Urbanismo en Valladolid
«Tanto las familias como desde el propio colegio estamos encantados con esta reforma que habíamos pedido, junto con los vecinos, para garantizar la seguridad de los 1.500 alumnos que a diario entran y salen del centro», destacaba este jueves el director del Lourdes, ... Jorge Meneses, en alusión a la recién concluida reurbanización de la calle Paulina Harriet, en el tramo situado entre Espíritu Santo y Gregorio Fernández, donde se ha duplicado literalmente el espacio peatonal tanto del lado del colegio como de la acera opuesta a costa de la eliminación de las 18 plazas de aparcamiento (zona ORA) en línea que existían en paralelo al perímetro del centro escolar.
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Los trabajos, que responden a la petición de los vecinos y de la comunidad educativa, fueron aprobados a través de los presupuestos participativos y han contado con un presupuesto de 138.000 euros destinados no solo a la ampliación y renovación del adoquinado de las aceras, que ahora alcanzan los 3,20 metros de ancho del lado del colegio (antes apenas superaban el metro y medio) y los 2 metros enfrente (antes eran de 1,45), sino también a la mejora de la accesibilidad en los pasos de peatones y de la iluminación del citado tramo, en el que se han retirado los antiguos puntos de luz de las fachadas para colocar cinco nuevas farolas led en la acera del centro escolar.
El Ayuntamiento, a su vez, aprovechó los trabajos para renovar las redes subterráneas de agua potable y saneamiento de la calle Paulina Harriet.
«Era una obra necesaria, pero en la que hacía falta valor (por la supresión de plazas de aparcamiento) para acometerla, y creo que el resultado es magnífico a la hora de mejorar la comodidad y la seguridad de los más de mil alumnos del colegio», ha apuntado el alcalde, Óscar Puente, durante su visita a la vía en compañía de los concejales Luis Vélez y María Sánchez.
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«Estamos encantados con la reforma porque garantiza la seguridad de los 1.500 alumnos que a diario entran y salen del colegio»
El colegio, además, ha decidido abrir el patio de la parte posterior (con entrada por la calle Gregorio Fernández) durante las horas de entrada al colegio para facilitar que los padres puedan meter allí sus coches para dejar a los alumnos y evitar así problemas de circulación en una vía como Paulina Harriet que ahora carece de plazas de aparcamiento en torno al centro y que cuenta con una calzada de tres metros de ancho de sentido único (hacia Gregorio Fernández).
Las aceras, en paralelo, cuentan con bolardos del lado del colegio colocados en puntos estratégicos para evitar la tentación de que los conductores puedan subirse a la acera en las horas punta de entradas y salidas.
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