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Marta Nosti, termómetro en mano, recibe desde primera hora de la mañana a los trece niños y bebés que han estrenado la reapertura de la escuela infantil Palotes, en Zaratán, uno de los pocos centros que ha aprovechado la oportunidad que les brinda el ingreso ... en la fase 2 de la desescalada para retomar su actividad.
La mayoría de escuelas infantiles han optado por esperar, por aguardar hasta que el resto de etapas educativas vuelvan a las aulas (ya para septiembre). Sin embargo, centros como el de Marta han decidido reforzar las medidas de seguridad y «dar respuesta» a las «necesidades» que plantean aquellas familias que han tenido que retornar a sus empleos, bien por el regreso a la actividad, bien por el fin del teletrabajo. «Ha sido una alegría volver a abrir», dice Marta. Esta semana, con trece niños. Para la próxima ya habrá 17. «Y seguro que serán más a medida que se vea la seguridad con la que trabajamos».
Especiales coronavirus
Toma de temperatura a la entrada. Alfombra para desinfectar los zapatos (que luego se guardan en recepción). Mascarillas y pantallas para las profesoras. Juguetes en cuarentena durante una semana. Frecuente lavado de manos. Siempre que sea posible, actividades al aire libre. «Los niños juegan entre sí, pero la seguridad e higiene es constante», explica la responsable de un centro que también ofrece servicio de comedor (este lunes con nueve niños).
También ha abierto sus puertas La Suite Infantil, en el Paseo del Obregón. Lo hizo bajo un protocolo interno de seguridad que su directora, Beatriz Rodríguez, consensuó con las familias. «Pertenezco a la plataforma de Escuelas y Centros Infantiles Privados de Castilla y León, y estoy de acuerdo con todo lo que se reclama, pero después de mucho pensármelo y aunque económicamente no es rentable, decidí abrir porque varias familias lo necesitaban para conciliar. De las 32 plazas que tengo en el centro, hay 28 niños matriculados. Este lunes se han incorporado cinco. El resto lo hará a medida que los padres retomen su actividad laboral», explica Rodríguez.
Dentro del protocolo, ha establecido diferentes accesos para los niños de las distintas aulas y ha cancelado las actividades grupales. «Antes los niños comían en mesas de cinco y ahora de tres. Además, ya no entran con calzado al centro. En cuanto a la separación entre niños, motrizmente es imposible porque no pueden estar quietos y a nivel cognitivo y socioemocional, es totalmente negativo para ellos. Lo que si que intentamos es intermediar para hacerles fluir de una manera más constante», añade la directora de La Suite Infantil.
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Nuria Arias es la directora de Sol Solete, un centro infantil de Zaratán que pertenece a la Agrupación de Escuelas y Centros Infantiles Privados (Aecip) de Castilla y León. Este colectivo, que da voz a cerca de 200 centros privados, reclama un protocolo claro, ya que la guía de recomendaciones elaborada por la Junta es «inviable por motivos de seguridad y también económicos».
«Reclamamos a la Consejería de Sanidad las mismas condiciones que para los centros públicos que no abrirán hasta septiembre. Si en su caso consideran que no es seguro abrir, ¿por qué nosotros tenemos que hacerlo sin garantías? Las pérdidas económicas del sector son enormes, y sin embargo, el 90% de los centros hemos optado por seguir cerrados para priorizar la seguridad de los niños. Hay muchas familias y trabajadores pendientes de esto y lo que necesitamos es una respuesta para abrir con todas las garantías», explica Arias.
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