Estos son los apellidos más comunes en los pueblos de Valladolid

Son los datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), a partir del padrón del 1 de enero de 2020, que ofrece el podio de los apellidos en los municipios más poblados de la provincia. Y gracias a esta clasificación pueden descubrirse curiosidades. Por ejemplo, que hacia el sur de la provincia, la presencia de los García es menor. Así, no es ninguno de los tres apellidos más habituales en Rueda, Serrada o La Seca. Tampoco en Nava del Rey, donde ganan los Pérez. Ni García es el más común en los principales municipios de Tierra de Campos:en Villalón son los González y en Mayorga los Fernández.

El pasado 19 de julio, las páginas de El Norte destacaron el caso de Campaspero, donde el 35% de la población se apellida así. Es un porcentaje altísimo. Extraordinario en la provincia. Porque la siguientes localidades con más porcentaje de García son Íscar (con el 8,1%) y Villabrágima (7%). Y ese porcentaje estratosférico tampoco se alcanza en municipios con otros apellidos. En Serrada el 10% tiene Alonso como el primero. En Pedrajas de San Esteban es Sanz el dominante para el 9,2% de la población. Pero, en todos los casos, muy lejos de ese 35% de los García de Campaspero. En Valladolid capital el porcentaje de Garcías (el apellido más común) es del 3,9%.

Estos son los 50 apellidos más habituales en la provincia.

Ursi Carrascal, profesor de Estadística en la UVA, recuerda que «la escasa movilidad de generaciones anteriores» propició que determinadas familias crecieran en ciertas localidades hasta extender por sus calles sus apellidos. Esto puede explicar que, a medida que los municipios tienen menos número general de habitantes, hay nuevos apellidos que se convierten en los más repetidos. Es el caso de Alaejos, donde hay una altísima presencia de residentes con el apellido Santana. O los Sacristán y Cantalapiedra en La Seca (allí son el segundo y tercero más comunes). O los Román en Serrada.

Eso sí, compartir apellido en un mismo lugar no es sinónimo de ser familia. Muchos apellidos son patronímicos, tienen su origen en el nombre de pila del padre (es el caso de los acabados en -ez, que son además los más extendidos). Están los toponímicos (los que proceden de un lugar, como Zamorano), los que derivan de profesiones (Herrero, Barbero)o los que definen un rasgo físico (Delgado). El primer código civil de 1889 estableció la obligación del uso oficial de dos apellidos. Hasta entonces, tan solo las clases altas de Castilla los empleaban de forma habitual, explican desde Asociación de Genealogía Hispana.