«Estamos en unas condiciones críticas por la falta de víveres», reconoce Jesús Mediavilla, presidente del Banco de Alimentos, cuando echa un vistazo a los estantes semivacíos de sus instalaciones en el polígono de Argales. «Este año, desde principios de marzo, se han ... tenido que suspender todas las operaciones kilo, con lo que nos han dejado de llegar casi 500.000 kilos de comida», añade. Son cerca de 460 recogidas anuales, organizadas por empresas, asociaciones, colegios, grupos de amigos, quedadas moteras... «Solo entre noviembre y diciembre, con la vista puesta en la Navidad, se celebraban casi 250, más de la mitad». La pandemia ha obligado a suspenderlas y a buscar alternativas para paliar esa vía de acopio de comida. La más importante tendrá lugar la próxima semana, cuando el Banco de Alimentos celebre La gran recogida, una iniciativa que otros años (cumple ahora su sexta edición) buscaba la donación de comida en los supermercados y que esta vez propone que, en lugar de un kilo de arroz, se contribuya con aportaciones económicas.
Publicidad
La colecta tendrá lugar la próxima semana, del 16 al 22 de noviembre, en 174 supermercados de la provincia, de las cadenas Mercadona (17 establecimientos), Gadis (21), Carrefour (4), El Corte Inglés (4), Alimerka (7), DIA (50), Plaza DIA (14), Lidl (5), Lupa (19), Aldi (3), Froid (14), Makro (1) y, por primera vez, La Salve (15). En todos estos locales no se recogerán alimentos físicamente, como en años anteriores, sino que los clientes podrán donar en caja la cantidad que deseen. Los cajeros, del mismo modo que pasan el código de barras de un refresco o un paquete de yogures, pasarán por el escáner un registro con la aportación que se quiera hacer y eso quedará reflejado en el tique de compra. Esa cantidad se destinará, de forma íntegra, «hasta el último céntimo», a la compra de comida para el Banco de Alimentos.
El Banco de Alimentos ha destinado durante esta pandemia en torno a 50.000 euros al mes a la compra de comida para mantener abastecida su despensa solidaria. Este dinero sirve para suplir la suspensión de operaciones kilo, que todos los años aportaban en torno a 560.000 kilos y a los que habría que sumar otras donaciones, las mermas que entregan los supermercados o las adquisiciones directas. Hay otras vías de obtención de recursos, como los fondos europeos (suponen el 25% de todos los alimentos que reparten )y el fondo agrario, que aporta frutas y verduras (el 22% de la cuantía total).
La fundación solidaria ha calculado que será necesario recaudar 450.000 para adquirir después toda la comida que solía llegar a través de las operaciones kilo. El año pasado, 243.000 kilos en la gran recogida y otros 70.000, aproximadamente, en el resto de citas. Y confían en alcanzar esa cantidad. Al no ser necesario un despliegue masivo de voluntarios por los supermercados, se ha podido incrementar el número de tiendas participantes, de 63 a 174, con lo que el despliegue es mayor no solo en la capital, sino sobre todo en los municipios de la provincia. También aumenta el número de días, ya que la campaña se despliega ahora toda la semana. «Es una nueva forma de donar que esperemos que tenga la respuesta solidaria de los vallisoletanos», confía Mediavilla.
Trabajar con aportaciones económicas, aseguran desde el Banco de Alimentos, tendrá ventajas, ya que la entidad podrá comprar, de forma escalonada, aquello que necesite. Ya no es necesario un importante acopio de cajas de arroz o macarrones, sino que se adquirirán en lotes a medida que se necesite. Esto es importante para controlar la fecha de consumo preferente, para evitar que muchas manos toquen la comida y para aligerar el trabajo de catalogación en las naves de la ONG, ahora que han tenido que reducir el número de voluntarios (de 72 a 65) por la pandemia, ya que aquellos con factores de riesgo han dejado de echar una mano física en la colocación y reparto de comida.
La labor del Banco de Alimentos llega en la actualidad a 16.000 familias de la provincia, a través de 134 entidades de reparto (ONG, parroquias...). La cifra ha bajado respecto al pico de la primavera (17.200 en mayo), pero se ha notado un repunte en las últimas semanas, después del verano. Hoy, el número de beneficiarios ha subido el 15% respecto a los meses anteriores a la pandemia. Además, se ha incrementado la cantidad que recibe cada hogar (por ejemplo, de cuatro a seis litros de leche al mes) al constatar que en muchas casas las necesidades han incrementado, por trabajos más precarios, ERTE o menos actividad en la economía sumergida.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.