Jorge de Prado atiende a una cliente, en el interior de su establecimiento Electro Bazar Radio Valdeprado, en Valladolid. Gabriel Villamil

Cuando la apertura pasa por un botón o una tuerca

Servicios ·

Ferreterías, bazares y mercerías abren con cita previa ante la demanda de usuarios que reclaman recambios de objetos cotidianos y reparaciones sencillas

Juan J. López

Valladolid

Miércoles, 6 de mayo 2020, 07:29

La mayoría de ellos admiten que la apertura casi ha llegado «por la campana», con un ligero toque a la persiana –o al escaparate– cuando se preparaban para una próxima actividad, «que la verdad no sabíamos cuando», admite Rosa Barbero, de la Mercería Conchita. ... Durante la jornada de ayer, Rosa –como otros cientos de dueños de comercios de la capital vallisoletana– aprovechaba el tiempo fuera de casa para adoptar las medidas que recomiendan las guías para el comercio facilitadas por el Gobierno a través de las distintas asociaciones de este sector en el país. Mediciones para las líneas de distanciamiento entre clientes, carteles con buenas prácticas, limpieza del establecimiento –con desinfección incluida– y los carteles de «máximo de dos personas en el interior» o «atendemos con cita previa».

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Precisamente, la colocación de estos tabloides fue lo que empezó a llamar la atención de los viandantes del centro de la ciudad en la jornada del lunes, reproducidos «por dos o por tres», como explican desde la Asociación Vallisoletana de Comercio (Avadeco) y la Federación de Comercio y Servicios de Valladolid y Provincia (Fecosva), en la jornada de ayer. «Toc, toc» al escaparate, y Jorge de Prado, de Electro Bazar Radio Valdeprado, que levanta la vista y observa cómo los clientes, «los de toda la vida», estaban en la puerta esperando «para visitarnos».

La experiencia de Jorge, similar en otros bazares, ferreterías o mercerías, ha sorprendido a los propios comerciantes, que, salvo en el caso de las peluquerías, no tenían tan clara la apertura para esta semana, con el inicio de la desescalada para el comercio. «Al principio, eres un poco reacio, y entiendo que haya compañeros que puedan tener esas reticencias. Yo no coloqué un cartel demasiado grande en la puerta con lo de la cita previa, y la respuesta me ha sorprendido gratamente», afirman desde el electro bazar de la calle Montero Calvo. «El boca a oreja funciona, y si el lunes hicimos un 50% de facturación con respecto a un día normal, hoy –por ayer– estamos en un día normalito», subraya De Prado, quien admite que los clientes, «de la zona», reclaman pilas, baterías, recambios, radios, reparación de auriculares que no funcionan...

Desde Fecosva, su presidente, Jesús Herreras, afirma que estos comercios, ferreterías, bazares, mercerías y tiendas de ropa para niños, se han sumado en las últimas horas a la apertura de las peluquerías, que en Valladolid «ya están al 50%», pero que antes de que termine la semana estarán «casi al 80%». «El comercio está abierto al 10%, pero estas aperturas han sido más inesperadas. Por ejemplo, en el caso de las tiendas de niños... Dos meses a veces es mucho para la ropa de bebés y determinados niños», afirma Herreras.

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Rosa Barbero atiende a una cliente en el interior de la Mercería Conchita. Henar Sastre

Poca actividad aún

En el caso de Avadeco, Alejandro García entiende que estas aperturas son «graduales», pero «no hay demasiada actividad aún». El presidente del colectivo entiende que la apertura con cita previa ha comenzado con establecimientos para «productos que se han deteriorado durante este confinamiento», pero que la mayor parte de los comercios aún piensan «qué va a pasar». «Estamos a expensas de ver si Valladolid entra en la fase 1 la próxima semana, y qué hacer en el caso de las tiendas de ropa, por ejemplo», indica García. «Es obvio que todo el mundo va a cumplir las normas de higiene, pero hasta dónde se va a llegar. ¿Qué va a pasar con la forma de probarse la ropa? Esas son las preguntas que se hacen nuestros asociados», agrega el representante de Avadeco.

Los comerciantes vallisoletanos también utilizan estos primeros días para valorar las medidas de higiene. Inversiones en geles, mascarillas y cintas para delimitar espacios, y algunos valoran la compra de cañones de ozono. «Es una forma de desinfección, pero hasta saber la forma de desescalada es complicado hacer frente a un desembolso aún mayor y con la persiana cerrada», concluyen.

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