Los 110 años de Germán: «¡Ay madre, pero dónde voy yo tan mayor!»

«En otras circunstancias, en casa habría más de sesenta personas comiendo tarta y brindando con mi abuelo, pero esta vez no ha podido ser». Así resumía Marci García, una de las nietas de Germán Cifuentes Higuera, cómo vivieron ayer la celebración del 110 cumpleaños de su abuelo. Las visitas se sustituyeron por llamadas. Los regalos, por abrazos de su hija Teo y de Marci. La tarta, eso sí, no faltó. El propio Germán, natural de Villalar de los Comuneros aunque residente en Santovenia de Pisuerga, se asombró al ver colocados sobre el pastel las velas con los dos unos y el cero. «¡Ay madre, pero cuántos años. Dónde voy yo tan mayor!», dijo a sus familiares.

Fue un día «atípico y raro», pero sin duda «muy especial». «Medio Villalar y Santovenia» descolgaron el teléfono para felicitar a uno de sus vecinos más longevos. «Como no oye nada», su nieta le escribió en la tableta los nombres de las personas que querían felicitarle. «Él se entera de todo, lo ha agradecido muchísimo. De hecho hasta se sorprendía y decía: Pero hombre, ¿que fulanito se ha acordado de que es mi cumpleaños? No me lo puedo creer», comentó Marci. La respuesta para todos fue la misma: un gesto con los brazos simulando un abrazo y un «que nos veamos otro año». «Es lo único que pide, poder disfrutar todos juntos». Físicamente Germán está «francamente bien», aunque mentalmente «algo peor». El estado de alarma le ha «descentrado». Ahora está «descentrado y aburridito». «Llevaba 61 años haciendo lo mismo y ahora se le ha roto la rutina y ha perdido el interés. Espero que pueda volver pronto a pasear», añadió Marci.