Diez personas trabajarán dos años con familias de Delicias y Pajarillos para acabar con la marginalidad

La Concejalía de Servicios Sociales quiere que sean las entidades del tercer sector las que desarrollen este trabajo en coordinación con los técnicos de los Centros de Acción Social de ambas áreas, donde se concentra una cuarta parte de la plantilla. En total, está prevista la contratación de diez personas, especialistas en intervenciones con colectivos desfavorecidos y en mediación.

La titular del área, Rafaela Romero, reconoce que es un plan a largo plazo en el que se quiere implicar a todos los departamentos municipales, en especial a Urbanismo, por la importancia que tiene la vivienda en la mejora de la calidad de vida, y a la Concejalía de Desarrollo Económico y Empleo, ya que la integración laboral es fundamental para que una persona encarrile su trayectoria y se aleje de hábitos y conductas nocivas para ellos y para el resto.

Romero incide en una idea: «No es plan de ladrillo, sino de personas», que, eso sí, se sumará a las intervenciones de rehabilitación urbanística ya en marcha en el 29 de Octubre y en planificación en la degradada barriada de Las Viudas.

«En este tipo de iniciativas, las administraciones siempre nos quedamos cortas, pero tenemos que trabajar para romper esa cadena de la pobreza», destaca la edil, a quien le gustaría que la Junta de Castilla y León se implicara en este proyecto dentro del acuerdo marco que mantiene con el Consistorio.

Se trata de actuar frente a «problemas endémicos» en ambos enclaves como el absentismo, el fracaso escolar y el abandono temprano de la educación, una línea en la que ya trabajan los servicios sociales, pero que se quiere reforzar. El planteamiento es el de intervenir de forma individualizada y en el ámbito de las familias con mayores problemas para ofrecer oportunidades a través de la formación prelaboral y con proyectos personalizados para el acceso al mercado de trabajo. El sesgo de género también se potenciará porque, explica Rafaela Romero, las mujeres tienen en estos colectivos un poder transformación importante. Este acompañamiento por parte de los trabajadores sociales se completará con tareas de fomento de la convivencia y participación en la vida del barrio, con especial atención a la interculturalidad.

Borrar los estigmas que arrastran ambas zonas va a costar, pero el equipo de gobierno considera «básica» la intervención para intentar revertir su degradación. No se puede mirar para otro lado y dejarlos a su suerte.