Nieves Caballero
Valladolid
Miércoles, 1 de julio 2020
Nadie sabe todavía cómo serán las Fiestas y Ferias de la Virgen de San Lorenzo de septiembre porque la clave estará en evitar las aglomeraciones y que, al mismo tiempo, tengan atractivo suficiente tanto para los vecinos de Valladolid como para los visitantes ... . El Ayuntamiento y la propia Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería (Apehva) tienen claro que es imposible una Feria de Día tal y como se ha celebrado durante dos décadas, con casetas y conciertos masivos en calles, rincones y plazas, si se quieren prevenir los posibles brotes de coronavirus.
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El Ayuntamiento, por su parte, también da por hecho que en septiembre no se habrá recobrado la normalidad, de manera que ya estudia cómo se adaptan las fiestas a la nueva realidad. Por eso mismo, buscan alternativas. Lo que está claro es que serán unas ferias atípicas.
La concejala de Cultura y Turismo, Ana Redondo, ha mantenido una reunión con la presidenta de la Asociación de Hostelería, María José Hernández, y otros hosteleros de la ejecutiva, y han llegado a la conclusión que la Feria de Día es «inviable» por lo que se van a proponer otras alternativas en las que sobre todo las terrazas, por razones sanitarias, y el interior de los establecimientos serán los puntos de encuentro, pero no las casetas. El objetivo es impedir las aglomeraciones y programar actividades en las que se garantice la seguridad de ciudadanos y turistas. Así, se barajan rutas de tapeo en las terrazas y en el interior, incluso con bonos para pinchar en varios locales, y conciertos que se puedan retransmitir en directo o se emitan en continuo ('streaming') en los distintos locales y zonas.
Ana Redondo, que con esta reunión ha iniciado una ronda de contactos que se extenderá al resto de implicados (peñas, casas, regionales, feriantes, músicos, etc), considera que «es una oportunidad para repensar la feria y elevar la calidad tanto de las tapas como de los productos, de manera que la Feria de Día se identifique con una gastronomía acorde con la imagen que Valladolid tiene fuera». También ha señalado que se está pensando en un pasaporte de tapas para incentivar el consumo.
Desde la Asociación de Hostelería, se asegura que «la afluencia de público en las diferentes zonas y casetas de la Feria de Día», que estima en una circulación de un millón de personas durante los diez días de celebración, «es una importante aglomeración de personas y supondría un alto riesgo sanitario para la población». Por ese motivo, el sector es consciente de que «en esta edición las ferias de Valladolid van a ser atípicas».
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Tampoco considera posible restringir el número de personas en las distintas casetas porque sería incompatible con «la rentabilidad empresarial para el establecimiento», ya que descendería el número de clientes, y habría que cumplir «unas estrictas medidas de prevención sanitaria». Además, señala que no se podría garantizar el control de la masificación de personas en el tránsito de una zona a otra. A través de un comunicado de prensa, la Asociación afirma que «sabemos perfectamente el quebranto económico que supone para el hostelero la no celebración de la Feria de Día», pero insiste en recordar el riesgo de posibles rebrotes.
Aún así, antes de tomar una decisión definitiva, la Asociación de Hostelería pedirá la opinión de los empresarios del sector para que tengan en cuenta los costes de montaje, empleados, suministros, tasas y todo el desembolso que el montaje de la caseta conlleva, y las medidas sanitarias que se deberían de cumplir. «Este jueves vamos a mandar la consulta a todos los asociados, ya la tenemos preparada», ha explicado María José Hernández, «es lo que hemos aprendido con el confinamiento y la crisis del coronavirus, que nos podemos comunicar de forma digital e inmediata».
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En la reunión del Ayuntamiento también han estado presentes los responsables de salud, que han recordado las medidas de higiene y sanitarias que tienen que prevalecer. Los hosteleros tendrían que firmar una declaración responsable y garantizar que se mantiene la distancia de seguridad de metro y medio en las casetas. Un aspecto que la Asociación de Hostelería piensa que es inviable. Hernández ofrece su «apoyo incondicional al Ayuntamiento», pero e insiste en que «vamos a anteponer la salud» y por ese motivo «hay que buscar algo intermedio pero controlable».
La presidenta de la Apehva señala que «se pueden estudiar soluciones intermedias que puedan dinamizar a la ciudad, posiblemente en las terrazas de los establecimientos con actuaciones de diversos tipos, fomentar el tapeo interior y el tapeo exterior, así como impulsar la copa de ferias en las terrazas, propuestas todas ellas compatibles con la situación actual».
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En este sentido, el comunicado de la Apehva afirma que «la situación que se vive en el momento actual, aconseja actuar con prudencia y evitar la celebración de actos que supongan una masificación importante de público. Creemos que aparte de los argumentos expuestos, la confianza del público y de los empresarios no sería la lógica de otras ediciones y esto redundaría negativamente a la hora de fomentar el consumo y hacer de la Feria de Día un evento rentable».
La concejala de Cultura y Turismo, Ana Redondo, asegura que el Ayuntamiento tiene claro que, en primer lugar, «la seguridad sanitaria está por encima de cualquier otra cuestión», pero también que la situación generada por la crisis del coronavirus ha puesto en la peor situación económica a muchos sectores de la capital, entre ellos a los hosteleros. De ahí, que sea consciente de que las Ferias de la Virgen de San Lorenzo son una oportunidad para que esa situación mejore para muchos sectores.
«Las casetas no parecen la mejor de las opciones este año, aunque si se mantiene la idea de la tapa de ferias », afirma Ana Redondo. Pero el concepto cambiará porque es más que probable que las tapas se consuman en las terrazas y en el interior de los locales, pero sentados. Una manera mucho más fácil de controlar y evitar los rebrotes del coronavius. Aun proponiendo que los pinchos suban de calidad tanto por su elaboración como por el uso de los productos, la concejala señala que «tienen que ser popular». Quizás suban los precios, pero Redondo señala que se puede compensar de alguna forma al consumidor.
El Ayuntamiento piensa ya en una campaña dinamizadora que sirva de paraguas para todas las actividades en las que debe primar la seguridad. Incluso Ana Redondo adelanta un posible eslogan: «Las mejores fiestas con total seguridad, las mejores tapas con total seguridad, etcétera».
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