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Es una de las calvas urbanísticas más reconocibles del casco histórico. Desde que en 2007 el inmueble fuera desalojado por su estado ruinoso, el solar de los números 4 y 6 de la calle San Martín, con vuelta a los Moros, espera una solución para ... poner fin al abandono de esta céntrica pieza de suelo en el corazón de la ciudad. Pues bien, la ocupación de este espacio está ya más cerca, después de quince años sin ningún movimiento. La empresa El Olivar de la Adrada promoverá un edificio con 19 viviendas y entre 25 y 30 plazas de aparcamiento en este enclave, que se comenzará a construir a final de año.
El bloque, que comercializará Engel & Völkers, mantendrá la fachada protegida del antiguo inmueble de San Martín –dos alturas y ático– y cambiará la estética de la calle de los Moros, ya que la nueva edificación, de tres plantas y bajocubierta, se retranqueará para alinearse con el resto de fincas, con lo que esta vía peatonal ganará espacio para los viandantes.
La promotora solicitará licencia de obra en un mes para comenzar a trabajar en esta caries antes de que concluya 2022, según confirman fuentes cercanas al proyecto. La inversión, entre la compra del suelo y la edificación, alcanza los seis millones de euros.
Este esquinazo, casi en la desembocadura de Angustias, estará en obras durante 24 meses. Sus promotores quieren que sea un edificio residencial de lujo. Los precios que se barajan para los que estén interesados en hacerse con una vivienda en él oscilan entre los 340.000 euros por un piso de dos dormitorios, con plaza de garaje, incluida a los 560.000 por una casa con cuatro habitaciones.
La obra pondrá fin a un largo contencioso urbanístico que comenzó en mayo de 2007. El derrumbe de una pared medianera del antiguo edificio que daba a un patio interior llevó al Ayuntamiento, entonces en manos del PP de León de la Riva, a ordenar el desalojo inmediato del inmueble para evitar males mayores. Por aquel entonces, los únicos inquilinos eran la tienda de bicicletas JAG y una residente que convivía con un hijo. Todos pagaban un alquiler de renta antigua. Su mudanza provisional se convirtió en definitiva.
El Ayuntamiento ordenó la rehabilitación del inmueble y llegó a abrir un expediente sancionador a la propiedad. Finalmente, el edificio quedó vacío hasta su demolición total debido a su mal estado. Solo quedó en pie la fachada que aún se conserva. Este elemento estuvo, desde 2012, asegurado con un enorme andamio exterior que obligaba a los viandantes a pasar por un túnel de hormigón y hierro.
En 2015, con la llegada del equipo de gobierno del PSOE y Toma la Palabra, se obligó a la propiedad a apear la estructura desde el interior del solar para facilitar el paso de los peatones. Esta fue la última intervención en este enclave. Ahora, por fin, se suma a los proyectos de rehabilitación que se están llevando a cabo en el centro de la capital.
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