El auge de las bodas por la vía civil ha llegado a los Colegios de Notarios. En los últimos 25 años las bodas religiosas han caído en picado, pasando de ser la opción mayoritaria a ser elegida tan solo por un 19,4% de las ... parejas que contrajeron matrimonio en España en 2022, según los últimos datos publicados por el INE. La estadística matrimonial en la comunidad también refleja esta misma tendencia: el 78,4% de los castellanoleoneses se casaron por la vía civil en 2022. Y a escala local el porcentaje apenas varía. En ese mismo año en Valladolid se celebraron 1.784 enlaces matrimoniales y el 77% de las nupcias -1.375- se firmaron en un juzgado, en los ayuntamientos o en el despacho de un notario.
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Esta última es una opción menos conocida, aunque cada vez más demandada, según apuntan los órganos colegiados de estos profesionales, que desde 2015 tienen la potestad de dar fe, legal, a un matrimonio. Y tras una reciente reforma del Código Civil en abril de 2021, también pueden tramitar el expediente matrimonial, por lo que en la actualidad es posible casarse acudiendo únicamente al despacho de un notario. Algo que ya hicieron 145 parejas vallisoletanas en 2023, un 30% más que en 2021 -111-. Ese mismo año la entrada en vigor ya tuvo sus efectos, duplicándose el número de matrimonios por esta vía. En total, en los últimos seis años se han incrementado un 60% y ya representan cerca de un 10% del total de las bodas civiles.
Desde el Colegio Notarial de Castilla y León achacan este incremento a que se trata de «una posibilidad cada vez más conocida», cuyas principales ventajas frente al Registro Civil son la «agilidad y mayor información». La capital pucelana cuenta con 16 despachos notariales, frente a una única oficina de Registro Civil en la calle Angustias. «Algo muy vinculado con el matrimonio son los efectos económicos, que no son muy conocidos y que en el Registro Civil no se comentan», explica Leopoldo Martínez, decano del órgano colegiado, que, de entre las virtudes de casarse en uno de sus despachos, destaca el asesoramiento a los futuros casados sobre los distintos regímenes económicos aplicables al matrimonio.
Martínez señala que el mismo trámite en el Registro Civil es «mucho más rígido», sobre todo en determinadas circunstancias que requieren de una adaptación que no siempre es posible en la administración: «Tuve una pareja de un egipcio y una argelina, ella hablaba español, pero él no. En Valladolid no había ningún intérprete jurado, por lo que una persona de mi confianza se prestó para hacer de traductora», ejemplifica el decano, que explica que la misma situación en el Registro Civil habría supuesto un aplazamiento, dado que es necesario hablar con la pareja para garantizar la seguridad jurídica del matrimonio.
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Por lo demás el proceso no difiere de hacerlo en un juzgado o en un ayuntamiento, con la salvedad de saltarse la cita en el Registro. En su lugar los interesados tienen que acudir al colegio de notarios de su lugar de residencia, donde asignarán su expediente a un colegiado, encargado de dar trámite al expediente matrimonial. Este profesional será quien valore una serie de circunstancias, como la inexistencia de una relación fraudulenta, que lo hagan libremente o que no estén incapacitados, antes de dar el visto bueno: «Vienen los interesados, se presentan dos testigos y el notario los declara aptos para casarlos. Después se hace la celebración del matrimonio», explica el decano vallisoletano.
Sobre los plazos, no hay un tiempo estipulado. La primera cita para dar trámite al expediente, el paso previo y necesario para la ceremonia, puede llegar en dos semanas, según apuntan desde el Consejo General del Notariado. Una vez concluido el expediente, los interesados pueden casarse ante el mismo colegiado y nuevamente la celeridad hace que muchos se decantan por la misma notaría. «Muy frecuentemente es el mismo notario el que hace la ceremonia», señala Martínez, que estima que «en una semana podría llegar a celebrarse la boda», aunque subraya que no es lo normal. «Depende de las prisas que tenga cada uno».
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El coste de una boda ante notario oscila entre los 200 y los 400 euros, IVA a parte, dependiendo de si únicamente se tramita el expediente matrimonial, con el que después se puede acudir a otros órganos civiles para celebrar el casamiento, o se lleva a cabo en el despacho notarial también la ceremonia. La misma puede ser más o menos solemne. «Hay veces que se ponen flores», cuenta el Decano, que también se ha encontrado con novios que «acuden en bermudas». La ceremonia, con beso o sin él, finaliza con un «están ustedes casados».
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