Valladolid

Las bicis de Biki llegarán a grandes empresas y a cuatro municipios del alfoz

Biki se ha «consolidado» como un medio de transporte alternativo para ir al trabajo o a los centros de enseñanza y esa faceta es la que se quiere potenciar. Lo avanzó el gerente de Auvasa, Eduardo Cabanillas. Ya se están manteniendo contactos con grandes empresas de la ciudad -no quiso desvelar con cuáles hasta no cerrar los acuerdos- para instalar estaciones en sus recintos. Además, cuatro municipios del entorno de la capital quieren integrarse en él. Con Zaratán el acuerdo está «muy avanzado» tanto para la implantación del servicio como para construir un carril entre ambos municipios que permita una circulación segura, según apuntó Gutiérrez. A esta localidad, se suman La Cistérniga, Simancas y Santovenia.

Gutiérrez Alberca y Eduardo Cabanillas han reconocido que Biki es deficitario, aunque han restado importancia a esta circunstancia, porque lo asumen ya como un servicio público, al igual que Auvasa, a la que cada año se le inyectan del presupuesto municipal alrededor de quince millones de euros para que los autobuses sigan circulando. En el caso del préstamo de bicis, el mantenimiento anual supone un coste de 900.000 euros mientras que los ingresos alcanzan los 400.000. Medio millón de pérdidas, que podrían ser más con la intención del equipo de Gobierno de extenderlo al máximo.

Según la información aportada por ambos responsables municipales, el perfil de los ciclistas que utilizan Biki es el de personas jóvenes, entre 18 y 30 años, que viven en el oeste o sur de la ciudad y que se desplazan para viajes necesarios, es decir para acudir a su empleo, a la Universidad o hacer gestiones. También hay otra franja importante de usuarios entre los 40 y 50 y los motivos para subirse al sillín serían los mismos. Porque su uso se centra principalmente en los días laborables y desciende los fines de semana, lo que confirma que el personal no coge los ciclos para disfrutar de su ocio o dar un paseíto el domingo, sino que se ha convertido en un vehículo para el desplazamiento diario. Ahí están las franjas horarias con mayor uso para confirmarlo: de 7:00 a 9:00 horas; de 14:00 a 15:30 y de 17:00 a 19:00. Los datos también demuestran que la utilización de la bicicletas se resiente algo en los meses más fríos, desde noviembre a enero, y repunta cuando las temperaturas suben.

Lo que también parece quedar claro después de un año es que lo de darle al pedal cuesta. La tendencia de los abonados es tirar de bici asistida. Y ese mayor uso de las bicicletas eléctricas ha llevado a un cambio en la oferta. El sistema partió con una distribución del 75% de bicicletas mecánicas y un 25% de eléctricas. Ahora está equilibrada prácticamente al 50%: 404 eléctricas y 452 mecánicas, que se reparten en 97 estaciones.

El servicio ha alcanzado como punto máximo los 2.500 usos diarios, pero la media es de 1.244. Nada que ver con los 380 que registraba la anterior oferta, Vallabici. Los puntos más utilizados en este primer año de funcionamiento han sido los de la estación de tren (26.101), Poniente (25.587), Paseo de Zorrilla (22.270) y Fuente Dorada (22.125).

Gutiérrez y Cabanillas avanzaron que ya está en licitación la adquisición de nuevos vehículos. Por un lado, para aquellos usuarios que quieran transportar mercancías -son bicis con una cajón en la parte delantera- y, por otro, para la personas con alguna discapacidad. En este último caso, se trata de una especie de triciclos con un amplio asiento también en la parte delantera para el usuario mientras que los pedales los daría otra persona. Aún no se han definido los modelos hasta no recibir las ofertas. Durante los próximos meses se acometerá también una mejora técnica en los puntos de anclaje de las estaciones con el objetivo de facilitar la maniobra para coger y dejar los vehículos.