La mujer del desaparecido en Valladolid: «Me dijo que se iba a trabajar» pero nunca llegó

Y era cierto, Maeve recuerda que la noche del 1 de noviembre, la última vez que vio a Lucas, tenía fiebre y un flemón. «Además estaba muy desanimado, no se encontraba en su mejor momento, padecía una depresión sin tratar desde hacía tiempo», se lamenta. Por ese motivo, el mismo día 2, cuando vio que su marido «desde hace 25 años» no regresaba a casa, llamó al 1-1-2 y al 092 para poner en conocimiento su desaparición. Un día después, el miércoles 3, se personó en la comisaría de la Policía Nacional de la calle Eras para formular la denuncia.

Y llegaron las primeras noticias. Ese mismo día, sobre las 18.30 horas, se hallaron en Cabezón de Pisuerga, en las inmediaciones del río, objetos personales de Lucas. Entre ellos, el teléfono de este vallisoletano de 45 años, «que ahora mismo está en manos de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Tordesillas, encargada de la investigación», explica su esposa.

Este hallazgo precipitó el despliegue de un dispositivo de búsqueda en Cabezón. El alcalde de la localidad, Sergio García, confirmaba esta mañana que desde ese día se ha desplegado por la zona «un helicóptero de la Guardia Civil, una unidad del grupo de especialistas en actividades subacuáticas (GEAS) y voluntarios del equipo de protección de Cabezón para peinar la ribera y el cauce del río». «También los deportistas del club de piragüismo de Cabezón se han sumado a la búsqueda» en las inmediaciones del Pisuerga.

«Estoy muy agradecida por la labor que están haciendo para encontrar a mi marido, aunque en algunos momentos he sentido que la información sobre la búsqueda no ha fluido como debía. Me llegaban pocas noticias y, a veces, contradictorias. Incluso, me he enterado de detalles por redes sociales», reconoce Maeve, que asegura además que «los padres y el hermano de Lucas también han sabido lo ocurrido por publicaciones en Internet».

Pero eso ahora no es lo importante. «Lo que quiero es que Lucas aparezca. Sus amigos y yo le estamos esperando para darle todo el amor del mundo». «El día de su desaparición se fue a pie, llevaba la documentación y vestía una cazadora verde, vaqueros y botas de trabajo negras», explica Maeve. «Mide 1,87, no 1,85 como dice en los carteles. Tampoco tiene los ojos verdes, tiene heterocromía –un ojo de cada color, en este caso uno verde y otro marrón–, pesa unos 63 kilos y tiene el pelo rubio oscuro».

Maeve espera que todo quede en un susto como ocurrió hace siete años, en 2014, cuando Lucas decidió por voluntad propia irse del domicilio familiar. «Entonces fueron solo tres días y apareció en Medina de Campo». La situación de ahora se torna diferente, ya son doce días sin noticias y cada minuto que pasa cuenta para dar con el paradero de Lucas, «una persona divertida, de trato fácil y muy trabajador».

«Es el mejor compañero del mundo, como marido no he podido tener más suerte al encontrarlo y compartir con él 25 años de casados. Sus amigos le quieren muchísimo y no han parado de buscarle. Por favor, vuelve. Todos te estamos esperando», suplica emocionada su esposa.

Cualquier persona que conozca su paradero o lo haya visto puede aportar esta información en el 062 o a través del correo electrónico info@sosdesaparecidos.es así como en los teléfonos 642 650 775 o 649 952 957.