del Lozoya, de Madrid. Está entrando mucha obra nueva en el taller y los alumnos podrán aprender con proyectos reales y de gran importancia artística e histórica. Realmente creo que es una gran oportunidad para aprender», informa.
De 9:00 a 13:30 horas y de 16:00 a 19:00 horas, los alumnos podrán escoger sus horarios y su nivel, desde el más básico al más especializado en materia de ebanistería, restauración y carpintería. «Las enseñanzas se adaptarán al nivel de cada uno. Unos empezarán lijando y otros directamente con las máquinas. El precio de la formación será de cinco euros la hora, si se apuntan dos horas a la semana. Es un precio muy económico, teniendo en cuenta que la maquinaria corre por mi cuenta», informa.
«No soy maestro docente, soy maestro carpintero y estoy plenamente capacitado para enseñar lo que he aprendido en 40 años de profesión. Aprenderán con la práctica. Aquí no hay trabajo en cadena. Se elaborarán composiciones, se montará y desmontará cada pieza del proyecto y ante todo se disfrutará el arte de la madera en todas sus formas. No voy a impartir materias como historia del arte, por ejemplo. La única teoría que daré será la relacionada con el propio trabajo, como puede ser el cálculo de ángulos o el cubicaje de la madera, para poder hacer presupuestos. Eso es vital en esta profesión. Puede parecer complejo, pero es precioso», asegura este emprendedor, que durante los fines de semana impartirá monográficos y clases de restauración.
Tiene tal convencimiento del éxito de su proyecto, que ha invertido los ahorros de toda una vida en ello. «Han sido más de 94.000 euros de inversión, sin ninguna ayuda e hipotecando mi vivienda. Pero merecerá la pena si todo sale según lo previsto», dice convencido.
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