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Un voluntario coloca varios productos en el Banco de Alimentos de Valladolid. Rubén Fraile

El Banco de Alimentos reparte dos millones de kilos al año y reduce el desperdicio

La ONG subraya la importancia de campañas como las de esta semana, que promueven las aportaciones económicas para gestionar mejor las necesidades de 14.650 vallisoletanos

Víctor Vela

Valladolid

Jueves, 1 de junio 2023, 14:19

Hay una trinchera de 'bricks' de leche contra la pared de una de las tres naves que el Banco de Alimentos tiene en el polígono de Argales. La mayoría, entera. También algo de semi. La fecha de caducidad llega hasta septiembre. «¿Ves? No nos ... falta», dice Jesús Mediavilla, presidente de una fundación benéfica que aquí, en Valladolid, no tiene que recurrir a los avisos catastróficos que llegan desde Córdoba, Cádiz o Vizcaya.

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En estas y otras provincias, la ONG ha lanzado un SOS para que las familias donen leche, para que no deje de llegar aceite. En Valladolid, no hay que echar una mano de estos mensajes urgentes. Lo demuestran las existencias que de estos productos hay en sus instalaciones. ¿Por qué?

Mediavilla lo deja muy claro: «Un banco de alimentos que no lleve una gestión de los víveres básicos fundamentales, va a tener problemas. Nuestra misión no es dar lo que te dan, sino suministrar lo que las familias de verdad necesitan», asegura. De ahí, dice, la importancia de acciones como la que durante esta semana se despliega en 157 supermercados de Valladolid y de su provincia.

Hasta el día 4, las tiendas de Mercadona, Gadis, Alimerka, Froiz, Lupa, Agropal, El Corte Inglés, Grupo Día y Carrefour participan en una campaña de donación económica en caja que ha sustituido a La Gran Recogida, esa macrooperación kilo que, dos veces al año, se llevaba a cabo en la provincia. Desde la pandemia, la entrega de paquetes de pasta o arroz se ha sustituido por las aportaciones en caja o a través de Internet. Y esto ha supuesto un cambio fundamental en el modo en el que trabaja el Banco de Alimentos. Para mejor.

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«Las donaciones económicas nos permiten comprar lo que se necesita en cada momento y evitar el desperdicio alimentario, ya que se controla de forma más eficaz la fecha de consumo preferente», cuentan desde el Banco de Alimentos. Además, es más sencillo el almacenamiento (se evita la dispersión de formatos). En la campaña más reciente, en noviembre, recaudaron 415.455 euros (de ellos, 297.171 en las cajas de los supermercados y 118.274 a través de Internet). Con ese dinero, se adquieren los productos que necesitan. Y lo recopilado estos días servirá para garantizar las despensas del verano.

29 alimentos básicos

Tienen un catálogo de 29 alimentos básicos que nunca deben faltar en sus naves (de cereales a conservas de tomate, de lentejas a cacao, de cereales a purés). «Hay algunos que no hace falta comprar, porque se reparten menos o nos llegan a través de donaciones de empresas o de operaciones kilo». Es el caso del café o del magro de cerdo. Pero para el resto, disponen de unos coeficientes de consumo que les permiten calcular cuánto van a necesitar durante los meses siguientes. Y en función de eso, los compran para que no falten reservas.

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Antes, la buena voluntad del colaborador podía llenar el Banco de Alimentos de paquetes de garbanzos o de pasta… y se dejaban sin cubrir otros productos. Si se siguiera con ese modelo, habría escasez constante de los alimentos más caros, como el aceite de oliva o las conservas de pescado, ya que no se suelen incluir en las operaciones kilo. Ahora, al ser campañas económicas, se pueden unir las aportaciones de varios clientes en el súper para que no falten esos productos.

Cada mes, el Banco de Alimentos de Valladolid distribuye en torno a los 159.000 kilos y litros de comida, que llegan a 14.650 personas desfavorecidas, a través de 61 entidades de consumo (asociaciones, residencias, conventos y colegios) y otras 69 de reparto (parroquias, fundaciones, ayuntamientos y ONG). Para eso, se tiene en cuenta las necesidades de cada familia (no todas reciben los mismos productos) y una estimación de consumo medio. Por ejemplo, de cinco litros de leche por persona y mes. De 0,66 litros de aceite (para que una pareja con un hijo reciba dos litros al mes). Así, el Banco de Alimentos de Valladolid reparte unos 5.200 litros de aceite todos los meses, otros 45.000 de leche, 3.500 kilos de arroz, 3.800 de galletas, 1.800 de pasta o otros tantos de platos preparados.

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Comida y desayuno

«Y para eso es fundamental esa gestión, para saber en todo momento qué vamos a necesitar y no quedarnos sin fondos», cuenta Mediavilla, convencido de que con esta nueva vía de acción «se garantiza que las familias reciben lo que necesitan para cubrir al menos el desayuno y una comida al día».

¿Por qué el acento se pone especialmente estos días en la leche y el aceite? Primero, porque han sido dos productos que se han encarecido mucho durante los últimos meses. Segundo, porque son los víveres que llegan a más personas.

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En Valladolid hay 8.530 perceptores de leche del Banco de Alimentos, 7.765 que reciben leche, 8.233 azúcar, 7.707 conservas vegetales, 7.696 legumbres y 7.638, sopas y puré, por ejemplo. Y hay una tercera causa, ya que ni leche ni aceite se encuentran dentro de los alimentos que reciben del FEAD (Fondo Europeo de Atención de Desfavorecidos), lo que hace que sean los productos más demandados «para cubrir el desayuno y poder cocinar y guisar». De hecho, cada vez que un colegio o entidad organiza una operación kilo (se consiguieron 95.722,92 kilos de alimentos por esta vía en 2022) se suele orientar a los promotores sobre cuáles son los productos que, en ese momento concreto, necesitan. Para ello, es crucial la labor de los voluntarios. Son 64 en las naves del Banco de Alimentos y más de 800 movilizados durante estos días de donación económica en los supermercados (con posibilidad de deducciones fiscales del 80% por donaciones de hasta 150 euros).

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