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La Sección Segunda de la Audiencia de Valladolid ha señalado por tercera vez el juicio contra la banda original del BMW, aplazado en enero y mayo pasados y que, finalmente, se ha fijado del 24 al 31 de junio. Se sentarán en el banquillo ... 16 encausados, si es que en los meses que quedan no pactan condenas con la Fiscalía para zafarse de la vista oral y si aparecen los que están en libertad provisional a la espera de juicio, pues han pasado cinco años desde que fueron detenidos. Esta organización «de gran actividad criminal» que generó gran alarma social en Valladolid, se estrenó como la 'banda del mazo' en 2006, caracterizada por la violencia de sus atracos. Se cuentan, desde entonces, hasta nueve reediciones de la banda original. Esta misma semana se han producido nuevas detenciones de imitadores «versión 4.0».
Los procesados, con José Luis Rivera Díez, 'Pipi', a la cabeza del grupo criminal, fueron detenidos en 2017 y se enfrentan a penas que suman 171 años de prisión. La Fiscalía les imputa delitos continuados de robo con fuerza, pertenencia a grupo criminal, robo con violencia e intimidación, blanqueo de capitales y contra la seguridad vial por casi una veintena de asaltos cometidos entre diciembre de 2016 y marzo de 2017. Están especializados en el robo de vehículos, robo con fuerza en establecimientos, robo de camiones y trailers cargados de mercancías y receptación según sostiene la acusación pública, que solicita que se les impongan indemnizaciones que superan los 48.000 euros y multas que suman más de 450.000 euros por blanqueo de capitales.
La mayoría de los integrantes del equipo de Pipi están unidos por vínculos familiares o de vecindad (13 de los 16 acusados) y se dedican como «actividad única» a «la comisión de hechos delictivos». Rivera era el cerebro, quien fijaba el objetivo, planificaba, organizaba la ejecución del asalto y distribuía el trabajo entre sus compinches. Los golpes, indican los investigadores de la Policía Judicial del CNP y la Guardia Civil, denotan «gran preparación y organización» para asaltar con violencia establecimientos, camiones y naves industriales. Tras un estudio previo «minucioso» de los lugares objeto del robo, Rivera encargaba los papeles a sus subordinados, reclutados entre familiares y conocidos de su entorno que le rinden total fidelidad. Según la complejidad, en los asaltos participaban entre cuatro y ocho miembros y dos o tres vehículos. La selección del personal iba en función de su preparación: especialistas en sustracción y conducción de turismos y camiones, apertura de accesos a lugares y desactivación de alarmas y en dar salida a las mercancías sustraídas.
Previamente sustraen uno o varios turismos de gran cilindrada, preferiblemente de la marca BMW porque los miembros de la organización disponen de artilugios electrónicos capaces de descodificar la centralita del vehículo y permitir su arranque. Los coches los utilizan para labores de vigilancia, transporte del grupo y como 'lanzadera' durante el transporte de la mercancía sustraída.
Para acceder a los lugares seleccionados para el robo usan desde el escalo a los tejados de las naves, hasta herramientas especializadas (extractores de bombines, llaves pico de loro para fracturarlos) para abrir las puertas y una vez dentro inutilizan los sistemas de alarma con «sofisticados aparatos inhibidores de frecuencias» o, directamente, destrozándolos a golpes.
El alunizaje es una de sus especialidades. Usan alguno de los coches robados, los más potentes y pesados, que impactan contra escaparates o puertas de entrada a centros comerciales, para entrar rápidamente. Mientras uno del grupo se queda en el exterior, dentro de un vehículo de alta cilindrada en marcha, tres o cuatro embozados y con guantes entra en el establecimiento. Cuando acaban se marchan a gran velocidad en el coche de alta cilindrada. Suelen usar para comunicarse durante el golpe móviles de prepago de un solo uso e incluso 'walkies'. Durante el asalto perimetran la zona y la cierran de lejos para controlar la presencia policial o la llegada de patrullas ante una llamada de alerta y tienen preparados extintores sustraídos previamente para rociar a los vehículos policiales que intentan detenerlos.
Además hacen llamadas falsas durante y después para mantener ocupados a los radio patrullas y disminuir la posibilidad de ser detectados. Han llegado a llamar directamente al 091 «de manera abierta e intimidatoria, haciendo gala de su sentimiento de impunidad», señalan los investigadores.
La mercancía la guardaban en naves industriales abandonadas o sin actividad en lugares próximos, donde la dejaban dormir durante un tiempo para después darle una salida rápida en el entorno.
El jefe de la banda tiene un largo historial de detenciones por parte de la la Policía Nacional y la Guardia Civil en Castilla y León y la Comunidad de Madrid. El sumario recoge «docenas de detenciones» de José Luis Rivera, a quien se le atribuye «una personalidad y un arrojo inusitados» para cometer este tipo de robos y dirigir a individuos «con un amplio historial delictivo». Una sangre fría que demuestra cuando se hace pasar por policía para recuperar el botín que acababa de robar y le habían confiscado.
