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Una de las salas del CEAS de Pajarillos, donde se llevan a cabo los talleres sobre el manejo de las TIC. El Norte
La brecha digital es menor con la ayuda de los CEAS
Valladolid Social

La brecha digital es menor con la ayuda de los CEAS

El Ayuntamiento de Valladolid trata de acortar las diferencias que sufren las personas en riesgo de exclusión

Jueves, 17 de diciembre 2020, 07:57

La pandemia ha afectado tanto a la vida diaria, que incluso trámites que hasta ahora concebíamos como físicos han pasado a la escena telemática. Así, algo como dar de alta en el Registro Civil a los niños, ha llegado a hacerse 'on-line'. Por el camino hacia una mayor digitalización de la habitual hay quien se ha quedado descolgado, algo que, no obstante, ha intentado evitar el Ayuntamiento de Valladolid a través de la Concejalía de Servicios Sociales y Mediación Comunitaria. Lo ha hecho mediante los Centros de Acción Social (CEAS), desde los que se afanan en que esa brecha digital, cuando existe, sea lo más pequeña posible.

Durante el confinamiento, como recuerda María Arnáiz, profesional del CEAS de Pajarillos, estos centros tuvieron que ayudar a las familias desfavorecidas a que pudieran acceder a las clases, que pasaron a ser telemáticas. «El absentismo creció» ante la falta de medios o de los conocimientos para asistir a esas nuevas clases, algo que trataron de combatir en el barrio poniendo todos los recursos posibles a su disposición.

Además de ayudar a los propios niños, tuvieron que colaborar sobre todo en el refuerzo de sus padres, haciendo especial hincapié en que conocieran, en primer lugar, «las web de los propios centros educativos», ya que muchas de las herramientas que se ponían al servicio de los alumnos se subían a dichos portales. Y es que, cierto es, el WhatsApp está a la orden del día, y esta aplicación es usada por muchos de esos padres, pero esto no implica que todos sepan manejar otras aplicaciones. Por eso, en los CEAS se han llevado a cabo talleres para mejorar el manejo de estas habilidades, cada vez más presentes en nuestras vidas, también en los adultos, a fin de que estos puedan acompañar a los pequeños durante este proceso de inmersión en las TIC.

El reto de ampliar el perfil profesional para mejorar la atención al usuario

Reza el refrán que nadie nace enseñado, y así es. Los trabajadores de los CEAS de Valladolid no son ajenos al dicho; han convivido durante los últimos meses con el reto de tener que ampliar sus conocimientos para poder mejorar la atención a los usuarios de sus servicios. Y lo han hecho con buen ánimo, como reseña María Arnáiz. En su caso, bromea, al no tener hijos su 'especialidad' no han sido las aplicaciones de educación, aunque sí se ha sumergido en ellas para ofrecer una mayor ayuda.

La normativa ha sido cambiante también con el avance de la pandemia, lo que ha conllevado que hayan tenido que ir adaptándose a las circunstancias con el paso de los meses. No obstante, la atención nunca se ha dejado de prestar en las mejores condiciones... ni se dejará de hacerlo, ya que continuamente los conocimientos se ponen en común o se reciclan.

Durante el desarrollo de su labor los profesionales se han topado con múltiples dificultades, propias de la falta de medios económicos de las familias, pero no solo. Así, en algunos casos también ha habido obstáculos educativos y culturales, con los que ha habido que lidiar. Pero no todo es negativo. Porque, como recuerda Arnáiz, en medio de este proceso, por ejemplo, se han encontrado cómo dos de los menores con los que trabajan consiguieron un acceso a tabletas, con las que acudieron con las tareas realizadas a los talleres y cuyo manejo fue mejorando durante el desarrollo de estos. Este componente es otro añadido a la falta de medios económicos, y es que no todas las familias a las que atienden concebían la necesidad de disponer de unos medios tecnológicos mayores. Debido a la pandemia, esta concienciación ha crecido en muchos, sin embargo, eliminando así una barrera cultural-educativa.

Ayuda administrativa

Fruto del desconocimiento del funcionamiento de las herramientas digitales, no solo de la aplicación y del portal de la Consejería de Educación, los profesionales de los CEAS han ido enseñando también a adultos a manejarse en otros ámbitos de la red; por ejemplo, en su 'nueva' relación con las administraciones públicas. Los trámites con estas han pasado a ser, si no al completo, en buena medida a través de Internet, lo que ha aumentado la brecha de los que tienen un acceso limitado a la web o directamente no lo tienen, y sin embargo, tenían que recurrir por necesidad a esas instituciones, para solicitar prestaciones como la renta de ciudadanía u otras ayudas básicas para subsistir.

La aplicación móvil Cl@ve PIN cobró un importante protagonismo, lo que hizo que profesionales como María Arnáiz tuvieran que familiarizar a los usuarios con ella, otra vez, con algún impedimento fruto de la menor conciencia tecnológica o de determinados patrones culturales que dificultaban este acceso. Así, hubo mujeres con un nivel bajo de privacidad en sus dispositivos móviles a las que debieron emplazar a elevarlo para poder utilizarla. Del mismo modo, contar con teléfonos 'de tapa', anticuados, no era tampoco una opción.

La normativa y los nuevos patrones sociales, como el impedimento de formar grupos amplios en esos talleres, el no poder compartir dispositivo o que quien imparte las clases no pueda tocar el del usuario son otras circunstancias a las que se han debido adaptar, algo que se ha hecho de buen grado desde la Concejalía de Servicios Sociales y Mediación Comunitaria, que otea en el horizonte un 2021 en el que la incertidumbre no detendrá estos planes en pos de acabar con una brecha que el virus amenazó con abrir.

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