Valladolid

Cae una banda de grafiteros con más de 30 pintadas en las calles

La última, la que propició que se le identificara, llegó tras un aviso en la calle Acibelas. Allí se le sorprendió con el espray en la mano y con su grafía habitual. Y se le detuvo.

Se ponía 'fin' a un intensivo trabajo de la Policía Municipal de Valladolid para acabar con esta 'crew' de grafiteros. Porque en el radar del perito calígrafo de la Policía se encontraban presumiblemente tres miembros de una misma banda.

Cayó el conocido como 'Pufo', con unas treinta denuncias a sus espaldas por tirar de su firma callejera. Entre sus 'logros personales', relatan los vecinos de la zona, que estrenó un muro en la calle Relatores, en el barrio de La Rondilla. «A partir de entonces esa pared, virgen desde que se levantó, se convirtió en pasto de grafitis», agregan residentes de la zona.

También fue identificado recientemente el conocido como 'MLN'. Las denuncias que atesora son menores en número y no llega a las diez pero su firma aún se puede ver por las calles.

Las arduas investigaciones para dar con los autores de estos actos vandálicos se centran principalmente en revisar centenares de cámaras de negocios en zonas donde se detectan las pintadas. Ese análisis se complementa con la formación y el análisis del perito policial y con la colaboración ciudadana. No hay mayor prueba que pillar a alguien 'in fraganti'.

Se estima que la ciudad cuenta con alrededor de setenta grafiteros, doce de ellos de gran actividad, entre los que se encontraban precisamente estos tres componentes de una misma pandilla. Precisamente se cuantifica que unas cinco de estas bandas 'trabajan' en Valladolid.

Actúan con más frecuencia en barrios como La Rondilla, Delicias, el Camino Viejo de Simancas, la zona de Martín Baró, el centro comercial RÍO Shopping, la VA-20 o la VA-30 en un denominado turismo de espray. Pintan y se van.

Su incremento en la calle ha propiciado que los servicios de limpieza del Ayuntamiento de Valladolid hayan intensificado las labores de higiene. Su trabajo en algunas ocasiones es casi inmediato para devolver a esa fachada o puerta manchada a su estado original, si bien en otras el sello personal de los grafiteros perdura en el tiempo. Son las consecuencias de esas denominadas 'crews'.