Un «ser bendecido por Dios» y la bata de la abuela, Gran Hermano busca candidatos en Valladolid

Si algo puede destacar en televisión es «un ser de luz bendecido por Dios», así es como se define Marta Leal, quien está segura de que en dos meses toda España la conocerá. Sin miedo a la fama. Asegura que será historia, con su 'rollito' y su forma de ser única dará mucho que hablar en la casa. «No voy a seguir ninguna estrategia, yo con mirar a una persona a los ojos ya sé cómo es, con ser yo misma ya tengo la fama hecha». Asegura que su principal función es entretener, «el dinero es solo papel lo que quiere es alegrar a los presos, a las personas que están encerradas, ser su fuente de entretenimiento». Es la primera vez que se presenta a un casting pero, se siente aupada por su gente, «conozco a 7.000 personas, y casi 5.000 me han dicho que este es mi 'casting' y mi momento».

Unai Martínez, ataviado con una bata de su abuela -amuleto y objeto personal con el que entraría a la casa de Guadalix -continúa aún con la «piel de pollo» cada vez que desde el tráiler suena la sintonía del programa. «Vengo desde San Sebastián, esto es mi sueño, llevo más de cinco años esperando este momento». Con la alegría y el buen rollo por bandera, Unai quiere ganarse un puesto entre los participantes de Gran Hermano 2024. Se define como una persona abierta, que le da oportunidades a todo el mundo -a pesar de que le haya transmitido una mala impresión inicial- pero que si lo que quieren es bronca y buscar el conflicto en él no van a encontrar una persona que se mantenga callada «si tengo que entrar, entro, lo que no voy a hacer es quedarme callado». Si bien esta es su primera vez en Gran Hermano, ya tiene una pequeña experiencia en los 'castings', «me presente a First Dates, pero continuo esperando». La experiencia es lo más importante para él, el premio es jugoso, pero no es su principal motivación, el verse en los platós de televisión -algo que le encanta- le pica más que cualquier premio.

Ferviente seguidor de Gran Hermano -en todas sus ediciones, incluidas las de otros países- Marcos Ramallo asegura estar viviendo su sueño desde que tenía 18 años. «Soy una persona que llama la atención, sin intención de ser egocéntrico, es que no hay otro igual, los propios directores de casting me han dicho que se nota que soy especial, que transmito un aura positiva». Junto a su sombrero de paja y sus gafas de sol, asegura que no va a seguir ninguna estrategia, que se va a dejar llevar, pero que es consciente de que es un programa en el que se entra solo y se sale solo y en el que por supuesto existe un importante premio. La fama no le asusta, al revés, le atrae, confiesa sentirse a gusto delante de una cámara y le encantaría verse en un plató de televisión.

Unas cincuenta personas ocupan la plaza de Zorrilla a las 11 de la mañana. Una espera de dos horas que da para mucho, por ejemplo, para hacer las primeras amistades e incluso preparar las primeras alianzas. Si no que se lo digan a Álvaro Benito, un joven de 25 años que viene desde Santander y a Gloria Romero de 23 años que ha recorrido más de seiscientos kilómetros -desde Benidorm- para presentarse al casting. «Estaba solo en la cola, Gloria estaba con su prima, así que he dicho voy a hablar a estas chicas y así se me hace esto un poquito más corto». Álvaro -que debería estar en Madrid, pero se encuentra 'teletrabajando'- se presenta al casting ya con la maleta «yo ya voy entrando, les preparo una tortillita y sobre todo cojo dos camas, una para mí y otra para Gloria que tenemos que dormir al lado».

Álvaro asegura que esto es el sueño de su vida, siempre ha querido presentarse, pero dos carreras y un máster se interponían en su camino. «Ahora, con 25 años y la vida más o menos encaminada era el momento». Por su parte, Gloria asegura que estaba deseando cumplir los 18 años para poder presentarse, pero justo cuando alcanzó la mayoría de edad fue cuando se dejó de producir el programa. «Me presenté por el formulario de la web, pero no me llamaron así que aquí he venido yo para demostrar que se han equivocado».

«Yo estoy aquí por estar en contacto con el reality, con las cosas 'guays' y las cosas chulas que se hacen», asegura Luis Joseph. Dice ser un perfil perfecto para este formato, donde lo que más puede ofrecer es compromiso con la productora y con el público al que piensa entretener. Si algo pesa en su decisión de subirse al camión junto a su pegatina que le inscribe en las listas del reality es la experiencia y el gusto por la televisión, de lado deja el tema económico «el vivir algo así y moverte en el futuro por los platós para mí es suficiente».

Cristina Ruíz, redactora de casting de Zeppelin, habla sobre los requisitos que tienen que tener los futuros concursantes del exitoso formato. «Tienen que contarnos por qué son un perfil que debe aparecer en el programa, la sensación que nos cause su perfil es lo que nos importa, nosotros no vamos con una idea fija o en busca de determinadas personas». La forma de apuntarse tiene dos vías, bien a través de un registro desde la página web de Telecinco, donde se rellena un formulario y se manda un pequeño video de presentación con el cual los directores se pueden ponerse en contacto o a través de los 'casting' abiertos que se realizan por todas las ciudades. «Este es un casting abierto, cualquiera que pase por la calle puede apuntarse, aquí lo que se hace es cogerles los datos y hacer una pequeña prueba de cámara en el camión», explica Cristina.

Gran Hermano volverá este septiembre de nuevo a Telecinco de la mano de concursantes 'anónimos', cumpliendo así el deseo de muchos de sus fans que se quedaron huérfanos cuando en 2017 la casa de Guadalix cerró sus puertas de forma indefinida. Siete años de espera que hoy todos los vallisoletanos que han hecho cola en la plaza de Zorrilla ven más cerca de que lleguen a su fin.