El Ayuntamiento de Valladolid aprueba el presupuesto con el respaldo de Ciudadanos

El apoyo naranja a los presupuestos no ha sido gratis y el equipo de gobierno aprobó ocho de las dieciséis enmiendas de Ciudadanos al presupuesto, entre las que destaca el acondicionamiento de un aparcamiento disuasorio en la calle Bálago, la instalación de placas con textos de Delibes en la acera de Recoletos o la redacción del proyecto de construcción de un edificio de apartamentos municipales tutelados para mayores.

El presupuesto total es de 404.525.457 euros, de los que el Ayuntamiento de Valladolid propiamente dicho alcanza los 342.890.895 euros (un 6% más que en este 2022). El de la Fundación Municipal de Cultura asciende a 18.145.118 euros. El presupuesto de la Fundación Municipal de Deportes a 14.646.504 euros. El de la Sociedad de Autobuses Urbanos de Valladolid Auvasa a 43.105.509 euros. El de la sociedad municipal de suelo y vivienda Viva a 9.667.753 euros. El de la empresa de servicios funerarios Nevasa a 4.923.219 euros y, finalmente, el de la Entidad Pública Empresarial Local Aquavall a 27.660.294 euros.

Pedro Herrero, concejal de Hacienda, presentó el octavo presupuesto consecutivo del grupo socialista y para hacerlo decidió, de manera previa, hacer un balance de las legislaturas del PSOE, confrontándolas con la gestión anterior de los populares en el ámbito municipal y con la de la Junta en la actualidad. «Cada vallisoletano está diez veces más endeudado por la Junta que por el Ayuntamiento de Valladolid», espetó el edil poco antes de enumerar algunas de las actuaciones previstas en un discurso en el que aseguró que el equipo de gobierno ha basado sus políticas en tres ejes: «refuerzo de los servicios públicos, inversión estratégica y desarrollo sostenible».

Herrero sacó pecho con una frase directa. «Valladolid está como nunca, de bien. Y Castilla y León está como nunca, de mal», indicó el concejal de Hacienda. Mientras, María Sánchez, concejala de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, fue mucho más creativa en su intervención, que hiló basándola en las diferencias que podría ver un vecino imaginario que regresa a Valladolid tras llevar años fuera, al más puro estilo de Rajoy y su famosa niña. De esta manera, en una clara clave electoral, Sánchez repasó los logros del Ayuntamiento y recalcó que «toda la potenciación de lo público se está haciendo sin aumentar la presión fiscal, demostrando que la gestión pública es eficiente».

Como era de esperar, la portavoz popular, Pilar del Olmo, no dejó escapar el momento para aprovechar la figura retórica utilizada por María Sánchez. «Me ha encantado su cuento, señora Sánchez. El único problema es que un joven que se ha ido a vivir fuera no vuelve a Valladolid», afirmó la lideresa saliente del PP en Valladolid, que también dedicó unas palabras al concejal de Hacienda. «No compare los servicios que ofrece la Junta con los del Ayuntamiento. No saben defender lo suyo. Solo atacan lo que hacen otros», afirmó poco antes de cargar contra Óscar Puente. «Señor alcalde, hay que trabajar más y lucir menos, y no lo digo por las luces de Navidad, que tanto le gustan», añadió Del Olmo con sorna.

El PP presentó 41 enmiendas, pero Pedro Herrero aseveró que esas revisiones no buscaban encontrar un acuerdo, aunque Del Olmo afirmó que algunas de ellas se hicieron a la medida de los socialistas. «Doce de ellas son compromisos electores del PSOE que no han cumplido y no tienen reflejo presupuestario», aseveró la portavoz popular, que repitió una y otra vez que el presupuesto era un «espejismo» y señaló al equipo de gobierno para decir que «lo único que se les ha olvidado presupuestar es el desprestigio que han acumulado en estos años», añadió para augurar después que este sería el último presupuesto de Puente.

Martín Fernández Antolín, portavoz de Ciudadanos, utilizó la palabra 'inercia' para hablar de la energía motriz del Ayuntamiento, que, a juicio del partido naranja, se ha alimentado gracias a la inversión foránea. Pese a las críticas, llegaron a un acuerdo con los socialistas y, como señalábamos al principio, ocho de sus enmiendas fueron aprobadas. «Este paquete de medidas están enfocadas en favorecer una vía de encuentro para eliminar obstáculos, encontrando puntos de acuerdo para que avance Valladolid y también los vallisoletanos», indicó Fernández Antolín, cuya actitud «constructiva» fue agradecida tanto por Pedro Herrero como por María Sánchez.

Óscar Puente, por su parte, tomó la palabra para decir que en Castilla y León solo hay dos presupuestos aprobados -el de Ávila y el de Zamora-, y después incidió en que el mayor incremento presupuestario de una ciudad de la comunidad es el de Valladolid. Para cerrar su intervención, el alcalde lanzó un dardo envenenado a Del Olmo. «Entiendo que su posición es muy complicada, pero que me diga que este es mi último presupuesto.... Eso está por ver. De lo que no hay ninguna duda es que usted no estará aquí y de que yo me enfrentaré en las próximas elecciones a mi tercer candidato popular», manifestó el regidor.

Con el apoyo de Ciudadanos, las críticas solo podían llegar del lado popular y de más a la derecha. Así que Javier García Bartolomé, de Vox, solicitó una enmienda a la totalidad a un presupuesto que calificó como el «de la mentira, la deuda y el despilfarro, que llega en el peor momento para Valladolid». El portavoz municipal del partido de Abascal volvió a cargar las tintas sobre el plan de integración del ferrocarril. «Estos presupuestos quieren enterrar el soterramiento de las vías del tren y en su lugar quieren hacer nuevos túneles del miedo que nadie quiere», afirmó García Bartolomé, al que Pedro Herrero respondió con esta noticia.

García Bartolomé utilizó un símil taurino para explicar su enmienda a la totalidad, que presentó a las 14:55 horas del lunes. «Queremos devolver el presupuesto a los corrales porque no hay por donde agarrarlos», incidió el portavoz de Vox, que en su segunda intervención puso el foco en la deuda municipal. «Se están fundiendo los ahorros del Ayuntamiento y sus actuaciones nos recuerdan cada vez más al famosísimo 'Plan E' de Zapatero», afirmó para asegurar más tarde que el equipo de gobierno tira el dinero público en subvenciones a diferentes asociaciones a las que calificó como «chiringuitos».

Y así, con el aire bronco que caracteriza cada pleno, se aprobó el presupuesto del Ayuntamiento de Valladolid con el mayor apoyo desde que España vive en democracia.