Consulta la portada del periódico en papel

Ver 24 fotos

El arzobispo, Luis Argüello, durante la bendición desde la torre de la Catedral. El Norte

El arzobispo de Valladolid bendice la ciudad desde lo más alto un siglo después

Luis Argüello ensalza la devoción y la protección del Sagrado Corazón en el centenario de la entronización de la estatua en la torre

Luis Amo

Valladolid

Sábado, 24 de junio 2023, 16:18

Hacer hermandad a través de la oración desde lo más alto. El arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, ha bendecido a primera hora de esta tarde a todos los vallisoletanos desde la torre de la Catedral coincidiendo con el centenario de la entronización del Sagrado Corazón ... de Jesús en lo más alto del templo, a 70 metros de altura, y justamente un siglo después de las celebraciones presididas por su homólogo Remigio Gandásegui.

Publicidad

En un día emocionante en lo religioso, apasionante en lo histórico y despejado en lo meteorológico, una nube con esencia vallisoletana fue proyectada al cielo desde las mismísimas alturas por los monaguillos de la Seo. Dejaron rastro hacia los cuatro puntos cardinales como símbolo «del regalo de una singular presencia del Corazón de Jesús desde que mostró el tesoro escondido de su amor misericordioso», a los vallisoletanos en particular y al mundo en general, a través de la revelación al Beato Bernardo de Hoyos, el religioso de Torrelobatón que recibió la promesa eterna: «Reinaré».

El Año Jubilar del Sagrado Corazón de Valladolid alcanzó su cenit con una convocatoria imborrable para las cientos de personas que han asistido a la oración, la consagración, la reflexión y la bendición del arzobispo. Argüello, divisando todos los rincones de la ciudad e incluso atisbando el horizonte de la provincia y de los campos de Castilla, incidió en su mensaje de estas celebraciones extraordinarias en el encuentro con Jesús a través de los hermanos, de las personas más cercanas en un acto especialmente emotivo, de hondo sentido religioso pero con una trascendencia social dirigida a todos en tiempos de guerras, de inmigrantes y de pobreza social. Luis Argüello convoca a todos los presentes con este jubileo a hacer llegar el abrazo de misericordia «con la esperanza de la venida del Reino de Dios, con el compromiso de anunciar y ensanchar este reinado al mismo tiempo que seguimos peregrinando». Unas palabras que el prelado ha reiterado en los últimos días pero que ahora tienen mayor importancia si cabe porque quiere significar la presencia de la estatua del Sagrado Corazón como el faro y vigía del devenir cotidiano de naturales y forasteros.

Un instante de la celebración. Carlos Espeso

Este jubileo iniciado hace una semana es una «oportunidad», en su opinión, «para vivir plenamente este coloquio orante: venga tu reino». Se trata de una fiesta de la Iglesia Católica concedida por el Papa Francisco a la Diócesis de Valladolid entre el 16 de junio de 2023 y el 7 de junio de 2024 que ha conseguido este sábado reunir a numerosas personas en torno a esta devoción «que busca el encuentro de las personas en una sociedad individualista y donde los tiempos pandémicos también han minimizado las relaciones humanas», como han recordado algunos de los sacerdotes presentes especialmente felices por la efeméride y reiterando su llamada e invitación a todos a participar «como verdaderos peregrinos». Unos presbíteros que acudieron hace una semana de manera sobresaliente a la llamada de su pastor al comienzo de este Año Santo y que ayer también se dieron cita para recibir la multitudinaria bendición del arzobispo. Junto a estos padres diocesanos, numerosas madres -monjas- de diferentes congregaciones especialmente alegres y animosas y, entre todos, muchos hijos vallisoletanos y algún forastero.

