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Ya está en pie el silo para almacenar las astillas forestales y la nave que alberga las cuatro centrales de generación para quemar el combustible vegetal. La gran caldera que templará los barrios de Parquesol, Villa del Prado y parte de Huerta del Rey, ... una construcción de 3.600 metros cuadrados ubicada muy cerca del estadio José Zorrilla, junto al punto limpio, se encenderá el próximo mes de diciembre con un total de 44 edificios de viviendas pendientes de engancharse a una red calor que sigue abriendo grandes zanjas en la zona oeste de la capital.
Su puesta en funcionamiento servirá para aliviar de trabajo, en un primer momento, a la otra caldera que da servicio en el aparcamiento de la Feria de Muestras y que alimenta a 22 comunidades de propietarios (1.625 pisos) y quince edificios públicos de la margen derecha del Pisuerga. Al 100% de su capacidad, su interconexión con la que ahora se ultima desahogará su funcionamiento hasta que la de nueva factura comience a trabajar para la zona de implantación en la que ahora se está desplegando la red de conducciones.
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Según los datos facilitados por Somacyl, la empresa pública de la Junta de Castilla y León que desarrolla este plan de calor limpio con biomasa, un total de 3.428 viviendas distribuidas en 44 comunidades de propietarios de Parquesol, Villa del Prado y nuevas áreas de Huerta del Rey ya han solicitado su adhesión para recibir en sus hogares el servicio, un número que crecerá, estima el Ejecutivo regional, a lo largo de 2025 cuando esté a pleno rendimiento y se haya culminado la instalación de las tuberías. Está previsto que esta red de calor pueda atender a más de 10.200 viviendas de Valladolid y 67 edificios públicos, mediante incorporación progresiva durante los próximos años.
La red de calor está ya en marcha en una parte del barrio Huerta del Rey, donde, entre noviembre y diciembre, llegará a nuevas áreas de la zona. También a finales de este año, algunos bloques de Villa del Prado podrán engancharse a la caldera.
En el caso de Parquesol, se espera que en una parte del barrio pueda entrar en servicio el primer trimestre de 2025 y el resto en el tercer trimestre del mismo año. De momento, solo dos edificios de viviendas de ambos barrios han formalizado su conexión, según matizan fuentes de Somacyl.
Respecto del precio medio de los combustibles fósiles en los últimos años, el ahorro que una comunidad de propietarios puede lograr con su adhesión a esta red oscila entre el 30% y el 40%, según apuntan en Somacyl. «Además, permite no tener que invertir a futuro para renovar sus calderas y se reducen sus costes de mantenimiento», recalcan. Otro aspecto a tener en cuenta, añaden, es que al utilizar energía renovable, las comunidades «mejoran la calificación energética de sus inmuebles y quedan cubiertas frente a futuros impuestos al CO2 emitido ya anunciados por la Unión Europea».
Para conectar un edificio a la red de calor, en su interior hay que instalar una pequeña subestación de transferencia de calor, formada por un intercambiador de calor, un juego de válvulas y un contador de energía térmica. Las subestaciones de intercambio en los edificios privados las ejecutan y financian los suministradores homologados, repercutiendo su valor en diez años en el termino fijo de contrato de suministro que firman con las comunidades. Su coste depende del tamaño del edificio y de dónde haya que ubicarla dentro del mismo inmueble.
La empresa que está abriendo el subsuelo del oeste de la ciudad para instalar los grandes tubos por los que se transporta el agua a 90 grados que calienta viviendas y edificios públicos trabaja ahora en cuatro zonas. En Huerta del Rey, hay zanja en la calle Miguel Ángel Blanco y Mariano García Abril, unas obras que finalizarán entre octubre y diciembre, pero que no librarán al barrio de nuevos cortes de vías porque la malla continuará extendiéndose. Lo mismo sucederá en Parquesol. En noviembre, se cerrará el tajo ahora abierto en Amadeo Arias y Manuel Silvela, así como la gran obra que se ejecuta en Adolfo Miaja de la Muela hasta Hernando de Acuña (la subida al barrio por la piscina), pero las conducciones continuarán instalándose durante todo el 2025.
La inversión de la Junta de Castilla y León en este macroproyecto energético para la zona oeste de Valladolid supera los 36 millones de euros. Para la operación y mantenimiento de la infraestructura de la gran caldera se crearán doce puestos de trabajo directos, mientras que en para obtención y logística de la biomasa necesaria para alimentar el sistema se crearán cuarenta empleos directos y veinte puestos indirectos en el mundo rural. año. La previsión de consumo de biomasa para cubrir la demanda potencial es de 50.200 toneladas de astilla forestal al año, un volumen que generará actividad en los pueblos de la comunidad.
La red para estos tres barrios del oeste de la capital será la tercera experiencia de este tipo en la ciudad. En 2014, Somacyl y la Universidad de Valladolid llegaron a un acuerdo para la construcción de la primera caldera pública de biomasa dentro del campus Miguel Delibes para atender la demanda de la zona académica. Cinco años más tarde se conectaba a esta malla el Hospital Clínico. En 2019, se ponía en marcha otro centro de producción en el aparcamiento de la Feria de Muestras. Desde este punto se distribuye calor a instalaciones públicas –consejerías, Escuela de Arquitectura o el polideportivo Huerta del Rey–, así como a 22 edificios residenciales con 1.625 viviendas. Con esta nueva fase todavía en marcha, la futura red de calor conllevará la eliminación de más de 400 calderas de combustible fósil, según los cálculos de Somacyl.
El plan de calor sostenible para Valladolid está lanzado. Tras las experiencias del campus universitario, de la central de la Feria de Muestras que alimenta parte del barrio de Huerta del Rey y de la red que ahora se extiende por la zona oeste con la nueva caldera junto al estadio, la Junta está ultimando la instalación de una cuarta central en el polígono de Argales, concretamente en una parcela de titularidad municipal anexa a las cocheras de Auvasa de la calle Bronce. El Gobierno regional y el Ayuntamiento ultiman la cesión del terreno mientras los técnicos de Somacyl están realizando los estudios de demanda térmica de los diferentes barrios del sur –La Rubia, Arturo Eyries, Parque Alameda o Covaresa, entre otros– para un correcto diseño de la red, así como otros trabajos de ingeniería y autorizaciones de obra. Al mismo tiempo, la empresa pública también trabaja en la elección del enclave que acogerá otra central de generación en la zona este de la capital y que dará servicio a barrios como Delicias, Pajarillos o Pilarica, incluida la zona de Los Santos. Además, según acotan los responsables de Somacyl, se pretende ampliar la red de calor de la Universidad de Valladolid el año que viene, la primera que se puso en marcha en la ciudad. En funcionamiento desde 2015, esta malla actualmente atiende a más de treinta edificios públicos del entorno de los campus, entre ellos el Hospital Clínico Universitario. Se busca llegar a nuevas zonas anexas al área académica, entre ellas el desarrollo residencial de Viveros, delimitado por el antiguo solar de Lauki donde ahora se construye un centro deportivo, el Camino del Cementerio, avenida de Santander y San Pedro Regalado. Esta ampliación se acercará también a La Rondilla, ya que está previsto que esa primera extensión de las conducciones llegue hasta la calle Madre de Dios. A estos proyectos a medio plazo, se sumará más tarde la zona norte en la que se incluyen barrios como La Victoria, La Rondilla, el casco histórico de la ciudad y el Paseo de Isabel la Católica.
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