El presbítero de la Archidiócesis de Valladolid, Aurelio García Macías, ha sido nombrado hoy por el Papa Francisco I nuevo obispo titular de Rotdon y subsecretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Se trata de ... una de las oficinas más importantes en el gobierno Vaticano de Roma, donde permanecerá. De hecho, el obispado de Rotdon (Ampuria, Gerona) es solo una diócesis simbólica con la que certificar su ascenso.
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El arzobispo de Valladolid, monseñor Ricardo Blázquez, dio a conocer a mediodía el nombramiento al tiempo que mostraba su alegría y aprecio por García Macías por «su persona, su preparación y sus aptitudes».
García Macías (Pollos, 28 de marzo de 1965) será ordenado obispo en una celebración religiosa que tendrá lugar el 11 de julio en la Catedral de Valladolid por petición expresa suya. El nuevo obispo es un religioso muy reconocido en la Archidiócesis de Valladolid en donde, además de ordenarse sacerdote, fue subiendo peldaños de responsabilidad a la vez que atesoraba una sólida formación teológica. En 2011 fue nombrado rector del Seminario Diocesano, cargo que dejó en 2015 para incorporarse a la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, de la que ahora será su subsecretario.
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De esta oficina, Blázquez dijo que es «una de las de arraigo más tradicional en la Curia». La labor principal se centra en cumplir los encargos del Papa relativos a la Liturgia (revisión de los Documentos Litúrgicos de la Santa Sede) y atender y recibir a los obispos visitantes.
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García Macías, también fue párroco de varias localidades vallisoletanas así como de la Iglesia de Santiago Apóstol de la capital. Ahora permanecerá en Roma, donde desarrolla su carrera eclesiástica desde hace años.
Al hacer el anuncio, el arzobispo Blázquez dejó claro que, de momento, no habrá cambios en la estructura eclesial de Valladolid. Recordó que, cuando cumplió 75 años, «presenté la renuncia unos meses después». Ha pasado el tiempo pero las cosas no han cambiado. Ricardo Blázquez desveló que su último contacto con la curia de Roma fue en septiembre pasado. «Continúe usted», me dijeron.
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Por último, el todavía arzobispo mostró sus «signos de esperanza pero también de preocupación», en la realidad que vive la sociedad en la lucha contra la pandemia sanitaria. «Todos estamos para colaborar responsablemente», acabó.
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