Batalla política en el Ayuntamiento de Valladolid por la estrategia climática

Ese precedente lo aprovecha el PSOE, junto a las medidas de reducción de la Zona de Bajas Emisiones o la eliminación de carriles bus y taxi, para advertir de lo que está en juego si no se cumple con los objetivos que se han comprometido ante la Unión Europea. «Ahora hay que trabajar. No es un reconocimiento. Es una hoja de ruta que se ha presentado y evaluado por la UE. Acredita para estar, pero hay que cumplirla. Europa quiere destinar fondos, pero el dinero solo llegará si se sigue con el proyecto», advierte Charo Chávez.

Jesús Julio Carnero, preguntado sobre la concesión del Sello Misión, explicaba que «es el compromiso que Valladolid ha adquirido para que las prácticas que tienen que ver con un mundo neutro desde el punto de vista de la contaminación, emisiones cero. Que en vez de conseguirlo como pretende la Comisión en 2050, lo consigamos en 2030. Lo anticipemos en veinte años. Y ese día agradecí a la Agencia de Innovación y a las concejalías de Medio Ambiente y Movilidad el esfuerzo que se ha venido haciendo para esa consecución. Es una buena noticia en la que vamos a seguir trabajando. No vamos a reducir carriles bici, vamos a aumentar los kilómetros de carriles bici. No vamos a reducir redes de calor, sino que las vamos a incrementar. En ese sentido, el Sello Misión valora distintas cuestiones. El 80% de ellas tienen que ver con la descarbonización de la industria, con viviendas y con la generación de electricidad, y ahí va a estar Valladolid. La inversión más importante de la ciudad la está realizando la Junta, con 30 millones de euros en las redes de calor».

Charo Chávez admite que la Junta ha apostado por Valladolid en cuestión de redes de biomasa. La que recorrerá Parquesol, Villa de Prado y Huerta del Rey es una de las grandes obras de la ciudad en la actualidad. Sin embargo, desconfía de que la planificación de la movilidad que proponen PP y Vox vaya a contribuir a mejorar las cifras de emisiones. Antes bien, al contrario. Y aclara que aquí no habrá trampas posibles. «El sistema de medición será el mismo para todas las ciudades, por iniciativa de la UE», advierte.

Ya se ha pasado por eso, de hecho. Las auditorías para formar parte de las diez elegidas con el Sello Misión obligaron incluso a medir el alumbrado público. Hay una serie de cambios que están previstos a corto plazo, en uno ó dos años. Y otros, en tres ó cuatro. El objetivo es 2030. «Se habla de reducir la necesidad de transporte motorizado, con las zonas de bajas emisiones, por ejemplo. En tres ó cuatro años, con la recuperación de espacios para los peatones, reduciríamos 48 kilotoneladas de CO2 anuales», explica Chávez con las tablas de objetivos y propuestas que se aprobaron delante. «El cambio a transporte público y al no motorizado, la optimización de las rutas, el transporte compartido, incrementar la infraestructura para vehículo eléctricos, la electrificación de los autobuses...». Una retahíla que disminuirá las emisiones de CO2 en 132 kilotoneladas. Las redes de biomasa, bien extendidas, supondrían otras 192 kilotoneladas menos.

Uno de los argumentos de Vox contra «la industria del cambio climático» ha sido precisamente el perjuicio que puede causar al tejido empresarial y agrícola de la comunidad. Juan García-Gallardo lo repetía el pasado martes en el Pleno de las Cortes. Ante eso, Charo Chávez epxplica que muchas de las empresas importantes de Valladolid ya están en ello. «La industria ya está trabajando para ser más eficiente. También en la transformación de la movilidad, sostenible y conectada (Iveco y Renault ya están en ello); tratamiento de los residuos; calefacciones de las viviendas».