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Transcurrían varios minutos desde que el Papa Francisco se había encontrado con la delegación vallisoletana que ha viajado a Roma esta semana para presentar la Semana Santa de la ciudad. Tras charlar con el alcalde Óscar Puente o con la concejala Ana Redondo, que le entregaron entre otros presentes un libro sobre la Semana de Pasión vallisoletana o dos botellas de Vega Sicilia, el Sumo Pontífice saludó al resto de integrantes de la expedición hasta que uno de ellos, llamado Mario, se presentó ante él diciéndole: «Santo Padre, soy un seminarista vallisoletano».
El Papa, haciendo gala de su buen humor, le respondió: «Y qué culpa tengo yo», lo que desató las risas de todos aquellos que escucharon su comentario.
A renglón seguido, Francisco dio su bendición al joven, en un ambiente muy distendido.
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