Meses, y no es una exageración, llevan Manuel Saravia y María Sánchez, los dos concejales (Urbanismo y Medio Ambiente) implicados en la construcción del memorial de El Carmen destinado a acoger los restos de los 247 vallisoletanos que fueron represaliados al inicio de la Guerra ... Civil, mediando entre el sindicato UGT y la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) en busca de un acuerdo que permita inhumar allí los restos óseos rescatados de cuatro fosas comunes, como estaba previsto, y colocar una placa con los nombres de los 2.500 personas que murieron en el conjunto de la provincia a raíz del alzamiento nacional. Pero no hay forma. Y todo en buena medida por la condición impuesta para su inaguración por el sindicato UGT, propietario con el PSOE del terreno, que pasa por la colocación en el memorial de los represaliados de la Guerra Civil (1936-1939) de un pequeño busto de su fundador, Pablo Iglesias (Ferrol, 1850-Madrid, 1925), tallado en 1998 y que en su día estuvo en dicha parcela. Y resulta un tanto sorprendente que este sea el motivo de un desencuentro que está a punto de dejar vacío un memorial por el que los dos colectivos en liza llevaban años luchando cuando el busto en cuestión se encuentra situado en una segunda parcela de UGT y el PSOE, que también rinde homenaje a las víctimas de la contienda -los dos memoriales originales, incluido el demolico para construir el de la polémica, eran idénticos- y que se encuentra situada a quince metros lineales del memorial que acaba de erigirse con un coste de 43.000 euros a cargo de las arcas municipales.
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La ARMH, encargada de las labores de exhumación de los restos de 247 represaliados en cinco fosas comunes localizadas precisamente al borde del nuevo memorial, lamentó ayer que «el intento de imposición por parte de UGT de la colocación del busto de Pablo Iglesias en el memorial supone un conflicto insalvable que nos lleva a aplazar sin fecha la inauguración y a plantearnos si enterrar allí los restos de las personas recuperadas». Un comunicado duro el remitido por la asociación que preside Julio del Olmo, quien recuerda que su criterio pasa por que el memorial «carezca de símbolos partidistas al tratarse de un panteón que debe ser patrimonio de todos los demócratas de hoy» al margen de los partidos políticos.
Y, ¿qué dice UGT sobre la polémica? Pues el sindicato declinó ayer ofrecer explicaciones sobre la cuestión. Así. Sin más. Y el memorial, que ya está construido, continúa vacío. Y los restos de 247 personas seguirán en cajas a la espera de poder recibir un entierro digno. Y todo, parece, por un busto moderno de Pablo Iglesias.
«Llevamos meses dialogando con las dos partes y, cuando habíamos logrado un acuerdo sobre la inscripción del memorial, que está acabado, parece que no hay salida», coinciden en señalar María Sánchez y Manuel Saravia antes de apelar «a la generosidad de UGT y de la ARMH para llegar a un necesario acuerdo». Las posturas, a día de hoy, parecen irreconciliables.
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