Valladolid

El Campus de la Justicia sale del letargo 18 años después con las primeras catas

Las catas arqueológicas como tal se están llevando a cabo sobre los terrenos situados al borde de la tapia del patio del colegio y justo detrás de las casetas en las que se ahora se ubica el centro de salud San Pablo, frente a la entrada posterior del antiguo hospital Río Hortega (ahora perteneciente al Clínico como 'Edificio Rondilla'). Este picón de terreno, propiedad de Sacyl, está destinado a acoger el futuro aparcamiento del Río Hortega vinculado a la operación, aún en curso, ahora parece que sí, del Campus de la Justicia.

El inicio de las catas, que incluye una pequeña parte del patio del colegio El Salvador, atisba el final del camino de un proyecto que nació en un lejano 2006, cuando el Ministerio de Justicia puso por vez primera la mirada en el abandonado centro escolar para ampliar las hacinadas y dispersas sedes judiciales de la capital.

El proyecto en sí de El Salvador, que llegó a abandonarse para llevarlo a una parcela en Girón -aquella idea solo vio la luz sobre el papel en 2011-, fue retomado al inicio de la primera legislatura de Óscar Puente y fue dando pasos de forma lenta hasta que el Ayuntamiento, en 2020, logró la propiedad definitiva del colegio y de parte del actual aparcamiento de la antigua residencia.

De manera que en la operación, que llevaba más de un año paralizada, están implicadas las tres administraciones: el Ayuntamiento, como actual propietario del suelo del colegio y el aparcamiento; el Gobierno, como responsable del proyecto del Campus de la Justicia; y la Junta, que tendrá que desplazar el actual aparcamiento a los terrenos del jardín en el que esta misma semana han comenzado las catas arqueológicas.

Así que la presencia de los operarios y arqueólogos sobre el suelo de Sacyl evidencian que las tres administraciones vislumbran el final del camino, administrativo, al menos, para que el Campus de la Justicia pueda ser por fin una realidad. Las catas, en este sentido, están impulsadas por Sacyl y el Consistorio, además de una empresa privada, al alcanzar no solo a los jardines del hospital sino también a una franja adosada de la parte posterior del antiguo patio (allí existió en su día un campo de rugby) del colegio El Salvador. Dichos terrenos serán los destinados al aparcamiento del complejo hospitalario toda vez que la superficie de los actuales (8.000 metros cuadrados del colegio y 33.000 del aparcamiento) serán los que acogerán las edificaciones del Campus en una hilera que dará continuidad a la fachada de El Salvador por la calle Cardenal Torquemada.

El plan, a falta de que los proyectos definitivos vean la luz, prevé inicialmente el mantenimiento del edificio del colegio El Salvador (construido en los albores del siglo XX y cerrado a su uso escolar en 2003), para adosar a continuación, sobre los terrenos del aparcamiento del hospital, las edificaciones necesarias de nuevas construcción en la misma línea de Cardenal Torquemada, entre la plaza de San Pablo y la Rondilla de Santa Teresa. El proyecto como tal aún no existe más allá de la declaraciones de intenciones del Ministerio de iniciarlo en cuanto tenga a su disposición los terrenos (del colegio y del aparcamiento). Para ello cuenta con una partida presupuestaria inicial de 100.000 euros con el fin de sacar a licitación «en cuanto sea posible» la licitación de la redacción del proyecto, en el que se prevé una inversión inicial de 80 millones de euros y que contempla el mantenimiento de las otras dos sedes judiciales del entorno (Juzgados y Palacio de Justicia de la calle Angustias) con el fin de unificar allí el resto de sedes que continúan dispersas por la ciudad.

La segunda parte de la operación, la que concierne a la Junta, implica la construcción de un aparcamiento sobre los terrenos de los jardines y de una pequeña franja del patio del colegio El Salvador. Dicho estacionamiento en superficie tendrá en su momento el acceso por la Rondilla de Santa Teresa y no, como en la actualidad, por Cardenal Torquemada.

La Junta, de momento, ha dado ya los primeros pasos con la ejecución de las catas arqueológicas sobre el jardín (doce) y la franja del patio del colegio (tres más), cuyos resultados despejarán la utilización del terreno a corto plazo, si como parece, no se encuentran vestigios de valor. Este picón de la ciudad, en este sentido, albergó las amplias huertas de los frailes del entonces enorme convento de San Pablo, un complejo adosado a la actual iglesia, la única que se salvó de la quema cuando se ordenó la marcha de los frailes del convento en 1835.

De manera que sobre los terrenos en cuestión, y así lo recoge el plano de la ciudad de Ventura Seco de 1738, solo debieron asentarse las huertas y, a lo sumo, algún muro perimetral. Pero nada más. Lo encontrado en los dos primeros parterres abiertos para las catas parece apuntar en este sentido. De allí han surgido viejas canalizaciones y cascotes en forma de ladrillos macizos, tejas y otros de filigrana (más modernos), lo que apunta a que pudo ser un terreno utilizado como escombrera presumiblemente durante la construcción de la residencia Onésimo Redondo, como fue bautizada en su origen, construida a partir de 1948 e inaugurada el 24 de julio de 1953 (ya con la democracia pasaría a denominarse hospital Río Hortega).

Sobre estos terrenos no consta otro uso, ni anterior a la construcción del convento (siglo XV) ni posterior a su desaparición (siglo XIX), hasta que se levantó la residencia a mediados del siglo XX y se abrió la actual calle Cardenal Torquemada entre la plaza de San Pablo y la Rondilla de Santa Teresa. El citado plano, superpuesto sobre el actual, solo muestra las huertas de los frailes.

Los operarios han perimetrado ya doce parterres sobre el jardín de la antigua residencia, utilizado aún como zona de esparcimiento para distintas terapias, aunque cerrado al público, con la previsión de abrir otros tres en la parcela colindante del colegio El Salvador. Esta intervención, la primera como tal que se realiza en los terrenos vinculados a la operación del Campus de la Justicia, tiene una duración prevista de quince días en función, claro, de si finalmente se encuentran o no vestigios. La documentación existente sobre esta parte de la ciudad apunta a que no. «Pero nunca se sabe», reconocen a pie de obra los encargados de la excavación. En caso negativo se elaboraría el pertinente informe a Patrimonio y los terrenos quedarían despejados para la futura construcción del aparcamiento en superficie del actual 'Edificio Rondilla' y del centro de salud San Pablo.