Javier Hernández y Nacho López, dueños del bar, sacan del embalaje las sillas que poblarán la terraza. Rodrigo Jiménez
Valladolid

El Café Herminios reabre como bar musical y sala de conciertos bajo el nombre de Sala Sótano

Los tres socios al frente del negocio esperan servir las primeras copas este viernes y aprovechar las fiestas de la ciudad para dar a conocer el nuevo estilo del establecimiento

Marco Alonso

Valladolid

Jueves, 1 de septiembre 2022, 00:05

«Desde que falta, no he vuelto a tomar whisky. En realidad, porque no me gusta, todo hay que decirlo. Pero con él sí, con él el whisky era diferente, estaba lleno de adjetivos, de elegancia y la vida era algo cinematográfico, misterioso y personal ... y no esta vulgaridad retransmitida en directo en la que la hemos convertido». Estas son las nostálgicas palabras que escribió el año pasado el articulista José F. Peláez en unas líneas bajo el título 'In memoriam Herminio's', en el que recordaba el mítico y desaparecido bar de Jazz de Valladolid.

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Pese a lo que escribía Peláez, los nostálgicos están de enhorabuena y desde este viernes podrán bajar de nuevo las escaleras del local, rememorar viejos tiempos y tomar whisky, o cualquier otra copa, en esa barra de madera que forma parte de la 'otra historia de Valladolid'. No obstante, los que acudan a este establecimiento se encontrarán con un bar diferente, que nace con vocación de albergar conciertos en el futuro próximo, y que abrirá bajo el nombre de Sala Sótano.

Los dueños de este nuevo espacio resumen así lo que esperan de su negocio: «la ciudad ya cuenta con una muy buena oferta de bares y salas para disfrutar de la noche y por eso es para nosotros un reto esta nueva oportunidad; lo que queremos es crear entre todos un lugar de encuentro para bailar, para disfrutar y tomarse una copa. Nuestros horarios, hasta las 4:30 horas, nos van a permitir además acoger a unas 200 personas hasta -casi- el final de la noche y lo que queremos es que la Sala Sótano sea un lugar en el que la gente de Valladolid disfrute de música de diferentes estilos y de un buen ambiente», indican.

Nacho López y Javier Hernández, los dueños de la Sala Sótano, en las conocidas escaleras del local. R. Jiménez

El Herminios no es el Herminios desde principios de 2017, cuando cerró sus puertas. Después abrió con el nombre de Sinners Club, pero de nuevo tuvo que cerrar y ahora tres socios han unido sus fuerzas para rescatarlo otra vez. «Estamos ubicados en un local mítico para la ciudad que alberga décadas de historia de música en directo, de ambiente y de lugar de encuentro. Esta humilde leyenda nos anima aún más a crear entre todos algo diferente y especial», señalan ilusionados los dueños de este nuevo proyecto.

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