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Los bares suben diez céntimos el café tras dispararse el precio por las malas cosechasMuchos se llevaron las manos a la cabeza cuando el famoso chef Ferrán Adriá dijo que el precio del café dentro de cinco años llegaría ... a ser de unos tres euros por taza. Quizá más pronto que tarde le tengamos que acabar dando la razón. El café, una bebida esencial para millones de españoles, está viendo incrementar su precio de manera sorprendente e imparable y quien sabe si en algún momento, lo que hoy es un producto de consumo cotidiano pase a ser un lujo reservado para unos pocos. Según los expertos, el precio del café ha subido un 70% solo en 2024, y se prevé que esta tendencia continúe al alza en 2025.
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El encarecimiento del nuevo oro líquido negro, se está convirtiendo en un problema global que también afecta directamente al bolsillo de los vallisoletanos. Son varios los factores internacionales, los que están contribuyendo a que el café se encarezca. Entre estos factores destaca principalmente el fenómeno climático 'El Niño', que ha provocado lluvias excesivas y heladas en Brasil y sequías históricas en India y Vietnam, países que son los principales productores de café arábica y robusta. Esto ha reducido drásticamente la producción. Además, el transporte internacional también se ha visto afectado por tensiones geopolíticas y bloqueos en rutas clave como el Canal de Suez, obligando a los barcos a tomar rutas más largas y costosas, lo que también aumenta los costes. Además, las regulaciones europeas sobre deforestación podrían complicar aún más el panorama. La nueva normativa de la UE combatirá la importación de productos procedentes de zonas deforestadas, aunque de momento ha quedado aplazada hasta finales del 2025. Veremos a ver qué pasa.
En Valladolid, los hosteleros han tenido que adaptarse a esta situación. Adrián Morales, camarero en el café Ideal Nacional explicó que, por primera en veinte años, se han visto obligados a subir el precio de la taza de café. El suyo era uno de los pocos reductos que quedaban en la ciudad en los que el café costaba un euro. «Lo hemos subido 10 céntimos desde el 1 de enero. Pensábamos que los clientes iban a quejarse, pero no ha sido así. Ahora ya vienen preparados con el euro diez», explica este camarero.
En esta cafetería situada en la Plaza Mayor, el trasiego de clientes es impresionante. Sus propietarios, Rubén García y David García son de la opinión de que la calidad no tiene por qué estar reñida con el precio. Ellos apuestan por un café 100% arábico lavado y de origen colombiano de la zona de Huila que, además, sirven con un pedazo de bizcocho casero de limón. Unos mil amantes del café en Valladolid, eligen a diario este establecimiento para hacer su pausa cafetera. Para estos hosteleros, el incremento ha sido inevitable debido al aumento de los costos en toda la cadena de suministro. «Son 10 centimillos que a nosotros nos permite mantenernos», prosigue Adrián. Clientes habituales como Ángel Cano, han llevado bien este incremento. «Apenas me he enterado. Si son sólo 10 céntimos, eso no se puede considerar una subida», apoya.
A pocos metros de allí, encontramos La Hacienda Café, una coqueta tienda especializada en cafés de selección. Presume de tener más de 80 referencias de los mejores cafés del mundo. En sus estanterías los hay de Etiopía, Kenia, Colombia, Panamá, Brasil, Vietnam y hasta de Papúa Nueva Guinea. Su gerente, Pablo Moreno también ha notado un impacto significativo en el precio. «El café ha subido un 70% en el último año. Estamos solamente a un 5% de alcanzar el máximo histórico y el cambio climático es el mayor responsable de esta tendencia alcista. Las heladas en Brasil y las sequías en Vietnam han interrumpido el proceso de producción», afirma.
Moreno también destaca que la creciente demanda de café en China está influyendo en los precios. «Los orientales están entrando en el mercado con mucha fuerza, comprando cooperativas y acaparando gran parte de la producción», explica. Esto, sumado al aumento de los costos del transporte, ha hecho que el café de especialidad sea más caro para el consumidor. A pesar de ello, Moreno subraya que los clientes siguen apostando por el producto de calidad. «El café de especialidad es más saludable y tiene un sabor incomparable. La mayoría de nuestros clientes están dispuestos a hacer un esfuerzo para seguir disfrutándolo», informa.
