El campo vuelve a decir basta en Valladolid

Los trabajadores del campo se han congregado a primera hora de la mañana en el aparcamiento del estadio José Zorrilla, hasta donde han llegado decenas de tractores desde diferentes puntos de la provincia. Algunos, todavía con el trabajo del día anterior sobre la espalda. «Venimos desde Portillo. Apenas he dormido cuatro horas y ayer, que se supone que era día festivo, estuvimos trabajando hasta la noche sacando zanahoria. El campo no entiende de horarios, pero tenemos que estar aquí porque la situación es insostenible», apunta Gonzalo Martín, un agricultor hortícola. Venir a Valladolid supone un coste económico directo -calcula unos cien euros del depósito de gasolina- y otro indirecto. Porque claro, estar aquí significa no estar en el campo, y para ellos también significa no estar trabajando y tener un día perdido. «Nosotros dependemos del tiempo y estamos obligados a producir al cien por cien. Si no atiendes las tierras y el tiempo no te acompaña, son pérdidas que no recuperas en un mes».

Los tractores congregados junto al estadio han sido los primeros en hacerse notar por la ciudad. Al incesante sonido de las bocinas se unían las proclamas que colgaban de carteles en los vehículos agrarios. «La agricultura es muy fácil cuando se ara con un lápiz» o «Sin agricultura ni ganadería tu nevera está vacía». Junto a estos textos se unen otros mensajes, los de los propios profesionales del campo, que piden conciencia y apoyo a su cliente final, el consumidor. «Tienen que entender que el problema grande es para ellos. Nosotros estamos totalmente informados de cómo afecta esta situación, pero a la población le falta esa información», apuntan los agricultores. Unas palabras que se desprenden de las demandas que llevan y que se integran dentro del manifiesto nacional de Unaspi para la manifestación de este martes. Por ejemplo el rechazo a las medidas que derivan del Pacto Verde Europeo, donde aparece la reducción del 50% de los fitosanitarios, la disminución del uso de fertilizantes en al menos un 20% o reducir a la mitad el uso de antimicrobianos como antibióticos para animales criados en granja y agricultura.

Y otro problema, el acuerdo Mercosur-UE, donde se incluye a países de Sudamérica que no tendrían que cumplir con las normas de producción exigidas a la agricultura europea. «Pedimos que nos dejen competir con las mismas reglas, porque con este acuerdo ellos están en otra liga. Y luego, cuando el producto llega al consumidor, va a tener estos productos -fitosanitarios- que a nosotros nos prohiben. Son medidas discriminantes para nosotros y este plan es la punta que va a matar a la ganadería y a la agricultura en Europa», apunta Juan Carlos García, otro agricultor de la provincia. «En definitiva, quieren que desaparezcamos», zanja Carlos Duque, de Por la Unión del Campo.

La tractorada ha avanzado sin problemas por la ciudad, con sendas paradas frente a la Consejería de Agricultura, frente a la Delegación de Gobierno y una breve en las Cortes de Castilla y León. En las dos primeras pausas, los organizadores han entrado para hacer entrega del manifiesto, donde reúnen todas las reivindicaciones de la protesta. «En ningún sitio nos ha recibido nadie. Pero el texto está registrado, que sepan que hemos estado aquí. Ahora queda seguir luchando, no solo nosotros. Toda la sociedad, también necesitamos vuestro apoyo», ha expresado Miguel Aguillera, coordinador de Unaspi.

Esta vez, la manifestación ha tenido Valladolid como centro único en Castilla y León, a diferencia de las que se sucedieron durante los primeros meses del año, cuando se convocaron en diversos puntos a la vez. Esto no significa que el resto de provincias se haya quedado en casa, pues desde Zamora, Soria o Burgos se habían preparado autobuses para llevar a los manifestantes. También había profesionales de León, como Noelia Vega, quien llegó desde Villamor de Órbigo junto con otros cincuenta compañeros. «Venimos a pedir que nos escuchen, no nos han hecho caso y esto va a empezar otra vez. Nos sentimos abandonados y ninguneados».

La mayor diferencia con las tractoradas convocadas a inicios de 2024, marcadas por los atascos y el caos circulatorio, ha sido precisamente eso, una mayor normalidad en la circulación. Las mayores congestiones se han vivido en la avenida de Salamanca -cortada durante un par de horas-, y con poca relevancia en el resto de vías afectadas y adyacentes. En el Paseo de Zorrilla, por ejemplo, normalidad absoluta. Una vez finalizada la tractorada, la Policía Municipal ha acompañado a las distintas columnas de tractores hasta las afuera de Valladolid. Tras ver la respuesta de los profesionales del campo -cuando los manifestantes llegaban a la Cúpula del Milenio los tractores todavía cruzaban el puente de Poniente-, los agricultores avisan con un mensaje claro. «Prevemos que esta sea la primera de muchas más». Es decir, que si la postal sigue inamovible en los próximos meses, las ciudades iniciarán 2025 con la misma sinfonía. La de las sirenas, los pitidos y las bocinas de los tractores.