![La 'banda del bote', que producía su propia marihuana y vendía 'speed' por kilos, a juicio en la Audiencia](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/201911/14/media/cortadas/NF0JPKK1-kuwD-U90698332475eGE-1248x770@El%20Norte.jpg)
![La 'banda del bote', que producía su propia marihuana y vendía 'speed' por kilos, a juicio en la Audiencia](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/201911/14/media/cortadas/NF0JPKK1-kuwD-U90698332475eGE-1248x770@El%20Norte.jpg)
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La Audiencia de Valladolid sentará el próximo jueves en el banquillo a la 'banda del bote', llamada así porque escondían la droga en esos recipientes. Son once acusados (aunque hay un número doce, que está en busca y captura, para el que la Fiscalía pide el sobreseimiento provisional de la causa) los integrantes de este grupo criminal para quienes la acusación pública solicita penas que van de los dos años y seis meses de prisión a los ocho años y seis meses.
La Fiscalía les acusa de un delito contra la salud pública de sustancias que causan graves daños contra la salud, con una cantidad de droga de notoria importancia, en concurrencia con otro delito de tráfico de drogas que no causan grave daño a la salud pero también en cantidades importantes. Además, les atribuye un delito de pertenencia a grupo criminal y otro de depósito de municiones por las armas intervenidas en los registros domiciliarios, como ballestasm proyectiles y gas lacrimógeno.
El presunto cabecilla de la banda desarticulada en diciembre de 2017, cuando fue cazado un correo en la estación de autobuses con nueve kilos de 'speed' recién importados de Bilbao, José Antonio C. V., de 51 años y vecino de Parquesol, «nunca tocaba la droga», pero era el encargado de importarla de la capital vasca y también era el propietario de tres fincas en las que el grupo cultivaba su propia marihuana en Villanueva de Duero y Esguevillas, además de en Castroverde de Campos (Zamora). Así reunieron más de cuarenta kilos de estupefacientes, que estaban listos para salir al mercado durante las fiestas navideñas y por los que hubieran ingresado más de medio millón de euros en su venta al menudeo o «directamente por kilos», en el caso del 'speed'. La Fiscalía solicita para él ocho años y seis meses de cárcel y la multa más elevada, de 760.000 euros.
El grupo, desarticulado en la Operación Incocable, cultivaba la marihuana en las fincas del principal sospechoso para después venderla a través de camellos en las zonas de bares de la provincia o de los responsables de dos tiendas legales de comercialización de semillas y útiles para el cultivo de dicha droga ('grow shop'), situadas en la calle Industrias de la capital y en Zaratán, cuyos dueños, Luis Miguel G. G. y Julio F. G., que contaban entonces 45 y 43 años, también fueron detenidos. Tanto ellos como el supuesto líder de la banda y el correo, Teodoro M. B. A., entraron en prisión provisional.
Los agentes de la Guardia Civil llevaron a cabo una operación con ramificaciones en Bilbao, donde fueron detenidas otras cinco personas, en su caso acusadas de importar el 'speed' de los Países Bajos para distribuirlo después. El presunto cabecilla del grupo vasco, Raúl A. O., que contaba 32 años, ya había sido detenido con anterioridad acusado de exportar droga a otra banda vallisoletana.
Latas de tomate, botes de refresco, bolígrafos, desodorantes, martillos e, incluso, cepillos del pelo utilizaba la banda que fue desarticulada. Se intervinieron más de cuarenta kilos de marihuana y 'speed', para ocultar y trasladar sus drogas. Los agentes, de hecho, intervinieron en los domicilios y negocios de los nueve detenidos un sinfín de productos y objetos cotidianos, convenientemente tuneados para habilitar dobles fondos, en los que introducían pequeñas, medianas y también grandes cantidades de drogas, como era el caso de un falso barril de cinco litros de cerveza, para esconder las partidas de estupefacientes a la hora de transportarlas de un lado a otro.
«Son objetos muy logrados, que están a la venta legalmente en distintas páginas web, cuyo fin teórico es poder ocultar en ellos lo que uno quiera, pero que bien puede utilizarse para fines ilícitos como el transporte de drogas», apuntó en su día Javier Peña, teniente coronel de la Guardia Civil, cuyos agentes desarticularon la cúpula de la banda cuando intentaba introducir en la capital una partida de nueve kilos de 'speed' en la estación de autobuses.
Lo singular del caso es que el correo que traía la droga desde Bilbao la llevaba en una mochila sin más cuando fue detenido nada más bajarse de un autocar de línea regular. Y eso que entre los objetos tuneados del grupo figuraban algunos tan singulares como latas de refrescos, todo tipo de botes de conservas –fabada, aceitunas...– y botellas de todos los tamaños. «Llevan un líquido similar al del contenido real y pueden abrirse como los de verdad para disimular el doble fondo», precisó el oficial de la Benemérita durante la presentación de los resultados de la operación.
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