El ministerio público solicitaba en su petición inicial condenas que suman 134 años de prisión. Por el momento, quedaría fuera de estos pactos el principal acusado y supuesto cabecilla de la red de tráfico de cocaína, marihuana y hachís, el vigilante de seguridad Jesús Ramón Melero Fernandez., para quien la acusación pública solicita once años de prisión por los delitos de tráfico de drogas y pertenencia a grupo criminal.
La operación policial. que arrancó en 2019, concluyó un año más tarde con 35 detenidos en Valladolid, Burgos y Cantabria, si bien las diligencias judiciales llevaron al procesamiento de 28 de estos 'narcos'.
Según refiere el escrito de conclusiones provisionales del fiscal, agentes de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (UDYCO) del Cuerpo Nacional de Policía empezó a seguir la pista de Jesús Ramón Melero en marzo de 2019, un vigilante de seguridad en distintas empresas de Valladolid que, al parecer, distribuía «importantes cantidades de sustancias estupefacientes entre personas de confianza y consumidores habituales». El sospechoso fue condenado por la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Valladolid por posesión de droga preordenada al tráfico el 25 de marzo de 2019. Entonces se establecieron dispositivos de vigilancia en su domicilio y se solicitó al juzgado en mayo siguiente la intervención telefónica.
En las conversaciones y vigilancias los agentes comprobaron que Melero actuaba conjuntamente con su expareja Margarita Rodríguez Arroyo en la venta y distribución de sustancias estupefacientes. El primero las adquiría y distribuía en lugares próximos a su trabajo y su domicilio y cuando no le era posible, del negocio se ocupaba su exmujer.
En el Jamaica y en Noja
El considerado cabecilla de esta red de narcotraficantes contaba además para la distribución de la droga con quien denominaban «la chica de Arroyo», Leza Zamarrón ortega, quien adquiría directamente la droga a Jesús y este le ponía en contacto con los clientes que le llamaban. Leza rendía cuentas a Jesús sobre las ventas realizadas y ella se quedaba con el beneficio del superávit de la venta, cinco euros por gramo vendido. La relación entre ambos duró varios meses pero se interrumpió por problemas personales de Leza, con lo que el distribuidos cambió de camello e incorporó al equipo a Andrea del Carmen Portorreal Reyes, aprovechando, explica el fiscal, su trabajo en el Club Jamaica «para distribuir all la sustancia estupefaciente». Pero en noviembre Jesús decidió prescindir de la mujer porque, al parecer, «tardaba mucho en vender la sustancia».
El jefe de la red también distribuía droga, aunque en menor medida en la localidad de Noja (Cantabria), donde María de las Nieves Carmona Alonso era su «corresponsal» y junto con el camarero Julio Martín del Valle, se ocupaban de colocar las existencias. En uno de los seguimientos policiales se comprobó que el propio Jesús realizó una venta de hachís a un tercero. Esta venta propició la detención de José Liberto Royuela Bilbao, a quien intervinieron 40 bellotas de hachís con un peso aproximado de 400 gramos. Este declaró que el vendedor le dio una tarjeta de una firma de embutidos con un teléfono; ese número correspondía al principal encausado. Esta causa se sigue en el Juzgado de Instrucción 2 de Santoña y es independiente de este procedimiento que va a juzgar la Audiencia de Valladolid desde este lunes.
38.000 euros y 19 bolsitas de cocaína
Otros dos compradores habituales, los hermanos Juan Carlos y David López Frutos, también realizaban funciones de «probador e intermediario» en operaciones de venta de cocaína a cambio de una participación o comisión. según sostiene el fiscal. La mayor venta propuesta por Juan Carlos durante las escuchas fue la de medio kilo de cocaína a un comprador, José María Rodríguez Fernández. Jesús distribuye también a otros consumidores y a la vez vendedores al menudeo o a menor escala, como Ángel Ricardo Esteban García, que incluso se ofrece a Jesús para buscarle un proveedor en Chiclana (Cádiz) diferente del habitual «con el que tenía dificultades», se señala en el escrito del ministerio público. O el también acusado Jorge Gil Chacón, que compra todas las semanas «sobre pedido» para sus clientes. Otros acusados que se dedican al menudeo de la droga suministrada por Jesús son Marcos Antonio Mucientes Pastor, Óscar Valentín Gutiérrez. Durante el registro realizado en su domicilio, donde se encontraba acompañado de su pareja, Sandra Calleja Moyano, «quien conoce y comparte la actividad ilícita», se intervinieron 38.000 euros procedentes de la venta de hachís y, dentro de un abrigo, 19 bolsitas de cocaína con un 82% de pureza. Otros vendedores al menudeo son Jonatan de Abia Becerril y Fernando Arranz Ibáñez.
