Secciones
Servicios
Destacamos
Veintidós en el último año; 100 desde 2019; más de 200 en ocho años… La provincia de Valladolid, que llegó a superar las 600 oficinas bancarias en 2009, tiene hoy 210. El cierre de sucursales parece no tener punto final en la era de la ... banca digital. Y, sin embargo, el 'otro' modelo de negocio financiero, el de las cooperativas de crédito, sigue el camino contrario. Acorde con su dimensión, es decir más reducida, pero con igual firmeza y convicción. Las cajas rurales han abierto 14 oficinas en los últimos siete años y no paran. Solo en 2022, Eurocaja Rural inauguró cuatro y la Caja Rural de Zamora, dos. Esta última, además, prevé añadir otra más en la capital vallisoletana este mismo año.
La situación actual del panorama financiero vallisoletano es la siguiente (aunque podría quedar anticuada dependiendo de cuándo se lean estas líneas): los bancos cuentan con 146 oficinas operativas, frente a las 64 de las cooperativas de crédito, con CaixaBank como la entidad que tiene la red más extensa en la provincia (37 oficinas, 12 de ellas en la capital y 25 en el resto de municipios). Precisamente en 2022, después de que Unicaja Banco echase el cierre a 18 sucursales, la entidad con la estrella de Miró en su logotipo ocupa el primer puesto por número de sedes por primera vez.
Noticia Relacionada
También a día de hoy, quedan 32 pueblos con oficina bancaria operativa de los 225 que hay en la provincia. El más pequeño es Villabrágima, que con sus alrededor de mil vecinos tiene una sucursal de Cajamar en su Plaza Mayor. La Seca (Cajamar), Rueda (CaixaBank) y Alaejos (Caja Rural de Salamanca) son otros tres municipios de menos de 1.400 habitantes con sucursal. Viana de Cega, con más de 2.000 vecinos, es el pueblo más grande sin ninguna oficina. Cerca de 50.000 vallisoletanos de 193 localidades no pueden ponerle una cara a su banco.
Con respecto a antes de la pandemia, 31 de diciembre de 2019 según los datos del Banco de España, Unicaja Banco ha cerrado 59 oficinas (ha abierto también una); el Santander, 17; BBVA ha clausurado 10 y CaixaBank, siete. Esta última entidad, que absorbió Bankia y sus desaparecidas 14 sucursales, también ha abierto tres. Además de los cierres de Sabadell (3), y Caixa Geral, Liberbank, Ibercaja y Kutxabank (1), se ha producido el cierre de una dependencia de Cajamar, la de Rueda.
Así las cosas, CaixaBank es el banco con mayor implantación en Valladolid, con 37 sucursales (12 en la capital y 25 en los pueblos), seguido del Santander, con 30 (de las que 20 están en la capital y 10 en el resto de municipios); Unicaja Banco, con 27 sucursales (15 y 12); Cajamar con 26 oficinas (8 y 18); y BBVA con 25 (con un reparto de 14 y 11).
En octubre del año pasado, las patronales bancarias (AEB, CECA y Unacc) se comprometieron con el Ministerio de Asuntos Económicos a «asegurar una provisión adecuada de servicios financieros presenciales para el 100% del territorio» en un plazo máximo de 12 meses.
El protocolo garantiza al menos un punto de acceso a servicios bancarios presenciales –oficinas bancarias, cajeros automáticos, agentes financieros u oficinas móviles– en los 243 municipios españoles de más de 500 habitantes (23 en Valladolid) que no cuentan con ningún punto de acceso.
609
sucursales bancarias había en la provincia de Valladolid en septiembre de 2008, el máximo histórico y 210 oficinas operativas había a 31 de diciembre de 2022, de las que 122 están en la capital y 88 en los pueblos
Para los 2.987 municipios de menos de 500 habitantes sin punto de acceso (en Valladolid son 170), se comprometieron a ofrecer servicios a través de los carteros rurales o soluciones alternativas que permitan el acceso a efectivo en establecimientos no financieros.
