El billete de Renfe se encarece el 5% a los usuarios de Castilla y León si lo compran en oficinas de Correos

La operadora estatal llegó a un acuerdo con Correos a finales del pasado año 2019, por el que este tipo de billetes podrían ser comprados en su red de oficinas de toda España, entre las que se incluían las de Castilla y León con conexión telemática.

Los billetes no puede ser vendidos por los carteros rurales que, aunque se desplazan a diario a repartir la correspondencia a los pueblos, sus dispositivos PDA no disponen de dicha aplicación.

Pese a que con esta medida Renfe pretendía paliar el efecto que supone para los viajeros que residen en zonas rurales o de baja densidad demográfica, como Arévalo, Astorga, Briviesca, Almazán, Aguilar de Campoo, Guardo, Osorno, Peñaranda de Bracamonte, San Feliz, Boñar, Cistierna, Sahagún, La Vecilla, Matallana, Puebla de Sanabria, o Viana de Cega, la ausencia de un empleado, lo cierto es que el billete que se compra en las oficinas de Correos se encarece un 5% más por la comisión que el servicio postal presta.

De este modo, si un trayecto en alta velocidad entre Valladolid y Barcelona cuesta 63 euros, el usuario tendrá que abonar otros 3,15 euros por la gestión.

En los apenas diez días que lleva en marcha este servicio por la supresión de taquillas, muchos usuarios desconocen que pueden comprar el billete de tren en Correos.

También algunos de los empleados se han visto sorprendidos por cómo aplicar el cobro para aquellos pasajeros que tienen condiciones especiales, como los de la Tarjeta Dorada, concebida para pensionistas y jubilados.

«Los cierto es que no pregunta mucha gente por este tema, pero sí nos han confirmado que podemos venderlos ya», explica un empleado de Correos. Para ello, el trabajador puede entrar desde la terminal que tiene en la oficina en la aplicación de Renfe, donde se le permite comprobar horarios, tipos de trenes y conexiones que el viajero puede efectuar en su ruta.

Fuentes del Servicio Postal en Valladolid justifica este cobro por «cuanto Correos es una sociedad estatal que tiene sus propias cuentas, y tiene que facturar a Renfe por la prestación de un servicio que realiza al igual que lo hace con otras compañías, como Endesa o Telefónica. En estos casos, son estas empresas las que asumen dicho importe, dando un precio final al cliente con el que contratan», explica un empleado postal.

Para Correos, esta nueva prestación a Renfe le permite ampliar su línea de negocio y paliar el descenso del reparto de la correspondencia tradicional (cartas), desplazada por el aumento del correo electrónico.

Renfe argumentó el pasado 2 de enero que «asumiría la venta presencial de billetes en aquellas estaciones que dispongan de una media diaria superior a los 100 pasajeros subidos y un volumen determinado de ventas en taquillas. Una circunstancia que en la mayoría de las 16 estaciones afectadas, según sus datos, no cumplía.

De las dieciséis de la región, las que más pasajeros subidos al día tenía eran Arévalo (74), Peñaranda (69), y Sahagún (56). Las que menos Guardo (4), Osorno (7), San Feliz ( 11), o Viana de Cega (con 14 viajeros subidos al día).

Por otra parte, la operadora recuerda que este importe por el gasto de gestión es inferior al que se aplica en las propias taquillas con personal de Renfe, y que está fijado en el 5,5%.

Para la compra de billetes en las máquinas de autoventa establecidas en las estaciones, y mediante el pago con tarjeta de crédito, por los gastos de gestión se le aplica el 3,5%.

La operadora también aplica una comisión del 3,5% cuando la venta se realiza de forma personalizada vía telefónica.

Asociaciones de usuarios han señalado las dificultades que tienen estas máquinas para aquellos pasajeros con mayor edad, por lo que «muchas de las familias optan por comprar el billete en la página web de Renfe, y son sus allegados los que luego imprimen el pase para viajar».