Curioseando por Valladolid

El callejón escondido a la vuelta de la esquina de la Plaza Mayor

Valladolid, a simple vista una ciudad con mucho encanto, y que en muchas ocasiones nunca deja de sorprender. Y es que dando un paseo por las zonas aledañas al centro se puede apreciar como el Valladolid que conocemos ahora marca una gran diferencia con el de hace años. Sin embargo, existen algunas calles que en cierta parte se asemejan a laberintos sin salida que aún guardan su encanto, especulaciones y una historia en su interior.

Cerca del corazón de Valladolid (por no decir casi al lado) se encuentra una de esas que ha despertado muchas preguntas entre los vallisoletanos. ¿Vive alguien allí?, ¿Qué era de este lugar? La ruta parte desde la calle de la Pasión, donde se encuentra la calle Ricote. Desconocida por muchos al pasar totalmente despercibida y al asemejarse más a un pasaje que a una vía de tránsito. Antes conocida como 'corral de Ricote' y ahora casi oculta a la vista de cualquier ciudadano entre dos míticos carteles de 'Compro Oro' que parecen no haberse movido de ahí en muchos años.

Esta calle recóndita situada en el corazón de Valladolid es una paralela a la calle General Falagues situada junto al estanco de la Plaza Mayor. Y son esos mismos carteles los que dan la bienvenida a la desconocida callejuela. Es una vía sin salida, por lo que muchos se quejan de que la denominen calle y prefieren llamarlo callejón. Está compuesta por pocos metros, que si decides recorrer verás como está cubierto de soportales que llevan directos a un telefonillo a mano izquierda del callejón, que gracias a albergar vida en su interior pasa a llamarse calle.

El nombre de la vía sigue siendo una incógnita para muchos a pesar de que el cartel se encuentre alto y claro. Durante muchos años se formaron especulaciones sobre el nombre de la vía, algunos creen que su origen puede venir de un apellido de alguna persona que hubiese habitado allí en el pasado. Otros sitúan su origen en la antigua Pastelería Ricote (Valladolid, 1915) ubicada en la Plaza Mayor y que sus nietos aún dan continuidad al nombre en sus negocios de hostelería.

Aunque el origen de su nombre sea una incógnita, la utilidad que esta tenía en la antigüedad aún se recuerda. El corral de Ricote servía de acceso a las viviendas y corrales de los patios interiores de la manzana formada por las calles Santiago, Zúñiga, Héroes del Alcázar y Pasión. Hoy en día Ricote se mantiene, no de la misma forma, pero sí en el recuerdo de los vallisoletanos que conocieron el corral y que hoy pasean por delante con nostalgia de ver renacer al callejón.

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