El acuerdo recoge también un punto en relación con los municipios que cuentan con un único punto de acceso físico a servicios bancarios y las entidades que planeen cerrarlo se comprometen a comunicárselo a sus clientes con un plazo de antelación de al menos cuatro meses. Además las entidades aseguraron que continuarán impulsando la capacitación digital y financiera de sus clientes en el ámbito rural mediante programas de formación específica a segmentos de personas mayores.
Las cuenta de resultados no se ven afectadas negativamente por el cierre de sucursales, 285 en el caso de Valladolid en los últimos diez años, hasta dejar la cifra en 210. Pero a las cooperativas de crédito, que siguen la política contraria, tampoco les va mal. También es cierto que su red de oficinas no está en los pequeños municipios abandonados por los bancos.
El sector de las cooperativas, con 64 oficinas en la provincia, va viento en popa en Valladolid, donde tiene una cuota de mercado del 15,6% en créditos y del 13,4% en depósitos (en toda España estos porcentajes son del 8,7% y el 9,9%, respectivamente).
Cajamar (las cajas rurales de Almería y Málaga) se convirtió en 2007 en la primera caja rural española tras absorber la Caja Rural del Duero. En la actualidad es la cooperativa con mayor red en la provincia, con 26 sucursales, 18 de ellas en los pueblos. Por detrás se sitúa la Caja Rural de Zamora tiene 12 oficinas, ocho en la capital y el resto en Medina de Rioseco, Olmedo, Simancas y Tordesillas. El año pasado abrió dos oficinas, las de Joaquín María Jalón y la de Olmedo.
Eurocaja Rural cuenta con cinco, en Valladolid, Peñafiel, Íscar y las dos Medinas. Todas han sido abiertas entre 2020 y 2022. Caja Rural de Soria posee tres en la capital, más las de Peñafiel y Tudela de Duero y la Rural de Salamanca, en la capital, Medina del Campo y Alaejos. Cajaviva (Caja Rural de Burgos, Fuentepelayo, Segovia y Castelldans) tiene una en la capital. Por su parte, Caja Laboral tiene diez sucursales en Valladolid capital y una en Laguna de Duero.
La Rural del Duero tiene previsto abrir una más, la decimotercera, este mismo año. En Valladolid supera los 20.000 clientes y, según explica su responsable de Comunicación, Narciso Prieto, «los mayores de 40 años no quieren tener que hacerlo todo por el canal digital y los mayores de 30, tampoco cuando se trata de algún producto un poco complejo». «No es tan fácil internet como nos dicen», señala, rotundo.
«Existe un porcentaje importante de la población que demanda atención presencial, un trato más cercano». «Nuestra clientela es exactamente la misma que la de los bancos y abrimos oficinas porque nos va bien; allí donde abrimos, crecemos». El año pasado, la Rural de Zamora obtuvo un beneficio después de impuestos de 30 millones de euros, el 12,5% más que en el ejercicio anterior.
Con un salario anual en 2021 en Valladolid de 39.938 euros (la media es de 22.319, según declaran a la Agencia Tributaria), los trabajadores de las entidades financieras y aseguradoras son los mejor pagados. La política de cierre de oficinas, sin embargo, hace que este selecto club tenga cada vez menos integrantes. En abril de 2013, la Seguridad Social contabilizaba 4.449 afiliados en esta sección de actividad, cifra que en el mismo mes de 2019 se había reducido a 3.901 y el mes pasado, a 3.475, una reducción de mil personas en el último decenio y de 53 en el último año. La digitalización financiera y la posibilidad de ponerla en práctica a distancia, es decir con empleados que no tienen que estar en la misma provincia que los clientes provoca que el cierre de oficinas vaya acompañado de reducciones de plantilla en las delegaciones. La patronal bancaria AEB contabilizaba a 31 de diciembre de 2021 un total de 758 empleados, frente a los 858 de la misma fecha de 2019. La patronal de las antiguas cajas, la CECA, refleja que entre las mismas fechas la reducción ha sido de 666 a 603.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.