Valladolid

Una caña en agradecimiento por 30.000 euros del primer premio de la Lotería Nacional

David Arteaga, propietario de la administración desde hace 25 años, ha sido partícipe de la alegría del ganador, al que conoce por ser un cliente habitual del barrio. «Él no lo sabía, pero como es un cliente que viene todos los días, cuando ha visto todos los carteles me ha dicho que ese número le sonaba y me ha invitado a una caña nada más enterarse».

No es la primera vez que un premiado se entera en la administración de que le ha tocado la lotería. «El anterior, vino a echar el boleto que hacía fijo todas las semanas y al comprobar el de la semana anterior saltó el premio. Casi se le da algo, tuve que sacarle una silla para que se sentara», comenta el lotero, que asegura que la mayoría de las personas se enteran en la propia administración porque juegan y comprueban los mismos números de siempre.

Una administración que lleva en Valladolid desde 1992 y que David heredó de su madre en 1999, es decir, un negocio que mantiene la tradición familiar y que lleva dando premios desde entonces: «Es la segunda vez que doy el Gordo de la Lotería, el primero fue en 2012. En 25 años, ya he dado todos los premios que se pueden dar: la lotería, la primitiva, la quiniela... Eso sí, me queda el del sorteo de Navidad», afirma David, que espera que sea el de este año.

A modo de anécdota, el administrador comenta que los dos grandes premios de la Lotería Nacional, tanto el de 2012 como el de el jueves pasado, acaban en 22. Un número que está dando suerte en el local.

Una suerte en la que Valladolid está envuelta, ya que hace escasos días cayó un segundo premio de la Bonoloto en Parquesol, junto con los dos millones de euros que dejó el primer premio de la Lotería de Navidad el año pasado. Además de los pequeños pellizcos que caen todas las semanas en la administración de David, que «aunque sean pequeños premios y no tengan mucho renombre, dan mucho regusto».