En Valladolid, la hostelería y los comercios especializados se están ajustando lo mejor que pueden. Aunque el café ha subido de precio, sigue siendo una bebida esencial para muchos. Pablo Moreno afirma que «es un reto, pero también una oportunidad para valorar más un producto que forma parte de nuestro día a día». Consciente de que los consumidores vallisoletanos sienten la presión en sus bolsillos, Moreno hace el siguiente llamamiento: «comprar un buen café para prepararlo en casa sigue siendo una opción más económica que consumir café de baja calidad en la calle».
Los tostadores de café también se están enfrentando a este desafío. Así, el reconocido barista, tostador de Café Cosmos y gerente de la cafetería Nuberu, Juanjo Rodríguez, confirma que en el último año ha notado un aumento del 60% en los costos de los sacos de café verde. «En mi caso, compro los sacos a los países de origen y el encarecimiento ha sido impresionante. Los que más han subido son los cafés robustas de Vietnam, también en los arábicos de Brasil. Si comprándolo en origen la diferencia es de un 60%, si le sumamos el transporte y todo lo demás, imagínate…», comenta este tostador y hostelero, que también destaca el impacto en el consumidor final. «En nuestro caso, el precio de un café con leche en el local ha pasado de 1,50 a 1,60 euros. Puede parecer una subida pequeña, pero para algunos clientes habituales es un cambio significativo. Creo que todos hemos estado aguantando antes de subir el precio, pero no nos ha quedado más remedio y hemos aprovechado el nuevo año para hacerlo. Además, vendemos nuestros cafés a otras cafeterías y tiendas de alimentación y también hemos tenido que repercutirlo», completa Rodríguez, quien opina que como la causa principal del problema es el cambio climático, «la solución es realmente complicada».
Entre los distribuidores más de lo mismo. Templo Cafés, con sede en Logroño y delegación en la calle Acetileno del Polígono San Cristóbal, es una de las compañías de café más grandes del mundo. Está presente en toda la cadena de valor del café (cultivo, producción, distribución y venta) lo que les permite obtener un producto de la máxima calidad. José Félix Sánchez, Area Business Developer del Noroeste de España afirma que «todos sabemos que cuando hay más demanda que oferta, el valor sube, pero ¿hasta cuánto va a subir? esa es la pregunta que nos tenemos que contestar. Lógicamente cuando vamos a nuestros clientes, que pertenecen al sector de la hostelería, a decirles que el café le sube, ellos tienen sus miedos. No es una buena noticia, pero si a nosotros se nos dispara el precio del café, tenemos que subírselo a nuestros clientes y ellos a la vez a los suyos», comenta este experto, quien opina que el café puede llegar a convertirse en un producto de lujo. «Ferrán Adriá ya adelantó que el café se pondría a tres euros en la calle. Ahora, es la consumición más barata que se puede tomar en un establecimiento, pero llegará un momento en el que un café llegue a costar lo mismo que una caña», opina.
El café está siguiendo los pasos de la crisis inflacionaria del cacao y el panorama para 2025 no se presenta nada alentador. Los inventarios a nivel mundial están bajo mínimos y las cosechas de los principales productores se han reducido. La demanda sigue creciendo, especialmente en mercados emergentes como China, lo que genera una presión adicional sobre los precios, que al final, acaba influyendo en nuestros bolsillos. Antonio Fernández es un vallisoletano amante del café que ha notado, y mucho, esta subida de precios. «En verano me puedo tomar entre 7 y 8 cafés diarios en cafetería y en invierno, entre 3 y 4. En La Rondilla ya es difícil encontrar cafés por menos de 1,5 euros y en Laguna de Duero, de media, todos los establecimientos han subido 10 céntimos. Parece poco, pero al final de la semana supone varios euros. Mucho me temo que, de cara al verano, veremos un nuevo incremento», lamenta mientras disfruta de una buena taza entre las manos.
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