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Argüello pide a los sacerdotes renovar el estilo para abrirse a la nueva sociedadQue la sociedad está en un continuo y casi vertiginoso momento de cambios es una circunstancia indudable e incuestionable. Y consciente de esta realidad el arzobispo de Valladolid manifiesta públicamente querer caminar con la sociedad de manera real y efectiva, patente y latente para promover ... la vida como vocación en todos los ámbitos. Luis Argüello insta a todos «a descubrir nuestro rostro vocacional» pero vuelve a invitar a los suyos a actualizarse: «Son unos años para renovar estilo y buscar formas en esta hora de caminar juntos». En sus últimas homilías más públicas, como por ejemplo las pronunciadas en los santos patrones de la ciudad, las celebraciones centrales de Pascua o la correspondiente con el cierre del Año Jubilar del Sagrado Corazón de Jesús, lo cierto es que monseñor expresó públicamente un discurso de renovación y de participación a curas y laicos haciéndolo ahora más reflexivo en la carta pastoral correspondiente con el mes de julio y que ha publicado esta misma mañana.
Luis Argüello ha participado intensamente en el curso recién terminado en la vida de la sociedad vallisoletana, en la capital y en la provincia, adquiriendo una amplia perspectiva de cómo se trabaja en las iglesias, parroquias, conventos de vida consagrada, cofradías, colegios e incluso en las propias instituciones por lo que pide cambiar el estilo que abarca desde el propio modo de dirigirse a los fieles en la propia eucaristía hasta la propia relación y comunicación con ellos. Un conocimiento que ha hecho partícipe y conocedor de la realidad social más allá de los despachos del Palacio Arzobispal. Una realidad, como él mismo ha dicho, que en ocasiones va en caminos diferentes y paralelos a la propia acción de la Iglesia en Valladolid. Por eso «siente» y «urge» la conversión determinando que «tenemos permanentes caminos y renovados desafíos en el anuncio del Evangelio, la transmisión de la Fe y la iniciación cristiana» a lo que el prelado vallisoletano no oculta que esta circunstancia incluye «la dimensión comunitaria y social de esa nueva vida».
El arzobispo reconoce la actualidad «como un tiempo nuevo» y reclama a sus compañeros sacerdotes a «renovar el sacerdocio apostólico y buscar formas y estilos de vivir el ministerio sacerdotal». Argüello envía un claro mensaje de cambio y cercanía al pueblo de Dios, aunque llega más allá «porque muchos de nuestros conciudadanos no conocen al Señor o se han alejado de la vida de la Iglesia». No es menos cierto que Argüello en particular y los sacerdotes diocesanos en general, en círculos públicos y privados, son conscientes de que se tienen que abrir a la nueva realidad, pero ahora el prelado lo deja por escrito para que el mensaje les llegue de una manera más concluyente pero también para pedir la colaboración a todos los fieles «a discernir juntos sobre toda la dimensión misionera de nuestra fe y de cómo acoger y cuidar la herencia personal que hemos recibido en tantas personas que han entregado su vida al servicio del Evangelio y de la sociedad».
Colaboración sacerdotes y laicos
El mensaje de Luis Argüello a sus presbíteros más cercanos pero que acrecienta su trascendencia y repercusión por la circunstancia actual de que el arzobispo es el presidente de la Conferencia Episcopal Española reclama «especialmente a los sacerdotes, renovar el sacerdocio apostólico, buscar formas y estilos de vivir el ministerio sacerdotal hoy». En este sentido incide mucho en diferentes párrafos de su epístola quincenal en cultivar y mejorar «la cercanía, la promoción de la colaboración de los laicos en la comunión y misión de la Iglesia». «Estamos llamados a vivir cierta itinerancia apostólica, puesto que nuestras encomiendas cada vez son mayores», explica monseñor, una petición de esfuerzo consciente «de que cada vez somos menos y recibimos más tareas».
En esta línea evidencia como esencial «la colaboración de nuestros hermanos laicos y consagrados» con el objetivo común de «salir de una manera de vivir la vida cristiana individualista para compartir nuestra fe con otros en pequeñas comunidades» haciéndoles ver de manera categórica que, ante el descenso de vocaciones, el futuro de la Iglesia está en hacerla colaborativa con todos sus miembros: «Las asociaciones, movimientos, comunidades que ya existen en nuestra Diócesis don de gran ayuda, como habría de serlo la promoción de Acción Católica como la forma concreta de organizar y vivir la vida comunitaria y misioneros de los laicos de parroquia».
Es más, pide a curas y fieles en esta vivencia religiosa «el impulso de las pequeñas comunidades y equipos misioneros». Se trata de «una gran llamada» para abordar los desafíos sociales hacia el año apostólico de 2033 con una experiencia que debe ir ligada, escribe el arzobispo, a la caridad hacia los ancianos, personas que viven solas, los enfermos, la acogida de los inmigrantes o las personas con dificultades sociales o laborales. Así, como pautas imprescindibles, el propio Argüello reconoce este ejercicio como «inédito» aludiendo al Concilio Vaticano II «como una referencia clara» de instaurar «el catecumenado en nuestras diócesis».
Unas reflexiones de cara al periodo estival para iniciar con cambios de acción y reacción el próximo curso ante la creciente secularización con el propósito de que la Iglesia de Valladolid mira al mundo y a sus hermanos, los fieles, los que se han alejado de la vida religioso e incluso los que no lo son. Unos cambios creyendo firmemente en que los diferentes movimientos de la Iglesia son especialmente beneficiosos y fructuosos para el crecimiento de la Iglesia, de su mensaje, espiritualidad y caridad, como hacer ver Luis Argüello en su texto invitando e insistiendo a todos en que «la puerta del costado de Cristo sigue abierta y por esa puerta entramos en una senda de quien es Camino, Verdad y Vida» citando en este punto el pesebre y la cruz de Jesús, la vida y la muerte hacia la resurrección. En definitiva, un sentido más espiritual animando así «a la oración, y adoración, la escucha de la Palabra y el encuentro con otros hermanos».
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