Los capuchinos de la plaza de España preparan para después del verano su salida de Valladolid
Los cuatro religiosos serán trasladados a otras provincias, pero se mantendrán los cultos de los fines de semana
«Dejamos de vivir en Valladolid, de tener una fraternidad estable, pero no se cortarán los vínculos con la ciudad», explica Víctor Herrero, guardián ... superior de los hermanos menores capuchinos, que en su proceso de reestructuración ante la falta de vocaciones también dejará la diócesis a lo largo de este verano.
En la actualidad, cuatro hermanos permanecen en una comunidad que tiene su sede en la plaza de España, en un inmueble de siete plantas inserto en la iglesia María Reina de la Paz. Los actuales moradores vallisoletanos serán trasladados a Gijón, Zaragoza, Madrid y Sangüesa (Navarra).
«Las órdenes religiosas tenemos un problema grande de vocaciones (la media de edad es de 75 años), lo que nos lleva a la necesidad de reestructurar nuestras presencias en España. Y, dolorosamente, hay que hacer encaje y nos obliga a cerrar algunas», indica Herrero, quien la pasada Semana Santa fue el encargado de pronunciar el Sermón de las Siete Palabras. Los menores capuchinos dejarán de tener «vida estable» en Valladolid, pero no cortarán los hilos con la ciudad.
«Nuestra planificación contempla que se mantenga la actividad de la iglesia durante los fines de semana», desvelan.Ahora hay misas los sábado a las 20:00 horas y los domingos a las 11:30, 12:30 y 20:00 horas. La idea es conservar las celebraciones, para lo que hasta Valladolid se desplazarán esos días hermanos desde Madrid y Salamanca, sus dos sedes más cercanas. Además, están abiertos a una colaboración con el Arzobispado que permita mantener también las misas entre semana. Continuará la cesión de espacios para entidades sociales (como Red Íncola oProyecto Hombre).
No es la primera vez que estas reestructuraciones provocan la marcha de los capuchinos, que en 2012 incluso pusieron a la venta (sin éxito) el templo, sus siete plantas de convento y sus dos sótanos. Dos años después, «cuajó la posiblidad de volver y se fraguó un nuevo proyecto de vida aquí». En esta ocasión, no se contempla la enajenación del edificio. «Se mantendrán las propiedades.Sí que se estudia la cesión de espacios, pero nunca la venta», concluye Herrero.
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