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Un policía nacional escucha el estruendo y le pregunta al de al lado si lo ha visto. De pronto la manifestación que custodian, con unos cien técnicos de emergencias sanitarias frente a las Cortes de Castilla y León, deja de ser el foco, que se ... gira hacia la avenida de Salamanca, en el carril izquierdo hacia Arroyo, antes del Puente Colgante. Allí, de cuatro coches abollados, salen cuatro personas con la conmoción de quien se acaba de llevar un golpe tremendo e imprevisto. Enrique López, con el chaleco naranja fosforito del 112, ha visto el accidente mientras esperaba a cruzar el paso de peatones para unirse a la concentración. Inmediatamente, junto a otro compañero, atiende a una mujer que presenta un evidente estado de nervios. «Venía a la manifestación y al cruzar el paso de cebra hemos visto, hemos oído más bien, el accidente», explica.
Un taxista y el conductor de un furgón, el tercero y el primero en la cola del semáforo, se encuentran aparentemente bien, de pie y preparando los papeles. La mujer, tras salir del coche, se sienta en la acera, muy nerviosa e «hiperventilando», cuenta Enrique López. Al hombre que presuntamente ha provocado el accidente la ayudan a salir los dos técnicos de emergencias. En su caso ha saltado el airbag y el vehículo, una berlina grande, pierde líquido del radiador.
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Cuando la situación se aclara, y llega el primer policía municipal para tratar de desatascar el lugar, parece que este último coche, conducido por un hombre joven, es el que ha perdido el control. «El hombre se ha mareado o le ha pasado algo y ha impactado con el último. Y en cadena, los cuatro coches», cree el técnico de emergencias. Llaman al 112 porque, aclaran al agente de Policía Local, no están de servicio, y se incorporan a la concentración poco después. «Nos pasa muchas veces y es un momento más de tu vida. Trabajas en esto, ves algo así, paras, ayudas, y sigues tu vida», cuenta.
Frente a las Cortes, siguen los pitos, los petardos y la protesta. Una pancarta dice: «A nosotros también nos aplaudíais». ¿Qué piden? «Que los sueldos no son acordes a los días que vivimos y el trabajo es alguna hora más de la cuenta...», dice Enrique López. Incluso cuando uno va en su día libre de camino a una manifestación.
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