Valladolid

El Banco de Alimentos lanza un SOS para conseguir fondos con los que atravesar el invierno

El suministro está hoy garantizado «hasta finales de febrero y principios de marzo», pero la caída de aportaciones en La Gran Recogida (celebrada durante los últimos días en los supermercados de la provincia) obliga a reforzar otras vías de financiación. Porque el Banco de Alimentos debe hacer frente a un difícil choque de trenes.

Por un lado, ha caído la recaudación de su última campaña solidaria. Aunque faltan aún los datos definitivos procedentes de algunas cadenas de supermercados, Mediavilla calcula que La Gran Recogida habrá permitido recaudar en torno a los 240.000 euros. Son casi 60.000 euros menos que el año pasado, cuando se alcanzaron los 297.171 euros en una campaña de aportaciones en caja que sustituye a las tradicionales macroperaciones kilo de recogida de alimentos en los super. Esto supone una caída del 19,2% respecto a lo obtenido el año pasado.

¿Por qué? «Ha bajado el poder adquisitivo de las familias. Muchos hogares ven cómo se han encarecido mucho los productos de la cesta de la compra y sus salarios no han crecido al mismo ritmo», cuenta Mediavilla, quien recuerda otros gastos importantes, como los alquileres y las hipotecas (con los tipos de interés disparados) o los carburantes y la energía. «Todo esto hace que muchas familias no pueden hacer las aportaciones que les gustaría. Si tienen que apretarse el cinturón, no pueden colaborar tanto», indica Mediavilla, quien recuerda que este problema en la caída de donaciones no solo afecta al Banco de Alimentos, sino que también lo sufren otras ONG.

Y a este retroceso de casi el 20% en la recaudación se suma otro problema. Ha llegado menos dinero, pero es que además con ese dinero se pueden comprar menos alimentos porque están más caros que el año pasado.

Para paliar esta situación, el Banco de Alimentos anima a los vallisoletanos a participar en la recogida de fondos 'on line' que continúa activa hasta finales de este mes. El año pasado, por esta vía obtuvieron 118.274 euros. «El ritmo actual es similar al de las donaciones en supermercados, con una caída del 20%. Por eso nos gustaría revertir esta situación». Para ello, la fundación mantiene abiertas varias vías de colaboración, con la posibilidad de ofrecer dinero a través de su página web (bancodealimentosdevalladolid.es/donaciones), bizum (38074) o con transferencias bancarias a sus cuentas en el Santander, BBVA, Caixabank y Unicaja Banco.

Desde el Banco de Alimentos recuerdan que existen deducciones fiscales por donativos a ONG que son del 80% (hasta 150 euros de donación) y del 35% a partir de los 150 euros. Otras vías para conseguir fondos están en las donaciones de empresas agroalimentarias y de «negocios solidarios», así como en la organización de 'operaciones kilo' en colegios y otras instituciones, que se vuelcan especialmente en estas fechas navideñas.

A pesar de este descenso en las donaciones y a esta petición de ayuda, el Banco de Alimentos garantiza el suministro a todos sus beneficiarios (a través de 124 entidades sociales y de reparto). «Las familias tienen que estar tranquilas, porque seguirán recibiendo los 29 alimentos básicos que se ofrecen desde aquí», certifica Mediavilla. Eso sí, no oculta su inquietud e «incertidumbre» por cómo se gestionarán a partir de 2024 los víveres que tradicionalmente llegaban de Europa a través del Fondo Europeo de Atención a Desfavorecidos (Fead) y que a partir de 2024 tramitarán las comunidades autónomas. «Todavía no sabemos cómo tramitarán estas ayudas desde la Junta», dice Mediavilla.

La Gran Recogida se celebró en Valladolid del 24 de noviembre al 3 de diciembre, aunque hay supermercados que todavía no han remitido al Banco de Alimentos los resultados de las aportaciones en caja de los vallisoletanos. Esta vez, participaron las cadenas Mercadona, Gadis, Carrefour, El Corte Inglés, Alimerka, DIA, Makro, Alcampo, Lidl, Eroski, Lupa y Froiz. Con la pandemia, se eliminó la recogida directa de alimentos (paquetes de pasta, arroz o legumbres) y se optó por la donación económica en caja.

Esto conlleva varias ventajas. Por un lado, se evita la logística de llevar y almacenar toda esa comida en las naves del Banco de Alimentos. En su lugar, la propia fundación compra los víveres en función del ritmo de sus necesidades, por lo que también controla mejor las fechas de consumo preferente y no se almacenan en exceso kilos de un mismo alimento.