Publicidad

Muchos grupos de personas, de familias, de amigos, de cofrades, de oración o de catequesis se han reunido tanto en los accesos a la puerta principal de la Catedral como por la puerta de Santa María, más en concreto, buscando la sombra de los pinos de la plaza de la Universidad para intentar resguardarse del intenso calor que ha alcanzado los 32 grados a las 13.00 horas. En ambos emplazamientos se había colocado megafonía para seguir las palabras y las oraciones del prelado, unas palabras interrumpidas en varios momentos, aún en la lejanía, por proclamas o agradecimientos dirigidas al Sagrado Corazón de Jesús. Sin duda, una importante presencia que reveló la buena salud de los movimientos eclesiales de la ciudad, la buena sintonía con el arzobispo y también con los que se pone de manifiesto la importancia de la religiosidad popular para sumar al movimiento católico al tiempo que «para proclamar e invitar a la iniciación de la fe» en torno a esta piedad tan vallisoletana como es el Sagrado Corazón de Jesús pero que está extendida por los cinco continentes. Una globalización, por cierto, representada con ese incienso purificador del paraíso terrenal vallisoletano al cielo del mundo, como comentaban orgullosos algunos miembros del Cabildo Catedraliceo, presididos por el deán, que han estado junto al prelado así como una representación simbólica de religiosos y laicos: «Es un incienso que infunde paz y que esparce el amor del Sagrado Corazón». Las caras de los monaguillos, por su parte, también lo decían todo ante este acontecimiento extraordinario e histórico más allá de su papel en misas o procesiones.

«Todos, cada uno a su manera, con sus vidas, pero con el mismo sentimiento, tenemos en esta imagen del Sagrado Corazón nuestro protector diario, el mismo valedor de nuestra causa, de nuestros corazones y de nuestro caminar» comentaba emocionado Manuel, catequista, padre de familia, cofrade… quien junto a Enrique, Nacho, María Jesús, Carmen, Roberto o Daniel reconocieron que «esta es una oportunidad única de vivir ciudad y de recordar a nuestros antepasados a través de la fe al Sagrado Corazón, el mismo arraigo con el que nosotros queremos infundir a nuestros hijos para que conozcan y sientan en primera persona lo más grande: ayudar a los demás para encontrarte en el feliz camino de ir de la mano con Cristo».

Publicidad

Repique de campanas por la capital y la provincia

Muchas palabras, también de murmullos de los más pequeños durante los momentos de oración más recogidos, cánticos cogiendo nota con algunas guitarras e incluso los propios que a esa hora del vermú ya llenaban las terrazas del entorno de la Catedral que quedaron prácticamente mudas dado que esta devoción local al Sagrado Corazón resonó de manera emocionante y casi trascendental mediante el repicar de multitud de campanas dirigidas desde la Iglesia Mayor de Valladolid y también por las más inmediatas que encontraron eco en otras más lejanas: desde las iglesias parroquiales del Santísimo Salvador, Santa María de la Antigua, San Martín o Santiago hasta las que han representado a la provincia desde los campanarios de Medina, Bobadilla del Campo, El Carpio, Medina de Rioseco, Torrelobatón o Peñafiel, entre otros muchos. Y, junto a estos, las oraciones y los sonidos jubilares también se escucharon desde otras casas religiosas en pleno epicentro conventual como en Santa Isabel de Hungría pasando por Las Delicias o La Victoria hasta las afueras de la capital como en la Iglesia del Carmen de Extramuros además, por supuesto, del templo que comparte sede jubilar en esta efeméride, la Basílica del Santuario Nacional de la Gran Promesa.

Decenas de personas se congregaron en la calle Cascajares para observan la bendición a la ciudad impartida desde lo alto de la torre de la Catedral por el arzobispo Luis Argüello. Carlos Espeso

Y esta devoción también ha llegado a Roma… El diácono vallisoletano que será ordenado el próximo 9 de julio en esta misma Catedral Metropolitana, Mario Martín, reconoce sentir como persona y como religioso un gran amor y devoción» al Sagrado Corazón de Jesús. Pero estos celebraciones las está viviendo con sentimientos encontrados, como él mismo reconoce, «porque me siento muy vallisoletano y me siento un poco triste porque no he podido asistir a las celebraciones del comienzo del Año Jubilar, hoy tampoco a la bendición con el Santísimo, probablemente tampoco pueda estar en el cierre ni muchos otros acontecimientos. Sin embargo, desde tierras italianas ha explicado a El Norte de Castilla que «es una imagen bonita porque si el Corazón de Jesucristo es el Corazón mismo de la Iglesia podemos decir que San Pedro y San Pablo, sobre los cuales se funda el papado y la ciudad de Roma, pues serían como los dos pulmones… Entonces el ver cómo el Papa Francisco favorece y promueve esa devoción y éste Año Jubilar y ver que la Diócesis se beneficia de una indulgencia que el Papa, aquí en Roma ha concedido, pues de alguna manera también tiene una relevancia especial para mí».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad