Valladolid

Se busca pirómano en el barrio Belén tras un verano de contenedores calcinados

La madre de Beatriz y Azucena ha sido una de las tres víctimas que durante el fin de semana ha sufrido los últimos actos vandálicos. «Podíamos haber salido por los aires. Esto ya no es una gamberrada. Es algo serio al estar nuestra vida en peligro», agregan en el improvisado corrillo de este martes en la calle Nochebuena y ante unos visibles desperfectos.

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Los afectados, así como los vecinos más cercanos, aún se preguntan cómo es posible que se haya dado esta situación. No entienden nada, más allá que tras poner la denuncia, la Policía Nacional les habla de un posible pirómano en la zona. El tema de las cortinas calcinadas empezó en la noche del viernes en una vivienda para continuar el sábado con la de la madre de Beatriz y Azucena. En la noche del domingo, en la misma calle, al no haber cortinas, lo intentaron con las persianas, pero la misma no llegó a prender. «Ahora, como se puede ver, todos hemos quitado las cortinas», agregan las víctimas con el susto aún con el cuerpo.

Porque ninguno de los afectados se percataron de que durante la noche quemaron sus accesos. Se enteraron a la mañana siguiente tras ver un montón de cenizas en una puerta totalmente quemada. «Se me ha dañado hasta la mirilla», prosigue una propietaria que no quiere desvelar su nombre y que vive con dos menores. Con los trámites del seguro ya avanzados, los vecinos del barrio Belén piden más presencia policial para evitar que la historia se repita. «El problema que tenemos es que no somos ni la Plaza Mayor ni el Paseo de Zorrilla. No pedimos tener una patrulla 24 horas en este punto, pero estamos abandonados», agrega Azucena tras un verano convulso en sus calles.

Si de «grave» califican lo ocurrido en sus casas de «inquietante» lo hacen sobre los contenedores quemados en la plaza de las Nieves. «Llevamos así desde el verano», apuntan mientras invita al redactor fotográfico a que inmortalice el estado de los mismos. Precisamente en la salida de esa plaza en dirección a la calle Villancico los restos de los incendios se plasman en el suelo. Un terreno marcado por el paso de las llamas que ha obligado a varios cambios de contenedores. «Cada madrugada tenían que estar aquí los Bomberos para sofocar. Ya nadie quiere aparcar al lado de ellos, porque nadie se quiere arriesgar. Ahora, tras los incendios en la calle Nochebuena, han dejado más tranquila esta zona», apuntan las dos hermanas.

A pesar de todo, el contenedor de papel mostraba un estado deteriorado por un incendio pasado. «Esta es la tónica de los últimos meses en el barrio. Esperamos no tener ningún episodio más, pero... La Policía nos dice que cree saber quién está detrás de estos actos vandálicos, pero les tienen que pillar», concluyen.