Comienza la vacunación masiva a colectivos esenciales de Valladolid

Al llamamiento para recibir la primera dosis de la vacuna de AstraZeneca, disponible únicamente para menores de 55 años, acudieron agentes, unos uniformados y otros vestidos con ropa de calle. «Me he tomado un Paracetamol antes de venir y de momento no he tenido reacción», explicaba a su salida Rafael Gutiérrez, de 42 años y policía nacional. La ingesta del medicamento fue debida a la recomendación de tomarlo para evitar posibles síntomas tras la inyección.

Aunque no todos consideraron necesaria la toma de la pastilla. «Ha sido un pinchazo rápido y no he sentido nada; tampoco he tomado ningún medicamento antes», señalaba Javier Rodríguez, de 47 años y miembro también de la Policía Nacional de Valladolid. Los agentes accedían al centro cultural de uno en uno tras haberles sido tomada la temperatura en la puerta para comprobar que no presentaban fiebre.

Los sanitarios les solicitaban sus datos personales para tacharles de la lista de vacunación, comenzaban la preparación de la jeringuilla para rellenarla con el líquido de AstraZeneca y procedían al pinchazo en el brazo elegido. Ana Calvo, de 48 años y miembro en activo de la Policía Nacional, destacaba tras la inyección no haberse enterado del picotazo. Los sanitarios informaban a los ya inmunizados sobre cuándo se les pondrá la próxima dosis: entre diez y doce semanas después de este primer pinchazo. «Nos han dicho que en tres meses nos avisarán para la segunda dosis», afirmaba Ana Calvo.

El tiempo estimado de espera entre la primera y la segunda porción de la vacuna de AstraZeneca es tan amplio para mejorar la eficacia del medicamento en el cuerpo humano, según explican los expertos. Una vez inyectado el antídoto, los pacientes debían sentarse en unas sillas situadas en el tramo final del vestíbulo del Auditorio para esperar los 15 minutos reglamentarios y conocer si la vacuna les había causado algún tipo de reacción adversa. Transcurrido ese tiempo se disponían para abandonar el edificio ordenadamente.

A la salida, muchos explicaban sentirse «estupendamente y sin presentar ni un solo síntoma». Francisco Álvarez, policía nacional de 43 años, destacaba que «el picotazo ha sido rápido e indoloro, ahora confío en no tener una reacción muy adversa».

El proceso para vacunar a los miembros de los grupos esenciales se prolongará durante toda la semana que viene y finalizará así la inyección de la primera dosis en estos colectivos.