Valladolid

La Diócesis impulsa la devoción y el turismo en torno al Sagrado Corazón con el Año Jubilar

La Santa Sede aprobó el 18 de abril este santo vallisoletano que nace, según el propio Luis Argüello, «para promover encuentros en la oración, en la palabra y en la eucaristía en la oportunidad del perdón». El prelado invita así a todos a participar de las actividades que además de la misa presidida por el propio Argüello destacarán pasado mañana por la celebración de una procesión con la imagen del Sagrado Corazón entre la Catedral y el Santuario, donde a la llegada se realizará el rito de apertura del año jubilar. Pero estos actos alcanzarán especial realce y vistosidad el próximo sábado 24 de junio, fecha coincidente con el aniversario de la misa de bendición de la estatua de la Seo, dado que el arzobispo bendecirá a todos los ciudadanos desde lo alto de la torre.

El deán de la Catedral, José Andrés Cabrerizo, junto al prelado, han hecho una invitación a toda la ciudadanía a congregarse en torno a la Iglesia Mayor dentro de diez días para, aún siendo conscientes de que no se llegará a los 100.000 asistentes que describieron las crónicas de 1923, manifiesten su devoción pública al Sagrado Corazón ante una bendición que será retransmitida in situ por megafonía y por las redes sociales. Un año que también destacará en otoño por la organización de una exposición de Las Edades del Hombre en la nave de la Epístola de la Catedral y otras convocatorias religiosas y culturales que se estrenarán en una semana con una conferencia del profesor Javier Burrieza sobre la estatua que preside la Catedral que hace de vigía y faro de la ciudad.

Con estas convocatorias se quiere dar un impulso religioso y turístico en torno a la devoción nacional e internacional del Sagrado Corazón de Jesús que tiene como nacimiento la capital vallisoletana con las revelaciones al Beato Bernardo de Hoyos en 1730. Otra fecha de aniversario, con 300 años de historia, que también se quiere festejar en la Diócesis con especial importancia además del Año Santo Romano en 2025 y con el objetivo puesto en 2033, el Año Santo de la Redención, cuando se conmemoren los dos milenios «del acontecimiento central de nuestra fe».

Y con este avance de los actos del año jubilar el arzobispo y el deán de la Seo, junto con el rector del Santuario Nacional, Julio Alberto de Pablos, también anunciaron que a partir del mes de septiembre la ciudad contará con una Oficina del Peregrino en un local justamente en frente de la mencionada basílica y que será un punto informativo, de encuentro y de recepción de visitantes en torno a estas celebraciones cuyo programa más amplio se hará público con el nuevo curso escolar. Un programa, por cierto, tal y como han destacado todos los intervinientes, también tendrá un destacable atractivo social con acciones de Cáritas parroquial y diocesana; de acogida de inmigrantes en la capital; de promoción de la caridad política; un programa de prevención, detección y actuación frente a los abusos sexuales o apoyo a los matrimonios y un apartado cultural, donde Luis Argüello invitó también a participar en la Coronación Canónica de la Virgen de los Dolores de Valladolid, Nuestra Señora de la Vera Cruz, el próximo 23 de septiembre en la Catedral.

Este espíritu «de confraternización y encuentro con el Señor y su misericordia», según han remarcado, «viviendo la alegría del perdón y la alegría y las indulgencias de este año santo en la sociedad vallisoletana y en las propias instituciones», el clero vallisoletano afronta «el gran desafío que tiene nuestra Iglesia en la sociedad». En definitiva, se espera que el año jubilar constituya una oportunidad «para que los vallisoletanos y visitantes tomen conciencia del Corazón de Jesús como morada de la misericordia y renueven su compromiso para trasladar a la plaza pública el Reinado Social de Jesucristo».

La estatua del Sagrado Corazón que está situada sobre la torre de la Seo Metropolitana, obra del gaditano Ramón Núñez, fue inaugurada el 24 de junio de 1923 ante una multitud de fieles en todas las calles aledañas del templo diocesano.

Tiene ocho metros de altura, es hueca, está realizada en hormigón y colocada sobre un pedestal de un metro y medio de alto. En su interior hay una estructura de hierro que soporta la escultura. Además, desde hace prácticamente una década se hizo visitable tanto el interior de la torre como el propio balcón que da sustento a la voluminosa escultura gracias a un convenio entre el Ayuntamiento de Valladolid presidido por el anterior alcalde, Francisco Javier León de la Riva, y el Arzobispado de Valladolid, encabezado entonces por el cardenal Ricardo Blázquez.