'Bajarse' a Chiclana: diez kilos de hachís por viaje
Durante la investigación, se descubrió que Jesús tenía un «socio ocasional», Juan José Abanades Alonso, con quien compraba droga, pero sin mezclar clientes. El primero contactaba con la vía de suministro del hachís y el otro, con la de cocaína procedente de Aranda de Duero. Melero se desplazaba cada tres semanas a Chiclana para comprar hachís y trasladar la droga a Valladolid. Compraba una cantidad superior a diez kilos en cada viaje, precisa el escrito del fiscal. Para 'bajarse' a Cádiz, utiliza sus coches, dos Volvo, con «caletas», los escondites que preparan los 'narcos' para esconder la droga. Para las ventas caseras por Valladolid. usa el Renault de su mujer.
El 20 de noviembre de 2019, al conocer que se iba a producir un intercambio, los agentes establecieron un dispositivo de vigilancia y detuvieron a Alfredo Salazar López y Gedeñon Jiménez Gabarri, a quienes se les intervino dos kilos de hachís que les entregó Jesús melro, si bien los trasladó su ex Margarita en su vehículo.
Juan José Abanades tiene una pareja, María del Mar Fernández García, encargada de conducir el vehículo «lanzadera» cuando los dos socios se desplazaban para comprar cocaína. Ella, indica el escrito de acusación, «también hace de intermediaria y realiza tareas de contravigilancia para proteger las transacciones de droga de su pareja». Los agentes comprobaron que Abanades contactaba con los suministradores de cocaína y se desplazaba en un coche con su mujer, mientras que en un segundo vehículo viajaba Melero desde Valladolid. Quedaban en un restaurante de Aranda de Duero y, desde allí, se iban juntos a Vadocondes (Burgos).La transacción se hacía en el local de ocio nocturno La Rosa de Aranda de Duero, regentado por los también acusados Lino Fernández Calzón y su socio David Salinero Marina. Una vez en Valladolid, Jesús y Juan José se repartían la cocaína adquirida.
La detención de Melero se produjo el 8 de diciembre de 2019 cuando llevaba en su Volvo un kilo de cocaína, mientras que Juan José y María del Mar viajaban en el vehículo «lanzadera» BMW. En los registros posteriores en sus domicilios se intervinierom todo tipo de sustancias estupefacientes, balanzas de precisión y hasta placas con emblemas de escolta privado, una de guardia civil y otra de guardia real. El valor total de las sustancias incautadas a Melero y su pareja fueron de 38.674 euros, el de la cocaína, y 4.489 euros, el del hachís.
También registraron en domicilio de su socio y su pareja, donde también se intervinieron drogas y una prensa para manipular cocaína, así como bolsas y sustancias de corte, así como poco más de mil euros provenientes, según la Policía, de la venta de cocaína.
La investigación policial de esta red permitió localizar a otro grupo dedicado al tráfico de hachís integrado por Samuel González Mancho, Víctor Calleja Moyano, Juan Bautista Puertas López, Julio Domingo Escudero y Miguel Lorenzo Martín González, alias 'Mimi', el negociador-intermediario del grupo y su contacto en Almería. Los dos primeros, sostiene la acusación pública, dirigen el grupo y organizan los viajes, mientras que el tercero contacta con el suministrador magrebí y viaja con ellos a Marruecos en el vehículo lanzadera para comprar las drogas. Víctor sería quien financiaba la droga y pagaba a sus subordinados, además de realizar funciones de contravigilancia. El 2 de diciembre del mismo año se detuvo a Julio y Samuel cuando viajaban en su vehículo con 171 tabletas de resina de cannabis cuyo precio en el mercado negro del hachís habría sido de 23.700 euros.
Ocasionalmente, el grupo tiraba de otros colaboradores, como el sobrino de Miguel Lorenzo, también dedicado a la venta al por menor de marihuana y hachís y que hace de lanzadera a cambio de una comisión.
Distribución en pisos de alterne
Jesús Melero mantenía también contactos con otros dos acusados, Juan Carlos Valbuena y su esposa María Henar de Santiago Holguín para suministrar sustancias estupefacientes en cinco pisos de alterne ubicados en la capital vallisoletana que regentaba el matrimonio y dedicaba a la prostitución. En el registro de su domicilio en Renedo de Esgueva se encontró cocaína, anfetamina y cannabis, sustancias valoradas en casi 3.000 euros.
A los 28 encausados se les acusa de delitos contra la salud pública y pertenencia a grupo criminal.
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