Las baterías portátiles, lo más demandado en un comercio que retoma la normalidad
La mayoría de las cadenas han podido trabajar desde las primeras horas, mientras que las tiendas de proximidad aún no están recuperadas «al cien por cien»
La mayoría de los establecimientos comerciales han retomado la actividad con relativa normalidad después de un lunes sin apenas transacciones ante el fundido a negro ... de los datáfonos y las cajas de venta. Aunque con diferencias notables por sectores, así como entre las grandes cadenas y el comercio de proximidad, que según apuntan desde Fecosva, «aún no se ha recuperado al cien por cien».
En la calle Santiago el lustre era muy distinto al del pasado lunes, cuando la imagen más habitual fue la de los propios trabajadores en el exterior, a la espera de noticias y sin poder echar el cierre, debido a la mecanización de persianas y puertas. Esta mañana el ajetreo era más notable en el interior de las tiendas, sobre todo en los establecimientos de telefonía y productos electrónicos. Y aunque no se ha experimentado ventas extraordinarias de ningún tipo, en los comercios especializados en accesorios de telefonía móvil si que apuntan a una mayor demanda de baterías externas, las llamadas 'powerbank'.
En la Tienda de las carcasas de la céntrica calle, uno de los comercios más concurridos esta mañana, las había de todo tipo, desde inalámbricas, híbridas con cable, con enganche para el coche o con tarjeteros, todas ellas en un oportuno estante a la entrada el establecimiento. «Sí que se ha notado un empujón en las powerbank'», confirma un empleado, que detalla, que, pese a que el día anterior apenas pudieron trabajar, también llegaron a vender «algún tipo de batería».
Radios, baterías y recargas de prepago
El tirón también lo confirman en la cercana Don Móvil, contigua a la Plaza Mayor, que, aunque apuntan a que hoy el día «está siendo tranquilo» y con una actividad similar a la de cualquier jornada, durante el apagón fue de lo que más despacharon, junto con las radios. «Vendimos unas 10 baterías y radios cuatro o cinco», confirma Dani, gerente de la tienda. Unas cifras nada desdeñables en un día en que solo despacharon a quienes venían con efectivo.
«Aquí en cuanto a ventas relacionadas con el apagón lo que más han venido es a hacer recargas en teléfonos de prepago para estar más preparados en otras ocasiones«, apunta Ari Pozo, empleada de The Phone House, que prevé que en los próximos días lo que más vendan sean «cargadores y baterías». »También estamos notando que todo el mundo quiere pagar con tarjeta para guardarse el efecivo«, señala, pese al ajetreo en los cajeros en dos sucursales que ha podido atestiguar al otro lado del escaparate. «Sí que estamos notando más actividad pero sobre todo porque ayer no pudimos dar servicio», confirma un empleado de banca.
En los polígonos, los almacenes industriales también retomaban la normalidad este martes, después de un lunes en el que las ventas las protagonizaron productos más insuales. «Lo que más vendimos fueron bombonas de butano, linternas, pilas y agua. El Gadis -supermercado contiguo- estaba cerrado y la gente venía aquí a comprarla al ver que otros salían con garrafas», explica Carolina Ampudia, empleada de Flume, uno de los pocos establecimientos que pudo seguir realizando cobros con tarjeta, aunque con dificultades. En la tienda, especializada en bricolaje, jardinería y maquinaria, también vendieron dos generadores eléctricos como consecuencia del apagón, que no supuso un incremento respecto a las demanda habitual. «Hay días que se venden más», contextualiza Andrea Vielma, una de las responsables del negocio familiar.
Pérdidas en el sector textil
El comercio de proximidad, que domina otras arterias como la calle Mantería, ha vivido una mañana «muy tranquila», explica Jesús Herreras, al frente de Fecosva, que detalla que no en todos los establecimientos se ha podido trabajar con normalidad. «Siguie habiendo mucha incertidumbre y hay cosas que todavía no funcionan bien. Hay tiendas en las que la línea no deja hacer llamadas, solo recibir», explica Herreras, que lamenta unas perdidas que aún, en fase de valoración, no pueden concretar.
«A esa hora, a las 12:30, estabamos en el pico más alto de todo el día. En el textil o el calzado teníamos los probadores llenos y estamos en plena temporada por bodas y comuniones. La gente tuvo que marcharse porque no se podía cobrar», lamenta, sobre unas ventas frutradas que posiblemente se traducirán en perdidas: «algunas las podremos recuperar y otras no, pero en el sector moda y en complementos muchas veces son impulsivas y si no la cierras luego ya no vuelven». La tardet también fue poco fructera, ya que la luz no volvió hasta entradas las seis, lo que significó que en algunas tiendas «directamente no abrieran».
Desde la CEOE, explica, se ha puesto en marcha «una encuesta para evaluar las posiblles perdidas y las consecuencias del apagon», que en alimentación y hostelería estarán posiblemente marcadas «por las cámaras frigoríficas de las que no se haya podidor recuperar el producto».
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