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El Nazareno recibe a miles de devotos en una tradicional cita del calendario con la que popularmente se abre la Semana Santa de Valladolid. La ... histórica convocatoria vuelve a congregar a muchísimas personas en la céntrica iglesia de Jesús con varios momentos de colas que incluso, en hora punta, han continuado también por la calle. Se trata de un tiempo de espera, dentro o fuera, que también se hace tradicional, porque son miles de personas las que quisieron un año más visitar y encontrarse con esta imagen, modelo artístico de la Escuela Castellana pero que es sobre todo fervor indisoluble de la capital vallisoletana desde finales del siglo XVII.
Una nube de incienso con su penetrante olor anuncia la cita anual del besapié de Nuestro Padre Jesús Nazareno por todo el entorno de la Plaza Mayor. Es una jornada de habituales, de rezagados y también de turistas que están acudiendo a la llamada del primer viernes del mes de marzo en un ambiente de mucha solemnidad y eminentemente espiritual con una escena que cada año es diferente, como comentaban los fieles al acceder, «porque venimos a encontrarnos con él, a rezar, pero sobre todo a agradecer». «Y también para quedar con Jesús el próximo Miércoles Santo, poderle ver por las calles y que la lluvia nos respete», apuntaban un grupo de niños cofrades que, con especial ilusión, empiezan a hacer de esta tradición algo tan suyo desde estos primeros compases de la Cuaresma.
Más de doce horas de apertura ininterrumpida de la Iglesia Penitencial de Jesús significan muchas horas de emociones ante el Nazareno y también de reencuentros entre cofrades e incluso de vallisoletanos que han hecho corrillos a las puertas después de proceder a la visita o de participar en alguna de las seis eucaristías programadas. Unos cultos que abrieron y cerraron la jornada, respectivamente, con las celebraciones del obispo emérito de Santander, Manuel Sánchez Monge, y del arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, quienes coincidieron al predicar sobre el significado que tiene el Nazareno para Valladolid, para sus ciudadanos y su propio devenir histórico.
Precisamente un besapié que suma 310 años -se celebra desde 1715 y está considerado como uno de los más antiguos de España- con dos momentos únicos: desde la iglesia verse cara a cara con esta imagen de mirada fija y rostro dolorido con la corona trenzada de espino y, desde el camarín, poder dar un beso o acariciar el pie donde se aprecian las vetas de la madera o, lo que es lo mismo, donde se evidencia la gran devoción que ha suscitado generación tras generación. Y este viernes también. Una circunstancia exteriorizada del mismo modo con los cientos de velas que se han ido encendiendo durante todo el día y que alumbraban con llama de vela la devoción de tantos y tantos devotos.
Y las emociones más que pronunciadas con palabras se reflejaban en los rostros multiplicándose cuando los devotos accedían al Nazareno a través de las escaleras del camarín, las puertas de acceso a la hornacina que acoge la devota imagen. Un espiritual itinerario durante el cual los miles de asistentes pudieron contemplar también el Cristo de la Agonía, el Cristo del Despojo o el Cristo Yacente con la Virgen de la Soledad y Sacromonte Calvario. En las escaleras del mismo camarín, por su lado, los bajorrelieves con diferentes escenas de la Pasión de Cristo además de la cruz procesional que porta esta imagen titular.
La próxima cita con Nuestro Padre Jesús Nazareno será durante la celebración del quinario en su honor, que entre los días 17 y 21 de marzo se celebrará en la Iglesia de Jesús y estará presidido por el sacerdote Gregorio Casado Jiménez, párroco de Renedo, Castronuevo y Villarmentero de Esgueva.
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