
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Nadando entre una pareja de ánades azulones, macho y hembra, la tarde del sábado el canal del Duero contó con un invitado muy especial: un pato mandarín. Inconfundible por sus vivos colores, este ave es oriunda de China, Japón y Siberia, donde es muy apreciada por su belleza. El vallisoletano José Luis Alcalde fotografió al ejemplar, un macho, mientras daba un paseo a orillas del canal del Duero. «Me llamó la atención por los colores y porque es un pato muy diferente a los que estamos acostumbrados a ver por aquí. Al principio pensé que se podía tratar de una hibridación pero le enseñé las fotografías a mi hijo, que es biólogo y gran aficionado a la ornitología, y de inmediato me dijo que era un pato mandarín», señala José Luis.
El ejemplar avistado en el canal del Duero, en las inmediaciones de Fuente la Mora, presenta, tal y como se aprecia en las fotografías y como se describe en la web de National Geographic, «un copete rojo con brillos metálicos de color verde sobre la frente donde, junto a dos franjas laterales de color blanco, destacan los ojos oscuros, en armonía con el pico de un tono rojo coral. El pecho y la garganta son de color morado; el vientre es blanco, y los laterales son de un tono crema con dos bandas azuladas, que dan paso a sendas franjas anaranjadas curvadas hacia arriba».
«Es una especie del Lejano Oriente, absolutamente exótica en España. ¿Cómo habrá llegado hasta Valladolid?», se pregunta el autor de las fotografías. «Cuando llegué a casa me puse a investigar sobre esta especie y hay algunos en Inglaterra que en esta época emigran hacia el Sur; pero son ejemplares contados. No sé si alguien lo tendría en cautividad y se habrá escapado», argumenta José Luis Alcalde. «Sea como fuere es algo nada habitual en esta tierra», apostilla.
El catedrático de Zoología y doctor en Biología, Miguel Lizana, profesor de la Universidad de Salamanca, no tiene duda sobre la especie de la fotografía. «Claramente es un pato mandarín», asegura este experto. «Es una rareza, un ave con distribución europea que se ve ocasionalmente en España, acompañando a otras aves migratorias. Yo pienso que es una rareza que ha llegado con otros patos, probablemente desde Gran Bretaña», señala Miguel Lizana.
Nueva York hace dos años también recibió por sorpresa en el Central Park un pato mandarín, que se convirtió en la estrella del parque neoyorquino y de Instagram.
En Asia oriental los patos mandarines fueron considerados animales portadores de buena fortuna, amor y afecto conyugal; de tal forma que en China se regalaba una pareja de estos patos como regalo principal en las bodas más importantes.
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