Tienda atracada en la calle Monegros de Valladolid. Rodrigo Jiménez

Maniata a punta de pistola a la dueña de una tienda en Barrio España y roba 2.000 euros

El atracador asaltó la tienda de alimentación poco después de las 6:30 horas de la mañana de este miércoles

J. Sanz

Valladolid

Miércoles, 16 de diciembre 2020, 09:28

«Estoy bien», acertó a explicar con el rostro visiblemente desencajado la propietaria de la tienda de alimentación Maté, un pequeño comercio de ultramarinos situado en el corazón de Barrio España, donde la mujer sufrió un violento atraco cuando se encontraba sola en el local ... aún de madrugada preparando el comercio para su apertura. Pasaban unos minutos de las seis y media de la mañana cuando abrió la puerta a una persona que llamó al creer que se trataba de su marido, que acababa de dejarla en el comercio para acudir al Mercaolid a por género, y se topó con un encapuchado que la introdujo en el local a punta de pistola para después maniatarla a una silla en la trastienda y huir con un botín que las víctimas valoraron en 2.000 euros.

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Los hechos ocurrieron en la tienda de alimentación Maté, situada en la esquina de las calles Baztán y Monegros, junto a las viviendas decoradas por Gabarrón, donde la víctima se encontraba sola después de que su marido y un tercer trabajador del comercio la hubieran dejado allí para acudir a comprar el género al cercano mercado central. «Nos estaban vigilando seguro, han esperado a que nos fuéramos al Mercaolid y un minuto más tarde han llamado a la puerta para que ella pensará que habíamos vuelto a coger alguna cosa», relató esa misma mañana, cuando el comercio abrió sus puertas, el marido de la víctima, quien incidió en que la mujer «abrió confiada al pensar que éramos nosotros y se ha encontrado con eso...», en alusión a la presencia en la puerta de un hombre, de complexión delgada y de 1,70 metros de altura, que llevaba el rostro oculto por un pasamontañas y que portaba una pistola con la que encañonó a la víctima para obligarla a recular hacia la parte posterior del mostrador, donde el local cuenta con un pequeño almacén.

Allí la ató las manos con cinta americana a una silla para conseguir un cuantioso botín, según apuntaron las víctimas a los agentes, de dos mil euros. Un dinero que tendrían allí preparado «para pagar a unos proveedores». La víctima, que logró desatarse y alertar de lo ocurrido, resultó ilesa, aunque tuvo que ser atendida por un ataque de ansiedad por los sanitarios.

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