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Una masa de aire africano cubrirá a partir de mañana los cielos de la provincia, y de prácticamente todo el país, salvo la cornisa cantábrica, para dar inicio a una ola de calor que se prevé «histórica» si se cumplen los pronósticos con temperaturas ... máximas que presumiblemente romperán todos los registros tanto para un mes de junio (el pico histórico de 38,8 grados se alcanzó el 26 de junio de 2012) como para el conjunto del año (la mayor máxima anual, de 40,2 grados, se registró el 7 de julio de 1995). Y el problema, si cabe, no son tanto las máximas, que también, sino unas mínimas que dejarán una sucesión de seis noches tropicales, en las que el termómetro no bajará de los 20 grados o lo hará tímidamente. Todo ello, en la línea de los últimos meses, sin una sola gota de agua que refresque el ambiente y bajo un «viento del sur abrasador y seco», según apuntan fuentes de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), antes de incidir en que se trata de una «ola de calor extraordinaria» que se prolongará, al menos, hasta el miércoles de la semana que viene.
De manera que la ola de calor vendrá a cerrar un primer semestre del año que arrastra un acuciante déficit hídrico, superior, incluso, al registrado durante el mismo periodo de 2017, el año más seco de la historia, con tan solo 97 litros por metro cuadrado recogidos en estos seis meses, el 46% de lo habitual (213) y una cuarta parte de las precipitaciones registradas hace un año, cuando se registraron la friolera de 418,6 litros..
Así que este primer semestre de 2019, que concluirá sin lluvias, figura ya en los registros como el tercero más seco del último siglo, solo superado por el mismo periodo de 1938 (73 litros) y, más cerca en el tiempo, por el inicio de 2005 (85,7). Para encontrar el récord absoluto de ausencia de precipitaciones en la capital, con tan solo 52,8 litros por metros cuadrado recogidos en seis meses, hay que remontarse a 1868.
El mes de junio que ahora concluye también ha sido especialmente seco con tan solo 4,4 litros por metro cuadrado recogidos en la capital, cuando lo habitual son 29. Cuatro gotas, en definitiva, si se comparan con los 85,4 litros de hace un año. El junio más seco de la historia, sin una sola gota caída, fue el de 2001. Este mes, eso sí, se sitúa como el tercero más seco del siglo, solo por detrás de los de 2001 y 2016 (3).
Y la tendencia, a medio plazo, es poco halagüeña si se atiende a las previsiones para el conjunto de la estación de los responsables de la Aemet: «Esperamos un verano seco, con algunas tormentas puntuales, y previsiblemente más caluroso de lo habitual», apunta su jefe de predicción, Jesús Gordaliza, un asiduos de los refranes meteorológicos que en la cuenta oficial de la agencia en Twitter recogió uno más que oportuno para el presente escenario: «En el mes de San Juan al sol se cuece el pan».
Y todo apunta a que esto último va a ocurrir desde ya bajo unos cielos enrojecidos por el polvo en suspensión que traerá la masa de aire africano que ayer mismo comenzó a invadir la península por el sureste y que hoy llegará a Valladolid. El mercurio superará ya hoy los 35 grados y ascenderá cuatro o cinco grados más a partir de mañana, y hasta el próximo lunes. «Tendremos máximas que rondarán los 40 grados hasta el domingo con mínimos que apenas bajarán de los 20», concretan desde la Aemet antes de destacar que estos días podrá observarse el mercurio anclado en torno a los 30 grados en torno a la medianoche –las mínimas habitualmente se registran en torno a las 7:30 horas–.
Este episodio «extraordinario» de calor comenzará a remitir a partir del lunes, cuando bajarán solo las máximas, y se notará ya desde el miércoles, cuando máximas y mínimas se situarán en valores normales para la época de 30 y 15 grados.
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