En abril de 2013, en una operación conjunta entre la Policía Nacional y la Guardia Civil de Madrid se desarticuló un grupo organizado especializado en el robo de mercancías de camiones. Pipi se encontraba entre los trece detenidos y ya ejercía funciones de dirección. Pero a nivel local ya era conocido. Rivera y su sobrino fueron detenidos cuando iban de lanzadera en un BMW custodiando una furgoneta con 324 cajas de ropa. Días antes habían robado en el polígono de San Cristóbal una cabeza tractora y un remolque con 857 cajas de ropa. El vehículo fue recuperado por la Guardia Civil en Renedo de Esgueva y cuando estaba bajo custodia en el lugar, lo volvieron a robar y luego apareció quemado en un pueblo cercano.
Ese mismo año, la Policía Municipal de Valladolid se incautó de dos camiones cargados con más de 800 cajas de ropa sustraída previamente de un trailer estacionado en el área de servicio de la autovía A-62, que los autores habían abandonado en una calle de Covaresa al detectar la presencia policial. Los camiones fueron guardados en el Depósito Municipal de Vehículos de El Peral y a los pocos días, 'Pipi' se presentó allí haciéndose pasar por funcionario de policía con la excusa de comprobar la mercancía intervenida. A la noche siguiente cortó la alambrada y sustrajo el camión sin que los vigilantes se percataran. Poco después apareció el vehículo calcinado n Villacastín (Segovia).
Pero sus antecedentes se remontan mucho más atrás en el tiempo. José Luis Rivera ya cumplió una amplia condena en prisión entre 2003 y 2011. Cuando regresó a su domicilio del barrio de Las Flores retomó sus actividades delictivas, a las que fue incorporando a familiares, amigos e integrantes de clanes vinculados al narcotráfico. Él era quien imponía la disciplina del grupo y el control interno para garantizarse el hermetismo en la organización. A caballo entre Valladolid y Madrid, reclutaba y enseñaba a nuevos miembros e incorporaba a experimentados delincuentes de la capital conocidos suyos y a través de la familia de su esposa, con quien tiene dos hijos. En marzo de 2017 fue detenido, lo que marcó el principio del fin de su liderazgo delictivo.
En el escrito de acusación de la Fiscalía, los hechos por los que en junio se sentará en el banquillo junto integrantes de la banda original del BMW arrancan en la madrugada del 19 de diciembre de 2016, cuando Rivera, en compañía de otras personas no identificadas reventaron, tirando de maza, cajas registradoras y tragaperras de varios locales en días sucesivos: el bar Antequera, el comercio Motoextremo (tras el alunizaje se llevaron una minimoto), el restaurante Pirita, Soldiers of Green y la mercantil Empresa, Lotes, Cestas y Regalos, de donde se hicieron con jamones.
José Luis Rivera Díez (Valladolid, 1982). Alias 'Pipi'. El jefe. El fiscal pide once años de cárcel y 150.000 euros de multa.
Rafael Borja Hernández (Valladolid, 1985) Alias 'Angelo'. Le piden 13 años y medio de cárcel.
Enrique Borja Hernández. (Valladolid, 1982). Experimentado delincuente con residencia en Madrid y ámbito de actuación en Castilla y León. Alias 'Cojín', se le pide la condena más elevada, 33 años y medio de prisión.
Miguel Jiménez Ramírez. 'Rata'. El fiscal le pide once años de prisión.
José Antonio Riaño Ramírez. 'Ranchero' se enfrenta a 13 años y medio de cárcel.
Daniel García Zapata. Alias 'Colombia', se enfrenta a 23 años y medio de prisión.
Luis Manuel Escudero Rosales. 'Melito', para el que el fiscal pide 8 años y medio.
Rolando José Gutiérrez Herazo. Alias 'Venezuela', se enfrenta a 13 años y medio de cárcel.
Andrés Martínez García. 'Goyo' o 'El Viejo', se enfrenta a 8 años y medio de prisión.
César Borja Hernández. El fiscal le pide cuatro años de prisión.
Alberto Borja Hernández. Le piden 9 años de cárcel.
Miguel Ángel Fernández Ramírez. 'Pipo'. Le piden 8 años y medio de prisión.
Josué Borja Mendoza (Valladolid, 1991) Le piden nueve años.
Francisco José de Borja Mortinho. Se le piden 1.200 euros de multa por simular delito en grado de tentativa. Denunció el falso robo de su coche.
Sotero Rivera Maestro. Padre de Pipi. Acusado de blanqueo de capitales. Se piden dos años de prisión y 150.000 euros de multa. Con el dinero ilícito producto de los robos, se compra un BMW y un Opel a su nombre.
Segunda Díez González. Madre de Pipi. Acusada también de blanqueo de capitales. Se piden dos años de prisión y 150.000 euros de multa. Con su marido, compra un inmueble en Tudela con dinero producto de los robos, según el fiscal.
Como Pipi tiene su residencia habitual en Madrid, el resto de la banda se organiza en su ausencia. Roban en El Regalo,la mercantil Unión Roche CB., la Churrería La Madreka y no hacen ascos a los centros escolares: en el IES Campo Charro de Fuentes de San Esteban (Salamanca) salta la alarma y huyen. pero en el CRA Doñinos, se llevaron cuatro ordenadores. En 2017 intentaron el asalto a un industrial de Zaragoza, que el propio empresario logró abortar. Las pesquisas por este atraco frustrado condujeron a los investigadores hasta la banda del BMW, a quien también se atribuye media docena de robos en explotaciones agrícolas.
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