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Balcón restaurado del Palacio de Santa Cruz. El Norte

Valladolid

La cámara secreta y el balcón inspirado en 1691 del palacio de Santa Cruz

La restauración del edificio renacentista ha permitido catalogar la rejería de una de las balconadas y limpiar los pasajes de ventilación

Víctor Vela

Valladolid

Lunes, 18 de noviembre 2024, 06:52

La restauración de la fachada del Palacio de Santa Cruz ha sido clave para que los arquitectos posen su mirada en un detalle que podría haber pasado desapercibido pero que ahora, a la luz de la rehabilitación, vuelve a brillar con esplendor histórico. Se ... trata de la rejería de los balcones, que presenta un diseño con importantes ecos históricos.

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José Ignacio Sánchez Rivera, doctor en Ciencias Físicas y profesor de la Universidad, descubrió que estas rejas eran un diseño casi calcado de uno que aparecía en el Tratado d'Aviler, 'Cours d'architecture', un volumen que en 1691 daba cuenta de los sistemas de diseños y construcción en las diversas fases de una obra, desde la cerrajería hasta la distribución de espacios. En ese volumen hay un ejemplo de rejería que es idéntico a este del Palacio de Santa Cruz.

«Es impensable atribuir esto a la dejadez de Ventura Rodríguez», explica el arquitecto González Fraile en un estudio sobre esta rejería, que firma junto a Raquel Hurtado García. Así, su diseño calcado «solo puede concebirse como un homenaje a d'Aviler, arquitecto francés por el cual debió sentir enorme simpatía, dado el camino paralelo de sus vidas, tanto en su formación como en el reconocimiento y ascenso social».

Arriba, balcón del tramo central de la fachada y abajo, ilustración del tratatado d'Aviler. El Norte

Los motivos principales de decoración son hojas de vid, sarmientos y pámpanos (que es el sarmiento verde), que remiten a una simbología religiosa que alude a la relación de Jesús y sus discípulos. «En el siglo XVII y posteriores encontramos numerosos ejemplos de rejerías con este tipo de decoración, donde se destacan en dorado los elementos singulares (escudos, coronas…)». En el caso de Santa Cruz, ese tono dorado se ha reservado para los pámpanos y la cruz, además de las esferas que coronan la barandilla. Para el resto de la reja, se realizaron diversos trabajos de aproximación, con pruebas de varias tonalidades (verde oliva, azul turquesa…) hasta hallar un tono que se acercara al que habría sido habitual en la época.

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Esta rejería de Santa Cruz es exclusiva en España, aunque puede encontrarse una muy parecida en el edificio de la Real Casa de Correos de Madrid (en la Puerta del Sol). «Tiene algunos elementos similares, pero son más recargadas, tienen modificaciones», explica González Fraile. Y añade: «Por fechas, vemos que Ventura Rodríguez comenzó a realizar los planos de la nueva Casa de Correos en 1756, hasta que en 1760 el rey Carlos III lo destituye y pone en su lugar al arquitecto Jaime Marquet». Un año después, Ventura realiza los diseños para transformar las ventanas góticas de la fachada de Santa Cruz.

Obra para la construcción de la cámara de ventilación en el año 2000 y, a la derecha, estado actual, después de la limpieza. El Norte

Pero, además, la restauración ha destapado otras curiosidades. A finales del año 2000, un grupo de operarios excavó en el suelo, alrededor del Palacio de Santa Cruz, unas galerías de ventilación que discurrían a lo largo del perímetro del palacio. El objetivo de estos pasadizos subterráneos era (y sigue siendo) desecar los cimientos y evitar las humedades en el zócalo. Durante este actual proyecto de intervención, se han revisado y limpiado estas galerías para garantizar que siguen cumpliendo con su labor, como explica Eduardo González Fraile, Catedrático Emérito de Proyectos Arquitectónicos y Proyectos de Restauración Arquitectónica.

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La imagen de esta cámara (pocas veces vista y, desde luego, ni siquiera intuida a ras de calle) permite ver un pasillo que discurre entre los cimientos de piedra del edificio y una pared abovedada de ladrillo que se construyó a principios de este siglo. Esta cámara ayuda a aislar el edificio y rebajar los problemas de humedad que amenazan a la zona inferior del inmueble. Los responsables de la obra recuerdan que los edificios («como los cuerpos humanos») necesitan continuos cuidados. «Dentro de 30 o de 40 años será necesaria una nueva restauración. Nuestra labor ahora conseguir que eso se retrase lo máximo posible y que nada de lo que hacemos sea irreversible», comentan.

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