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Los trabajadores del Centro de Mantenimiento preparan una mampara para las instalaciones municipales. Gabriel Villamil

Artesanía municipal para recuperar «con seguridad» la atención al público en Valladolid

Los carpinteros del Ayuntamiento crean una máquina con la que han fabricado ya más de 200 mamparas y reducido en un 75% su coste de mercado

J. Sanz

Valladolid

Miércoles, 20 de mayo 2020, 07:09

Reinventarse o morir. «No quedaba otra», reconoce Antonio Represa, el responsable del taller del Centro de Mantenimiento Municipal, cuyos operarios han tenido que adaptar estos días su labor habitual de carpintería (normalmente de madera) para fabricar prácticamente «en serie» mamparas de distintos materiales plásticos que ... están siendo colocadas ya en las distintas dependencias del Ayuntamiento (oficinas, centros cívicos, bibliotecas o centros de mayores) con el fin de prepararlas para su reapertura, aún sin fecha, de cara a la atención presencial con la «máxima seguridad» posible a la hora de proteger tanto a los funcionarios como a los usuarios que acuden a ellas y evitar contagios por coronavirus.

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«Hemos tenido que tirar de ingenio para adaptar nuestras herramientas a la fabricación de todo tipo de mamparas adaptadas a las necesidades de cada espacio y también para conseguir el material», reconoce el responsable del taller antes de que dos de sus operarios, Fernando y Juan, confirmen que se ha tratado de un proceso rápido de «prueba y error». Así han conseguido construir una máquina para calentar y doblar el material (polietileno) con el que fabrican prácticamente en serie mamparas de protección de 152 por 85 centímetros de alto destinadas a todas las mesas de atención al público de los espacios municipales. El coste de cada una de ellas es de 25 euros, un 75% menos que su precio de mercado si son adquiridas ya fabricadas a empresas particulares. «Hemos reducido los costes al mínimo y, aunque el Ayuntamiento tenga que comprar algunas, lo cierto es que supone un ahorro considerable si se tiene en cuenta que su precio en el mercado ronda los cien euros», destaca Antonio.

Quince mil euros de ahorro

Las cuentas son claras. El taller municipal ha fabricado ya más de doscientas mamparas –todas ellas ya están colocadas en centros cívicos como el de Delicias o Juan de Austria, el archivo municipal o las oficinas de Viva– con un coste de 5.000 euros, cuando su precio de mercado sería de 20.000. «Ahora tenemos otras ochenta en proceso de fabricación para repartirlas por centros cívicos y bibliotecas de cara a su inminente apertura», explican sus operarios antes de reconocer que es un trabajo contra el crono si, como parece, la capital puede pasar por fin a la fase uno de la desescalada a partir del lunes de la semana que viene.

Los protectores están instalados ya en centro cívicos, bibliotecas y oficinas de atención al ciudadano del Consistorio

El principal problema al que se están enfrentando los operarios municipales es la carencia del material. «Cuesta mucho encontrar metacrilato (el más caro) y hemos optado por materiales que aportan una solución similar, como el polietileno (para las mamparas de atención al público) y el policarbonato (más económico aún y utilizado para los separadores de pie de las oficinas)», lamenta Antonio, quien explica que para recibir las últimas veinte planchas de polietileno han tenido que esperar quince días desde que hicieron el pedido. «Tenemos tres proveedores locales, pero ellos también fabrican las mamparas y cuesta mucho conseguir las plancha en bruto para luego poder cortarlas nosotros y doblarlas para ofrecer la máxima seguridad posibles en los espacios de atención al público», concreta Antonio Represa.

«Resistente y muy ligero»

Los artesanos municipales, no obstante, confían en poder rematar a tiempo el último pedido de ochenta mamparas, que fabrican de forma manual con la máquina ideada por ellos mismos, una mesa con una resistencia que calienta el plástico para realizar las dos dobleces de los laterales, que luego colocan en otra mesa también manufacturada con el mismo ángulo de la doblez de la mampara. Después fabrican pies del mismo material o de madera para sujetarlas en las mesas o en el suelo si son separadores de mayor tamaño. «Es un material resistente y muy ligero que permite, en el caso de las mampara, levantarlo y retirarlo para limpiar la propia mampara y la mesa y, en el caso de los separadores, moverlos también sin problemas». Las nuevas mamparas, además, cuentan con la ventaja de «no fracturarse como ocurriría con el cristal y de poder ser reemplazadas por un coste mínimo en el caso de que se agrieten».

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El taller, situado en la esquina de las calles Sementera y Las Eras (junto al parque de Bomberos y frente al Instituto Ferrari), trabaja a destajo desde hace tres semanas, cuando comenzaron a conseguir el material, cuyo coste ronda en la actualidad los 15 euros el metro cuadrado, e idearon su máquina artesanal para poder adaptar las oficinas de atención al público y de trabajo municipales al escenario actual de la pandemia. «Creemos que es una buena solución que protegerá a funcionarios y usuarios», concluyen.

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