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Caminatas por la salud integral en La VictoriaCada viernes por la mañana, un grupo de vecinos del barrio de La Victoria en Valladolid se reúne en la puerta del centro de salud La Victoria. No es una cita cualquiera: es la hora de las caminatas saludables, una iniciativa que ha dado un ... giro radical a la manera en que estos vecinos cuidan de su salud física y mental. Lo que comenzó como una propuesta de los equipos de enfermeros especialistas en Salud Mental y Salud Familiar y Comunitaria, hoy cuenta con una participación creciente y un ambiente inmejorable. Este viernes El Norte de Castilla les ha acompañado en su recorrido por la orilla del Canal de Castilla.
La idea detrás de estas caminatas nació de Margarita Martín, enfermera especialista de este centro de salud. «Quería hacer algo que no solo mejorara la salud física de nuestros pacientes, sino que también ayudara a prevenir problemas de salud mental. Hacer ejercicio es importante, pero también lo es mantener la mente activa y socializar, sobre todo en estos tiempos donde a veces nos aislamos sin darnos cuenta», cuenta.
Vio que otros centros de salud de la ciudad, como el de Rondilla, el de Tórtola, Circunvalación, Pilarica y Circular habían puesto en marcha esta iniciativa con gran éxito, y Margarita quiso replicarlo con sus pacientes. Sus compañeros de equipo, administrativos, celadores y residentes de enfermería y medicina también se han implicado al máximo. Quedan a las 9:30 horas en la puerta principal del centro de salud. Allí, cada día un profesional sanitario les ofrece una pequeña píldora formativa sobre salud. Este viernes fue Begoña Becoechea, enfermera de Salud Mental la que les explicó que «no hay salud si no hay salud mental» y que «hay que cambiar el estigma por la estima, porque esos pacientes merecen todos nuestros cuidados».
El grupo se puso en marcha. La ruta siempre es la misma y es totalmente accesible para que todos puedan participar. Además, durante la caminata, no solo se ejercitan los músculos, sino también el cerebro. Cada viernes, los enfermeros proponen juegos y acertijos que los participantes resuelven en equipo al finalizar la caminata. «Es una forma de distraernos y reírnos. Te olvidas del estrés del día a día. Aquí todos somos amigos y si no lo somos, nos hacemos», comenta Elia Carbajosa, que participa por cuarta vez en estos encuentros saludables y que fue de las primeras en resolver la adivinanza propuesta. Ella es una de las que más anima.
A mitad del recorrido, el grupo de treinta andarines se detiene en un parque para hacer una breve sesión de estiramientos. Margarita los guía mientras comenta los beneficios de estos ejercicios para evitar lesiones. Al finalizar la caminata, otro momento de estiramientos pone el broche final, siempre acompañado de bromas y risas. «La acogida ha sido excelente. Estas caminatas mejoran la salud física, pero también son terapéuticas a nivel mental. Mejoran la autoestima y fomentan la amistad», mientras camina al frente del grupo, manteniendo un ritmo rápido pero accesible para todos.
Para algunos, la caminata es más que ejercicio. Es un espacio de encuentro. «Es la primera vez que vengo. Me lo comentó mi amiga Elia y he querido probar. No me imaginaba lo bien que me lo iba a pasar», dice Consuelo Martín, de 73 años mientras hace estiramientos. Jesús Arias, de 69 años es otro de los participantes. Ha necesitado hacer un breve descanso antes de tomar el camino de vuelta. «Sufro de claudicación intermitente en el gemelo. Me viene bien el ejercicio, pero de vez en cuando tengo que parar. Me encanta esta actividad», señala este veterano de La Victoria.
Estas caminatas son todo un éxito, no solo por los beneficios físicos, sino por el impacto positivo en el estado de ánimo de los participantes. La asociación de vecinos Los Comuneros no dudó en echar una mano con la organización y difusión de la actividad entre sus asociados. Martín Barrientos, su presidente, camina también cada viernes. «Acompañamos a la gente y así hacemos comunidad. Aquí todos nos conocemos y nos animamos unos a otros», cuenta.
También participan todas las semanas usuarios de los tres centros de atención a personas con discapacidad y educación especial que hay en el barrio, Aspace, El Pino de Obregón y el centro Padre Zegrí. «Caminar es muy bueno para la salud y a la vez ayuda a la integración. A los chicos les encanta. Lo disfrutan muchísimo», opina Marta Villarragut, cuidadora de Aspace, que acudió acompañando a seis andarines de su centro. «La gente viene a hacer ejercicio, pero se lleva mucho más que eso. Se lleva energía positiva, se lleva comunidad, se lleva salud», concluye Margarita muy satisfecha del éxito de la iniciativa.
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